La dermatitis atópica afecta a la función barrera de la piel, aquella encargada de evitar que penetren sustancias que provocan irritaciones

FUENTE: 20 minutos

 

En España se estima que actualmente la dermatitis atópica afecta a cerca del 10% de la población. Y eso son millones de personas. En el caso de su variedad grave, es entre un 0,2% y un 0,5% de la ciudadanía.

Este lunes, el presidente de la Sociedad Española de Alergia de Inmunología Clínica (SEAIC), el doctor Joaquín Sastre, señalaba que la Unión Europea ha aprobado terapias biológicas para tratar la dermatitis atópica grave , que estarán disponibles en los hospitales de España en dos meses, y que "cambiarán la vida de estos pacientes de forma radical".

Y es que esta enfermedad trae consigo una gran carga psicológica en muchos pacientes ya que provoca insomnio, ansiedad y síntomas de depresión, así como sensación de aislamiento. "Su calidad de vida es realmente mala y desesperante", añade el doctor.

¿Qué es la dermatitis atópica?

Es una enfermedad crónica de la piel que suele desencadenarse en brotes manifestados con eczemas en la piel y picor intenso. Típicamente afecta a las partes internas de los codos, detrás de las rodillas y en la cara, pero también puede cubrir la mayor parte del cuerpo.

¿A qué edad aparece?

La dermatitis atópica, al contrario de lo que se piensa, se da en todas las edades aunque es más frecuente en niños (afecta a un 20% de los menores).En cinco o seis años en muchos casos desaparece o cursa con mucho menos gravedad.

No obstante, la dermatitis atópica grave afecta a muy pocos niños y empieza en la edad adulta, en la segunda década de la vida, y a veces se confunde con otras enfermedades cutánea graves. Además, afecta a ambos sexos por igual.

¿Cuales son sus síntomas?

El principal síntoma es el picor —tan intenso que para los pacientes es muy difícil evitar el rascado— piel reseca, escamosa y comezón; grietas detrás de las orejas, sarpullidos en las mejillas, brazos y piernas. Durante las erupciones se pueden desarrollar llagas con secreciones o costras por el hecho de rascar, o por infecciones.

¿Tiene cura?

Actualmente no existe una cura definitiva para esta enfermedad. Sin embargo, los tratamientos médicos pueden controlar de forma bastante eficaz los síntomas más molestos, como el picor y el enrojecimiento.

¿Cuál es su tratamiento?

En primer lugar hay que consultar con un dermatólogo para que realice un diagnóstico y ponga el tratamiento correcto. Es importante no caer en la automedicación. Junto al tratamiento hay que tener en cuenta los cuidados higiénicos y de hidratación.

Dos estudios epidemiológicos realizados en España han demostrado que los pacientes con dermatitis atópica grave no responden al tratamiento tópico habitual y requieren el uso de medicación más tóxica como cortisona o incluso inmunosupresores. Sin embargo, ya está autorizado el uso de dupilumab, un tratamiento biológico que "realmente está cambiando la vida de las personas afectadas de forma radical", según comenta Joaquín Sastre.

¿Cuidados?

El hábito del cuidado de la piel con dermatitis atópica ha de ser constante y para toda la vida, ya que es más sensible a las agresiones externas, además de ser más seca. Si el manto ácido de la piel se recompone, disminuye la sequedad y con ella el picor, que es el principal síntoma. Este escozor lleva al rascado frecuente con la consiguiente aparición de lesiones de eczema y, si es crónico, causa el progresivo adelgazamiento de la piel.

Los productos empleados para la higiene han de ser poco irritantes: es mejor evitar los jabones alcalinos y, en general, es preferible que no tengan perfume. Al evitar la irritación, también desencadenada por el exceso de sudor, se controla también que la microflora normal de la piel no se altere.

Se recomiendan cremas hidratantes grasas, sobre todo las cremas y la vaselina. Las lociones y los aceites consiguen una menor hidratación. También es aconsejable el baño diario, acompañado en los tres minutos posteriores con una crema hidratante para retener mayor cantidad de agua y así mantener la piel más suave y flexible.

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