Desde tiempos antiguos, el olor es una prueba clave para identificar algunas enfermedades.

FUENTE: Mediterráneo

Los investigadores llevan décadas tratando de dar con la prueba definitiva para detectar un cáncer de pulmón en un estadio incipiente, antes de que el tumor adquiera mayor tamaño y resulte más difícil de tratar. Y no hay manera. «Es el único de los cuatro cánceres de alta incidencia entre la población --el de mama, el de colon, el de próstata y el de pulmón-- que todavía no dispone de un método para un diagnóstico precoz», explica Ángela Guirao, cirujana en el Hospital Clínic de Barcelona. «Nos encontramos con que, en un 75% de los casos, cuando a una persona se le confirma que tiene la enfermedad, esta se encuentra ya en una situación avanzada», señala.

Pero el aliento ha abierto ahora una puerta a la esperanza. «Hemos comprobado que el aliento de un paciente de cáncer de pulmón tiene componentes que contiene alguna sustancia que lo hace perceptible al olfato de los perros», detalla la doctora. Y es que la investigadora acaba de publicar un artículo en el European Journal of Cardio-Thoracic Surgery en que explica su último hallazgo: un perro debidamente adiestrado ha sido capaz de detectar, solo por el olor y con un margen de error mínimo, si una persona tiene o no cáncer de pulmón.

«El siguiente paso consistirá en desarrollar un dispositivo capaz de realizar la misma tarea que el perro», indica. Es decir, fabricar una nariz artificial que permita hacer un diagnóstico precoz del cáncer de pulmón.

UN PERRO LABRADOR // El perro que ha logrado identificar el olor del cáncer no es un perro cualquiera. Se llama Blat, es un labrador mestizo, tiene casi tres años y vive con su dueña y entrenadora, Íngrid Ramon. «Que los perros detectan cánceres es un hecho que está ya muy documentado», precisan tanto la galena como la adiestradora, especializada en canes de detección. «Ha habido abundante literatura al respecto, desde que en 1974 la revista médica The Lancet publicó un primer artículo al respecto», asegura.

El adiestramiento empezó con las clásicas consignas de obediencia básica. «El típico sit, o que supiera caminar por la calle con la correa… Un tiempo después empezó a identificar tubos de ensayo con el aliento de enfermos de cáncer y en seis meses fue capaz de acertar en porcentajes altísimos», subraya Ramon. La prueba consiste en dar a oler a Blat unos materiales de lana impregnados con el aliento de pacientes y conservados en unos recipientes.

El olfato de la mascota ha permitido detectar tumores de tan solo cuatro milímetros. «Es una detección precoz en toda regla», asevera su propietaria. No en vano, si la muestra es negativa, es decir, si la persona no tiene cáncer, Blat tiene una tasa de éxito del 98%. En cambio, si es positiva, es del 95%. Unos atributos --su olfato, su fino oído-- que, en general, han convertido a los perros en algo más que mascotas, puesto que son, posiblemente, los animales que mayores servicios prestan a los humanos.

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