Una vez publicado, se desarrollarán los protocolos a seguir

FUENTE: Correo Farmacéutico

 

Vicente Colomer, secretario del COF de Valencia, explica que el decreto de servicios profesionales farmacéuticos aprobado esta semana en la Comunidad Valenciana es “pionero”, ya que abre la puerta a la concertación de servicios. “Si el de Aragón fue pionero a nivel de servicios personalizados de dosificación (SPD), este lo es de forma más abierta, para ir analizando servicios que la sociedad demanda, y ver si se pueden valorar y pilotar”.

En ese sentido, cree que supone un amparo legal importante, del que espera tomen nota en otras autonomías, “porque el futuro de la farmacia es múltiple, pero también va por la vía asistencial”.

A su vez, alude a que la disposición adicional tercera sobre el no incremento de gasto no quiere decir que los servicios no deban ser remunerados, sino que no generarán nuevos gastos a los presupuestos ni implicarán a más personal por parte de la Administración.

Una vez sea publicado en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), el paso siguiente es que la Administración acredite a las farmacias que están recibiendo la certificación de su COF, algo en lo que los COF de la comunidad autónoma ya están trabajando.

“El COF de Valencia ya lleva tiempo certificando farmacias, para lo que se requiere un farmacéutico capacitado y que la farmacia cumpla determinadas condiciones, como la zona de atención personalizada (ZAP)…”, comenta Colomer.

Añade que en este decreto hay un paso más: la acreditación, que es lo que hará la Administración con las farmacias que pueden prestar servicio a nivel concertado, “con unos protocolos comunes y un servicio homogéneo”.

Estandarización

Por tanto, la pretensión es estandarizar procedimientos, “para lo que habrá una comisión central de asistencia farmacéutica, que es una comisión mixta entre Administración y COF, que creará un comité y se desarrollarán los procedimientos”, indica.

Si bien explica que País Vasco es una autonomía modelo en cuanto a la concertación de servicios, se remonta a un programa iniciado por la Comunidad Valenciana hace tiempo, cuando el Sida estaba en pleno apogeo.

Se trata de Tot en tuberculosis, considerado, según Colomer, “el primer servicio profesional remunerado que se hizo en España”. Por entonces, explica, “muchos de los enfermos de Sida tenían tuberculosis. Les curábamos en hospitales, pero necesitaban un tratamiento ambulatorio y para conseguir esa adherencia se llegó a un concierto a través de servicios sociales. En este proceso, al paciente se le asignaba una farmacia de referencia para tomarse la medicación ante el farmacéutico y, si no acudía, se avisaba a la policía”.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas