Cualquier patología ocular en un niño, incluso la más leve, puede desencadenar defectos permanentes de visión si no se diagnostica y se trata precozmente.

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Esto es debido a que la función visual no está totalmente desarrollada al nacer y precisa de una maduración neurológica durante los primeros años de vida. Por este motivo la oftalmología pediátrica juega un papel fundamental en la prevención de muchos defectos de visión en la edad adulta.

La oftalmología pediátrica es una de las más amplias subespecialidades dentro del campo de la oftalmología. Las patologías más comunes que trata esta subespecialidad son:


Ambliopía u ojo vago: es la disminución de la agudeza visual en un ojo sin que existan alteraciones orgánicas o patológicas que lo justifiquen. Se trata de un defecto del desarrollo o maduración de la función visual y es la causa más frecuente de pérdida visual unilateral en niños y jóvenes.
Epífora o lagrimeo: la patología lagrimal más frecuente en el niño es la obstrucción congénita del conducto nasolagrimal. La causa suele ser la existencia de una membrana mucosa en el extremo distal del conducto nasolagrimal, en su apertura hacia la nariz. La sintomatología clínica más frecuente se caracteriza por lagrimeo y conjuntivitis de repetición.
- Patología palpebral: las malformaciones congénitas más frecuentes en la infancia son la ptosis palpebral, o posición anormalmente baja del párpado superior, y el epifléfaron o rotación de las pestañas del párpado inferior hacia adentro. Estas patologías pueden requerir tratamiento quirúrgico.
También son frecuentes los orzuelos en la infancia. El orzuelo es una infección que afecta a las glándulas del borde palpebral.
- Conjuntivitis alérgicas: la queratoconjuntivitis vernal es una de las formas más graves de alergia ocular. Se trata de un proceso inflamatorio conjuntival bilateral, recurrente y, aunque suele presentar exacerbación estacional, en primavera y verano, permanece activo todo el año. Presenta un pico de incidencia a entre los 11 y 13 años, pero puede ocurrir entre los 3 y 25 años.
- Patología neuroftalmológica en la edad pediátrica: Podemos diagnosticar anomalías del desarrollo del nervio óptico como colobomas, aplasias o hipoplasias. También es importante la exploración del fondo de ojo y refracción en los niños en el contexto de cefaleas.
- Estrebismo: El estrabismo es la alteración de la alineación ocular perdiéndose el paralelismo entre los dos ojos. Existen diferentes tipos de estrabismo, algunos se presentan antes de los 6 meses de vida (estrabismo congénito) y otros aparecen años más tarde, e incluso en la edad adulta. Cuando aparece en la infancia, se interrumpe la maduración de la función visual del ojo no fijador apareciendo ambliopía en el ojo desviado. También se afecta el proceso de aprendizaje de la visión binocular, necesaria para la percepción en tres dimensiones.
- Defectos de refracción: Los niños no suelen referir síntomas visuales por lo que se recomienda controles rutinarios anuales.

Por todo lo anterior se recomienda controles oftalmológicos anuales en niños a partir de tres años de edad. Se deberá acudir antes de esta edad a la consulta del oftalmólogo pediátrico si los padres o el pediatra detectan alguna anomalía visual en el niño.

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