Si roncas de manera intermitente y entrecortada puedes padecer apnea

FUENTE: El Mundo

 

Noche tras noche, se convierte en la tediosa banda sonora de muchos dormitorios. Su presencia puede suponer un verdadero lastre en el momento de meterse en la cama. Y su persistencia puede llegar, incluso, a romper relaciones de pareja. El ronquido, cuyo origen se localiza en la vibración de los tejidos de la vía aérea superior, representa una molestia para quienes lo emiten y un auténtico fastidio para quienes lo presencian. Según apuntan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), pese a que las cifras varían en función de la franja de edad o el tipo de población que se analice, los estudios epidemiológicos realizados desde 1980 hasta 2007 indican que su prevalencia media se sitúa en torno al 32% en los varones y al 21% en las mujeres.

Pero, además de incómodo, ¿puede ser también preocupante? Distintas patologías a nivel nasal, como desviación del tabique, pólipos nasales o vegetaciones pueden estar tras él. Según argumenta la neumóloga Olga Mediano, coordinadora del Área de Sueño de Separ, sólo aquellos ronquidos que suenan de manera intermitente y entrecortada pueden llegar a convertirse en un motivo real de preocupación. "Los pacientes que padecen apnea del sueño, por ejemplo, presentan pausas respiratorias dentro del ronquido", explica. Mientras que asegura que el ronquido simple no produce síntomas durante el día, el exceso de sueño durante la jornada, así como las alteraciones en la memoria y las dificultades en la concentración son algunos de los indicadores que pueden delatar este problema subyacente que no conviene eludir. "Hay pacientes que también acuden derivados por el neurólogo por presentar fuertes dolores de cabeza, incluso por ansiedad o depresión como consecuencia de ese cansancio que sufren de día y que interfiere en su rutina", añade Sofía Romero, doctora del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS) de Madrid.

Según expone, la apnea del sueño, definida por la Separ como "el más frecuente de los trastornos respiratorios que se produce durante el sueño", se traduce en "una interrupción de la respiración causada por el cierre de la vía aérea superior. Puede ser un cierre total (apnea) o parcial (hipoapnea). Esto provoca un descenso en el oxígeno en sangre durante la noche. El motivo más frecuente es la obesidad, que hace que se acumulen depósitos de grasa alrededor del cuello, lo que provoca que se obstruya la entrada de aire". Sin embargo, el exceso de peso no es la única causa.

EN LOS NIÑOS

"También hay casos de gente joven y sin obesidad, en cuya exploración otorrinolaringológica se aprecia que sus amígdalas son más grandes, o bien una úvula hipertrofiada, o una malformación craneofacial o en el paladar». En el caso concreto de los niños, Mediano incide en que la apnea del sueño «es muy relevante", volviendo al tamaño de las amígdalas como causa principal.

Para determinar en qué escenario se encuentra un paciente, Romero recomienda un estudio en una unidad especializada en trastornos del sueño. Según asegura, la prevalencia de la apnea del sueño es de un 6% en hombres y un 4% en mujeres. No obstante, desde la Separ afirman que "el elevado infradiagnóstico provoca que sólo se trate entre un 5 y un 9% de la población afectada", pese a que una mayor sensibilidad hacia esta patología ha logrado que el número de visitas en los servicios de neumología aumente.

"Los estudios desvelan el número de apneas o hipoapneas que se registran en una hora de sueño. De 5 a 15 puede considerarse leve. De 15 a 30, moderado. Y, a partir de 30, grave. Los casos que a nosotros fundamentalmente nos importan son estos últimos, por estar relacionados con un mayor factor de riesgo cardiovascular. Los otros casos dependen de los síntomas que muestre el paciente, si se siente cansado durante el día o si presenta también ese factor de riesgo cardiovascular, como hipertensión o dislipemia", enumera la doctora Romero.

ACCIDENTES DE TRÁFICO

Además, el deterioro de la calidad de vida provocado por el exceso de sueño es otro de los aspectos remarcados por las especialistas, así como el aumento de riesgo de siniestralidad. "El síndrome de la apnea multiplica por cuatro el riesgo de accidente de tráfico", remarca Mediano. "Otras consecuencias más novedosas que se están estudiando tienen que ver con el incremento de la agresividad del cáncer y con trastornos metabólicos como diabetes".

Medidas posturales como no dormir boca arriba, evitar el consumo de alcohol, tabaco y sustancias sedantes como las benzodiacepinas, que ejercen una acción relajante sobre la musculatura de la faringe, son algunas de las pautas recomendadas por los expertos para, en la medida de lo posible, reducir el ronquido, así como la práctica regular de deporte y el uso de humidificadores, ya que el aire seco y frío puede irritar la mucosa de la zona de la garganta y provocar más inflamación. Regular los horarios de sueño y comidas y la exposición a la luz también puede resultar determinante.

En cuanto a soluciones más concretas, los dispositivos de avance mandibular, que provocan un adelanto de la mandíbula con respecto al maxilar superior, aumentando el espacio que hay tras la lengua, son una alternativa. "También se puede optar por un dispositivo de CPAP. Lleva una turbina interna que genera una presión de aire y que va a través de una mascarilla de plástico hasta la nariz. Al pasar esa presión por la garganta, esta se abre y el paciente respira de modo normal", apunta Romero. "Antes, la apnea del sueño no se tenía tan en cuenta, pero ahora estamos haciendo un esfuerzo para que se le dé la importancia que tiene".

UNA ELEVADA AUSENCIA DE DIAGNÓSTICO EN ESPAÑA

Según indican los expertos consultados, el paciente con apnea del sueño se queda dormido rápidamente y tiene la sensación de dormir durante toda la noche. Este aspecto concuerda con los porcentajes de infradiagnóstico que maneja la Separ. Según esta sociedad, sólo se trata entre un 5 y un 9% de la población afectada. Los pacientes de edad media, fundamentalmente hombres, son los que presentan una mayor probabilidad de padecer apnea del sueño, ya que la obesidad troncular, una de las principales causas de este trastorno, es más frecuente en ellos.

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