Un estudio de The Lancet asegura que todo consumo superior a 12,5 unidades de alcohol semanales –lo que equivaldría a cinco pintas de cerveza o cinco copas de vino a la semana– reduce el tiempo de vida.

Fuente: ABC

El exceso de alcohol, tal y como han demostrado infinidad de estudios, es malo, muy malo, para la salud. Lo que no está tan claro es si el alcohol puede tener algún beneficio para el organismo cuando su consumo es ‘leve’ o, incluso, ‘moderado’. Depende de los resultados del estudio que se mire: unos estarán claramente a favor, y otros absolutamente en contra. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) podrían tener la solución definitiva a esta cuestión: todo consumo superior a 12,5 unidades de alcohol semanales –lo que equivaldría a cinco pintas de cerveza o cinco copas de vino a la semana– acorta la vida. Entonces, la ingesta de alcohol inferior a estas cantidades, ¿es buena para la salud? Pues no. Por lo menos en lo que respecta a la salud cardiovascular.

Como explica Angela Wood, directora de esta investigación publicada en la revista «The Lancet», «el mensaje clave de nuestro trabajo es que, si una persona ya consume alcohol, beber menos le ayudará a vivir más y a tener un menor riesgo de distintas enfermedades cardiovasculares graves. Es cierto que la ingesta de alcohol se asocia a un menor, aún nimio, riesgo de infarto no fatal, pero esto se contrarresta con un riesgo más elevado de otras enfermedades cardiovasculares muy graves y potencialmente letales».

Menor esperanza de vida

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales clínicos de 600.000 adultos que, residentes en 19 países de todo el mundo, no se calificaban a sí mismos como ‘abstemios’ –es decir, consumían alcohol, si bien las cantidades y frecuencias de consumo variaban de forma descomunal–. Y lo que hicieron fue fijarse, además de en la ingesta de alcohol, en la edad, el hábito tabáquico, la presencia o ausencia de diabetes, el nivel educativo y la ocupación laboral.

Los resultados permitieron establecer un límite ‘seguro’ –que no necesariamente beneficioso– de consumo: unos 100 gramos de alcohol puro, o lo que es lo mismo, 12,5 unidades de alcohol –siendo una unidad de alcohol equivalente a un vaso de vino tinto o a una caña de cerveza–. Y a partir de aquí, las consecuencias para la salud son nefastas.

Concretamente, el estudio muestra que un consumo de 25 o más unidades de alcohol semanales acorta la esperanza de vida entre uno y dos años. Y en caso de un consumo de 18 pintas de cerveza o copas de vino a la semana, la esperanza de vida se reduce hasta 4-5 años.

Pero aún hay más. Los autores también analizaron la asociación entre el consumo de alcohol y diferentes tipos de enfermedad cardiovascular. Y según sus resultados, el alcohol se asoció con un mayor riesgo de ictus, insuficiencia cardíaca, aneurismas aórticos fatales e hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca con consecuencias mortales. Pero, ¿no hay un consumo ‘seguro’ en lo que respecta a la salud cardiovascular? Pues según el estudio, parece que no. Todo ello a pesar de que el alcohol también se asoció a un menor riesgo de infartos agudos de miocardio no fatales.

Como apuntan los autores, «las diferentes relaciones del alcohol con los distintos tipos de enfermedad cardiovascular pueden explicarse porque el alcohol aumenta la presión sanguínea y también el colesterol HDL, conocido como ‘colesterol bueno’. Así, el menor riesgo de infartos no fatales debe considerarse en el contexto de un riesgo incrementado de otras muchas patologías cardiovasculares graves y potencialmente fatales».

Llamada de atención

En este contexto, debe referirse que las guías de práctica clínica recientemente publicadas en Reino Unido aluden a un máximo de 14 unidades de alcohol semanales como umbral de consumo ‘seguro’. Pero como indica Victoria Taylor, de la Fundación Británica del Corazón (BHF), institución que ha financiado parcialmente este estudio, «siempre tenemos que recordar que las guías sobre alcohol deben establecer un límite, no un objetivo, por lo que siempre se debe beber mucho menos de esta cantidad».

Como concluye Jeremy Pearson, director médico de la BHF, «este trabajo es una seria llamada de atención para muchos países».

Además, estos datos se añaden a informaciones recientes que señalan que los estudios científicos dirigidos a demostrar los beneficios del consumo modero de alcohol estaban siendo financiados por las grandes compañías licoreras.

 

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