Investigadores de Cataluña han identificado en ratones una molécula clave en la resistencia a la insulina, una condición que favorece el desarrollo de la diabetes tipo 2. El trabajo muestra cómo la enzima BACE1 y su producto, el APPβ soluble, están implicados en la aparición del proceso inflamatorio y dicha resistencia..

Fuente: Agencia SINC

Investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han descrito una potencial diana terapéutica contra la resistencia a la insulina, que provoca el desarrollo de la diabetes mellitus 2. El trabajo, publicado en la revista Metabolism. Clinical and Experimental, muestra cómo la enzima BACE1 y su producto, el APPβ soluble, están implicados en la aparición del proceso inflamatorio y la resistencia a la insulina. Estos resultados, obtenidos en ratones, abren la puerta al desarrollo de nuevos fármacos para tratar este tipo de diabetes.

La investigación está liderada por el equipo que dirige Manuel Vázquez Carrera, miembro de la Unidad de Farmacología y Farmacognosia de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y del Instituto de Biomedicina (IBUB), así como del CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (CIBERDEM). En el estudio también han participado Dolors Serra y Laura Herrero, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y del IBUB; Anna Gumà, de la Facultad de Biología y del IBUB; Joan Vendrell y Sonia Fernández, del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y del CIBERDEM, y otros expertos de la Universidad de Dundee (Reino Unido).

La aparición de un proceso inflamatorio crónico de baja intensidad contribuye a la resistencia a la insulina. Se trata de una condición en la que las cantidades normales de esta hormona son insuficientes para cumplir su función, es decir, conseguir que la glucosa que proviene de los alimentos entre en las células para obtener energía.

Estos resultados, obtenidos en ratones, abren la puerta al desarrollo de nuevos fármacos para tratar la diabetes tipo 2

Este trastorno permite predecir el desarrollo de la diabetes mellitus de tipo 2, una enfermedad crónica que mal controlada puede causar problemas de circulación, así como en el corazón, los ojos, los riñones y otros órganos.

El objetivo del nuevo trabajo ha sido saber si la enzima BACE1 y su producto, el APPβ soluble, están implicados en la aparición del proceso inflamatorio y la resistencia a la insulina en el músculo esquelético, el tejido más importante comprometido en el metabolismo de la glucosa.

“Hasta ahora se sabía que los ratones con deficiencia de esta enzima estaban protegidos frente a la intolerancia a la glucosa inducida por una dieta rica en grasas, pero se desconocía por qué mecanismos la ausencia de BACE1 proporcionaba efecto protector”, explica Manuel Vázquez.

Potencial diana farmacológica

Los investigadores han analizado los efectos de bloquear esta enzima y de administrar APPβ soluble en ratones. “La inhibición de BACE1 atenúa el incremento del estrés del retículo endoplasmático (proceso que favorece la resistencia a la insulina), así como la inflamación y la resistencia a la insulina inducida por un exceso de lípidos. Por otra parte, la administración de APPβ soluble a ratones incrementa la inflamación en el músculo y reduce la sensibilidad a la insulina”.

Además, también han comparado los niveles de BACE1 y de APPβ en muestras de pacientes diabéticos y personas sin la enfermedad. “La expresión de BACE1 aumenta en el tejido adiposo tanto de pacientes obesos como de diabéticos de tipo 2. Sin embargo, los niveles de APPβ soluble están incrementados en el plasma de pacientes obesos diabéticos de tipo 2 con respecto a los pacientes obesos que no son diabéticos”, destaca Vázquez.

Según los investigadores, estos resultados indican que esta enzima y su producto, el APPβ soluble, son determinantes clave en la inducción del estrés del retículo endoplasmático, la inflamación y la resistencia a la insulina en el músculo esquelético.

Esta vinculación de BACE1 y APPβ soluble con la resistencia a la insulina abre la puerta a su uso como dianas farmacológicas. “El reto ahora es demostrar que el desarrollo de nuevos fármacos que bloquean las acciones de BACE1 pueden ser una estrategia terapéutica efectiva y segura en el tratamiento de la resistencia a la insulina y la diabetes mellitus de tipo 2”, concluye el experto.

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