El Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia considera que la normativa es «del siglo pasado»

Fuente: Las Provincias

La farmacia comunitaria lleva a cabo un gran esfuerzo y se adapta constantemente para cubrir las necesidades de la población a través de la asistencia que ofrece a los ciudadanos. Su reto radica en ofrecer más servicios con el fin de mejorar la salud o postergar la enfermedada edades más tardías y hacer estas más llevaderas.

«Los servicios de urgencia son fundamentales para garantizar una adecuada asistencia sanitaria al ciudadano. Los farmacéuticos que desempeñamos una labor vocacional puramente asistencial y que somos el recurso sanitario más cercano al paciente, lo sabemos», señalan desde el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF).

Sin embargo, insisten en que «es necesario definir adecuadamente el concepto de servicio urgencia ya que no lo es comprar leche de sustitución a las 2 de la mañana. Ni pasar a las 00:00h a por las sales de fruta porque esa noche me he pasado de la raya con la cena. O acudir a altas horas de la madrugada a la botica a por una cajade preservativos».

Se entiende que el usuario necesita acudir a una farmacia deguardia (en servicio de urgencia) cuando ha ido previamente a un servicio sanitario de urgencia y el médico le ha prescrito una receta porque necesita un medicamento.

«Hay que entender que la calidad no significa abundancia y la asistencia adecuada no significa comodidad», apuntan y añaden que «hasta entonces, estaremos haciendo un mal uso de los recursos sanitarios poniendo en peligro la sostenibilidad del sistema y, en este caso, dañando gravemente la vida personal de unos profesionales sanitarios que en muchas localidades tienen guardias los 365 días al año sin que nadie les retribuya por ello».

En este sentido, la normativa «del siglo pasado» que regula el servicio de urgencias no ayuda a ello. La organización actual del servicio no tiene en cuenta que las infraestructuras han mejorado, que los medios de comunicación han evolucionado y que, por tanto, los condicionantesdemográficos, territoriales y asistenciales han cambiado.

«Muchos de vosotros creeréis que nos hemos vuelto locos. Pero lo que nos ocurre es que estamos hartos de que se ataque a los farmacéuticos mientras la Administración regional cierra los ojos ante un problema evidente y las administraciones locales utilizan las guardias farmacéuticas como arma arrojadiza para ganar votos en periodo electoral sin existir una necesidad asistencial, solo porque es gratis», aseguran desde el MICOF.

Si hablan con tanta contundencia es porque las estadísticas les avalan. Con una media de 0,97 dispensaciones en cada servicio de urgencia de las farmacias, «se demuestra que en muchos lugares se trata de un servicio innecesario que además se infravalora porque, al único que le cuesta ‘sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas’, parafraseando a Winston Churchill en su discurso de 1940, es al farmacéutico, que sacrifica su vida personal para ofrecer un servicio que no tiene la suficiente demanda».

Hoy se dan situaciones en las que el farmacéutico debe permanecer en la oficina de farmacia durante 12 o 24 horas, dependiendo del turno de urgencia que tenga asignado, sin recibir ninguna compensación profesional ni económica por dicha prestación, produciéndose así un enorme agravio comparativo respecto a otros profesionales sanitarios cuyas guardias sí que son abonadas en concepto de horas extraordinarias, días de libranza y carrera profesional. En este sentido, el Colegio denuncia que se está jugando con la salud de los trabajadores sanitarios y se está dañando gravemente la vida personal de toda una profesión por culpa de una legislación obsoleta que los políticos no quieren adaptara la actualidad.

«Deberíamos tener en cuenta la relación que tiene que existir entre la exigencia de la prestación de un determinado servicio y la necesidad real de ofertar dicho servicio o de la necesidad de ampliarlo como es el caso que se plantea, por parte de la Administración, en estos momentos», apuntan.

Por ello, desde el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia apuestan por el sentido común y siguen trabajando en esa dirección para cambiar la situación actual en la que se encuentran, ya que «no tiene lógica que se establezcan guardias atendiendo a criterios de oportunidad política y no ajustándose a las necesidadessanitarias reales».

De igual forma, consideran que es «inconcebible aceptar una organización territorial del servicio de urgencia arcaica que obliga a muchos profesionales a asumir un servicio de guardia casi permanente cuando no hay necesidad asistencial». «La actualización del mapa farmacéutico es un tarea que se debe acometer cuanto antes para mejorar la calidad asistencial y la eficiencia en la prestación de un servicio que, aunque público, no es retribuido», resaltan.

En su opinión, los farmacéuticos «siempre trabajamos por y para los ciudadanos, por eso reivindicamos un sistema racionalizado de guardias que nos permita garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario y que permita también hacer un mejor uso de todos los recursos a nuestro alcance, pero sin que afecte a la salud de las personas que ofrecen el servicio citado. Y, si no es mucho pedir, con las mismas condiciones que lo realizan el resto de profesionales de la salud».

En esta sociedad tan exigente, donde predomina la instantaneidad, hay que concienciar en torno a que no podemos tenerlo todo, a todas horas y en todos los lugares. «Mantener y hacer un buen uso de la sanidad universal, de calidad y gratuita en cada esquina es tarea de todos. Depende de la Administración, desde los recónditos municipios hasta las grandes capitales; depende de los profesionales sanitarios que tenemos que aprender a contribuir en la sostenibilidad sanitaria y esforzarnos por trabajard e forma conjunta en la resolución de casos; y depende de lpaciente, que debe entrar de lleno y participar de forma activa. Sinduda, sin su implicación va a ser imposible seguir teniendo el sistema de salud que el ciudadano se merece», afirman.

«¿Recordáis la película del día de la Marmota de Bill Murray? Esa en la que un meteorólogo, Phil, se desplaza a Punxsutawney para cubrir la predicción de la marmota y al despertarse, se da cuenta de que vive en el día anterior y así sucesivamente, permaneciendo estancado en el tiempo. Así nos sentimos los farmacéuticos valencianos respecto al tema de los servicios de urgencia. Por ello sabemos que urge un cambio, y la razón podéis buscarla en vuestra farmacia de confianza que probablemente hoy esté de guardia», concluyen.

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