Pocas personas realizan bien un acto tan cotidiano y que actúa de barrera contra las bacterias

FUENTE: Levante EMV

 

Ahora que las bajas temperaturas se han apoderado de los termómetros es muy común ver a gente por la calle, en las tiendas o en la oficina, constipada, con mocos, tosiendo... Estamos expuestos a los millones de microorganismos de nuestro entorno, y aunque no seamos consciente de ellos, podemos hacer algo muy sencillo para evitar ponernos enfermos.

¿Qué es? Eso tan fácil que se debe hacer de forma asidua es tener una correcta higiene: lavarse bien las manos es uno de los primeros cuidados de salud que ayuda a prevenir muchas enfermedades y la transmisión de bacterias.

Aunque parezca algo obvio y cotidiano, no todo el mundo se lava bien las manos. Es por este motivo que a continuación detallamos, paso a paso, cómo debe hacerse un buen lavado de manos. Un gesto sencillo, económico y práctico ya que nos puede ayudar a detener muchas enfermedades infecciosas antes de que éstas aparezcan.

Así debes lavarte las manos para obtener una higiene óptima

  1. Moja las manos y aplícate jabón encima, no importa si es líquido, en polvo o en barra. Evita todo aquello que sea "antibacteriano", "antimicrobiano" o "antiséptico" ya que es mejor conservar las propiedades de la piel. A falta de jabón, es válido utilizar un gel para manos o un limpiador con base de alcohol.
  2. Frota las manos con energía hasta que salga espuma durante al menos 20 segundos ya que se necesita ese tiempo para que el jabón y la limpieza eliminen los gérmenes.
  3. Enjuágate bien las manos bajo el grifo de agua corriente.
  4. Ahora debes secarte las manos utilizando un secador de aire o una toalla de papel.
  5. Si estás utilizando una toalla de papel, utilízala para cerrar el grifo, especialmente si estás en un baño público.
  6. Lava las manos con frecuencia:
  • Antes de las comidas
  • Antes, durante y después de manipular alimentos
  • Después de ir al baño
  • Después de estornudar o toser
  • Después de haber estado en contacto con sangre o fluidos del cuerpo
  • Después de cambiar pañales
  • Antes y después de curar una herida
  • Después de tocar la basura, un trapo sucio, el suelo...
  • Después de tocar animales o sus pertenencias
  • Con mayor frecuencia cuando hay un enfermo en casa
  • Siempre que las manos estén sucias

Si realizamos un correcto lavado de manos crearemos una barrera muy resistente al contagio de ciertas enfermedades como por ejemplo, la conjuntivitis, la neumonía errante, la hepatitis A, la infección por estreptococos o el sarpullido conocido como molluscum contagiosum.

Como bien apunta Unicef en su página web, lavarse las manos con jabón previene enfermedades de una manera más sencilla y menos costosa que cualquier vacuna, así que a ¡arremangarse y a mojarse!

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