Los avances en regeneración ovárica para revertir los estragos que la edad tiene sobre la fertilidad femenina centran la primera sesión del VII Congreso Internacional de IVI en Bilbao

FUENTE: Levante

Biológicamente, la mejor época de la mujer para ser madre es a los veinte años. Es cuando el cuerpo va a tener una mejor respuesta ante el estrés físico que supone un embarazo y cuando más altas son las posibilidades de que éste se lleve a término en tiempo y forma. Además, es cuando los ovarios de la mujer tienen más y mejores óvulos: esto asegura un embarazo natural con mayor rapidez y, sobre todo, con la mejor carga genética.

El problema es que, para la mayoría de las mujeres, la veintena no es una época ni para plantearse el ser madre. Estudios, preparación, experiencias vitales... Quizá a los 30, aunque en muchas ocasiones la decisión se posterga hasta los 40 años por múltiples factores Y esa es la edad a la que la mujer «apenas tiene óvulos buenos» para gestar un niño sin fallos reproductivos y/o cromosómicos, según los expertos.

El cuerpo humano, sin embargo, no ha evolucionado como la sociedad y la capacidad de la mujer para producir muchos y buenos óvulos a partir de los 35 decrece exponencialmente. «El ovario no ha entendido que en tan poco tiempo haya aumentado tanto la esperanza de vida de la mujer», asegura Antonio Requena, director general médico del IVI y director ejecutivo del séptimo congreso.

Los expertos llevan años buscando fórmulas para aumentar la vida fértil de los ovarios y permitir así que las mujeres puedan optar a un embarazo con un óvulo propio sin tener que recurrir a la donación, sobre todo si, pese a la edad, se sufre fallo ovárico prematuro (un 1 % de las mujeres). Las investigaciones en rejuvenecimiento ovárico centraron ayer las primeras ponencias del VII Congreso Internacional IVI sobre Medicina Reproductiva que ayer inauguraron en Bilbao los copresidentes de IVI-RMA Global José Remohí, Antonio Pellicer y Richard Scott.

La cita -en la que además se abordarán temas como la inmunología y los últimos avances en preservación ovárica- congregará hasta el sábado a 1.400 especialistas en medicina reproductiva de 72 países.

El cofundador y copresidente del grupo, Antonio Pellicer fue, de hecho, uno de los encargados de centrar el tema presentando los resultados del estudio que realizó a través de la Fundación IVI con una docena de pacientes con fallo ovárico en el Hospital La Fe.

Gracias a la técnica del autotrasplante de células madre, en el marco del estudio, se consiguieron cuatro embarazos en mujeres que, en principio, habían perdido la capacidad de ovular con normalidad. «El 60-70 % de las mujeres que vemos a diario tienen problemas aunque sigan siendo jóvenes, de entre 32 y 35 años», aseguró en su ponencia Pellicer. Basándose en la evidencia científica que ya existía sobre los buenos resultados de trasplante de células madres, se probó a hacer una «infusión» de estas células propias a doce pacientes después de que los resultados con ratones fueron esperanzadores.

«El modelo animal funcionó, pero queríamos ver en humanos porque en ratones todo funciona», aseguró. Durante seis meses, se siguió monitorizando a estas mujeres con unos resultados variables pese a los que se consiguió un aumento de folículos en al menos dos de cada tres y cuatro embarazos finales.

Cantidad pero no calidad

«Por ahora no podemos decir que no esté funcionando», adelantó Pellicer que, sin embargo, aseguró que se seguía investigando para avanzar en este tipo de técnicas. El copresidente de IVI lanzó además otras cuestión: las técnicas de rejuvecimiento ovárico podían estimular la creación de óvulos en mujeres no tan jóvenes pero «su calidad sigue siendo pobre».

Este es el segundo problema que los expertos en reproducción asistida tienen sobre la mesa y que también va a tener un hueco en las ponencias del séptimo congreso de IVI-RMA global. La apuesta es la preservación ovárica: guardar óvulos en su momento óptimo para una concepción posterior y evitar así acudir al tabú que todavía supone recurrir a la donación de óvulos.

«Sin alarmar pero hay que informar a las jóvenes de que esa capacidad reproductiva va mermando con el tiempo», añadió Requena, recordando que esta técnica mejorada gracias a la vitrificación abre la puerta a preservar la fertilidad en niños y adolescentes que van a someterse a tratamientos de quimioterapia.

El mensaje que se quiere trasladar a los pacientes es que se está «mejorando; nunca vamos a llegar al 100 % de tasa de éxito pero sí a límites muy altos».

Izpisúa, el sábado

Una de las ponencias más esperadas en el congreso internacional será la del farmacéutico y bioquímico español Juan Carlos Izpisúa Belmonte que ha logrado junto con su equipo del laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla, California, revertir el envejecimiento en ratones a través de la modificación celular.

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