Los yogures españoles suelen llevar más de 10 gramos de azúcar, cuando la lactosa digerida no supera los cinco

FUENTE: El Mundo

 

Yogures de sabores, con frutas, bebidos, los dirigidos específicamente a los niños, incluso los orgánicos... Ninguno se salva de la amenaza del azúcar. Según un estudio británico, el contenido de la mayoría de estos productos está muy por encima del umbral recomendado. Y en España, la oferta láctea de los supermercados no es mucho mejor. Por ejemplo, el etiquetado de un yogur normal de piña muestra 15,6 gramos de azúcar en un envase de 125 gramos.

"Es muy elevado", afirma el dietista-nutricionista y divulgador científico Aitor Sánchez. "Teniendo en cuenta que el azúcar propio de la lactosa digerida es de unos cuatro o cinco gramos, deducimos que, entonces, la industria está añadiendo unos 10 gramos". Un agregado sin justificación que lejos de aportar beneficios nutricionales, aumenta las probabilidades de sobrepeso y obesidad y, en consecuencia, todas las enfermedades asociadas al exceso de kilos, como las coronarias, la hipertensión, ictus, artrosis y algunos tipos de cáncer (mama, endometrio, colon).

Atendiendo a razones de salud, las últimas guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan reducir la ingesta de azúcares libres (los que se añaden a los alimentos) a menos del 10% de las calorías diarias. Sin embargo, con yogures que hasta triplican el contenido de azúcar propio de la lactosa, "el consumo de un solo envase de 125 gramos ya supondría la mitad de azúcar que como mucho se recomienda tomar al día", argumenta Sánchez.

Lo preocupante para los autores de la investigación británica es que "el yogur, que es percibido como un 'alimento saludable', puede ser una fuente no reconocida de azúcares agregados en la dieta". Con el objetivo de identificar y comprobar qué parte de estos productos no resulta tan saludable, un grupo de expertos de las universidades de Surrey y Leeds (Reino Unido) han evaluado los nutrientes de casi 900 yogures disponibles en cinco grandes cadenas de supermercados online de Reino Unido (lo que supone el 75% de la cuota de mercado).

Se clasificaron en ocho categorías: los dirigidos a los niños, los bebidos, otras alternativas (de soja), de postre (como la mousse de chocolate), con fruta, de sabores, orgánicos y natural/griego. Sólo los incluidos en esta última categoría contenían un promedio de cinco gramos por cada 100. "Ésta es precisamente la cantidad máxima por la que puede adjudicarse la definición 'bajo en azúcar'", aclara Bernadetter Moore, del departamento de Ciencias nutricionales de la Universidad Surrey y uno de los autores de este análisis que acaba de publicar la revista 'Bristish Medical Journal Open' (BMJ Open).

El resto de los productos estudiados "excedía significativamente el contenido de azúcar recomendado", según reza el artículo. En palabras de Aitor Sánchez, en España no es muy diferente: "De todas las propuestas de un estand de yogures, sólo son saludables los naturales. Entre el 80% y el 90% de las opciones son azucaradas o edulcoradas". Según refleja el artículo británico, sólo el 9% de los yogures analizados son bajos en azúcar y casi ninguno de estos forma parte de la categoría de niños, que son los que más yogures consumen generalmente. "Esto es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de la obesidad infantil y la prevalencia de caries dental en esta parte de la población", alega Moore.

Como era de esperar, y a tenor de los datos aportados por 'BMJ Open', los yogures que más azúcar añadido tienen son los postres, con un promedio de 16,4 gramos por cada 100, "lo que representa más del 45% de la ingesta de energía diaria", puntualizan los investigadores. Después, continúa la categoría de orgánicos (con 13,1 gr/100 gr), de sabores (con 12 gr/100gr), con frutas (11,9 gr/100 gr), infantil (con 10,8 gr/100gr), otras alternativas (9,2 gr/100 gr), los bebidos (9,1 gr/100 gr) y los naturales/griego (5 gr/100 gr).

Es cierto que la evidencia científica sugiere que el yogur y otros productos lácteos fermentados ayudan a la salud digestiva y general. Constituye una buena fuente de bacterias 'amigas' y también aporta proteínas, calcio, yodo y vitamina B. Además, resumen los autores en el estudio, "tiene efecto positivo en el desarrollo de los huesos y reduce la erosión de los dientes". Sin embargo, y a la vista del análisis, "no todos los yogures son tan saludables como quizás los consumidores los perciban, por lo que convendría una reformulación para la reducción de azúcares añadidos".

En esta misma línea, el experto español explica que si se atiende a la salud, "ningún yogur debería llevar azúcares añadidos y no existe razón nutricional que justifique lácteos específicamente dirigidos a los niños. Esto se hace exclusivamente desde un punto de vista publicitario".

Para aprovechar los beneficios del yogur sin la amenaza del azúcar, aparte de una regulación más estricta para la industria láctea, explica Aitor Sánchez, "debería fomentarse el consumo de estos productos, pero matizando aquellos que no llevan azúcares añadidos, es decir, los naturales". A quien no le guste el sabor, se puede mezclar con fruta, frutos secos e incluso fruta deshidratada. Hay opciones saludables para esquivar los embistes del azúcar.

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