Tribuna. Jaime Giner

FUENTE: Correo farmacéutico

La razón del farmacéutico es contribuir a la mejora del bienestar y la salud de los ciudadanos porque nuestra vocación nos lleva a ser un pilar fundamental dentro del SNS. De lo contrario no se entendería nuestra labor asistencial. Y en este sentido, para mantener intacta la profesión farmacéutica y no perder espacios donde los farmacéuticos puedan ejercer, siempre ha trabajado el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia.

Los farmacéuticos comunitarios aportamos todos nuestros conocimientos para atender al ciudadano, prevenimos enfermedades gracias al consejo farmacéutico que ofrecemos diariamente, tanto nuestra cercanía como la confianza que depositan en nosotros los pacientes nos permite brindar una atención farmacéutica de calidad. No obstante, la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana nos está apartando de este camino al dejarnos fuera del modelo de atención farmacéutica sociosanitaria y pretender implantar un sistema que fomenta la inequidad y que conlleva un riesgo para la salud de los pacientes.

Está claro que para la Administración tan sólo somos un mero medio para gestionar el copago farmacéutico, así como para contentar y ganar número de votantes. Pero sin la colaboración de todos los profesionales sanitarios de forma integrada no conseguiremos los adecuados estándares de calidad y, al parecer, a la Consejería de Sanidad se le olvida que el farmacéutico es un profesional sanitario más, que debe integrarse dentro de los sistemas de salud en beneficio del paciente.

PROPUESTA ALTERNATIVA

Volviendo al tema residencial, en 2010 se creó una normativa, aunque nunca se ejecutó, que necesitaba de una revisión profunda para adaptarse a la realidad actual de los pacientes y a su entorno social. Por ello, desde el COF de Valencia hemos realizado un tremendo esfuerzo en la creación de un modelo que mejorase las deficiencias del actual, contando, además, con la participación de todos los agentes implicados; un proyecto que, a diferencia del que pretende imponer la Consejería, promueve la labor asistencial, ofrece una atención farmacoterapéutica integral, mejora resultados de salud y económicos y contaría con capacitación y certificación que acreditaría la calidad en la atención ofrecida.

Sin embargo, Resi-Eqifar es un proyecto experimental que, se mire por donde se mire, hace agua, y así lo ha expresado también la Administración del Estado al detectar vicios de inconstitucionalidad en la modificación de la Ley de Ordenación Farmacéutica de la Comunidad Valenciana llevada a cabo por la Generalitat en la Ley de Presupuestos para 2018. Según el Estado, la exclusión de las oficinas de farmacia de la prestación en las residencias sociosanitarias y la obligación de todas las residencias, públicas y privadas, de integrarse en un sistema de gestión pública directa atenta contra la normativa básica estatal y contra el sistema constitucional de distribución de competencias.

No obstante, y pese a la desafortunada actuación de la Consejería frente al sector farmacéutico, desde el COF de Valencia seguiremos tendiendo puentes de colaboración y prestando nuestro apoyo a la Administración para crear un modelo que una a la Farmacia Hospitalaria, la farmacia de Atención Primaria y la farmacia comunitaria con el resto de profesionales sanitarios para optimizar de forma coordinada la atención a la cronicidad y ofrecer una prestación accesible, de calidad y eficiente.

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