Esta tecnología médica alivia los síntomas de la enfermedad y en muchos casos, disminuye la toma de fármaco.

FUENTE: ABC

La Estimulación Cerebral Profunda para el control de la enfermedad de Parkinson desarrollada por Medtronic ha demostrado -en pacientes adecuadamente seleccionados- una eficacia de recuperación funcional de más del 85%. Es decir, 8 de cada 10 pacientes que reciben este tratamiento mejoran considerablemente la capacidad de realizar actividades cotidianas vitales como vestirse, asearse o comer.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Parkinson 2019, Medtronic se une a la Federación Española de Párkinson (FEP) y las asociaciones federadas, en una campaña de sensibilización bajo el lema «En 2040 el Parkinson será la enfermedad grave más común. Conocerlo es el primer paso para combatirlo». Esta iniciativa persigue el objetivo de dar a conocer la enfermedad, así como de hacer consciente a la sociedad sobre la prevalencia y su repercusión en nuestro futuro.

La estimulación cerebral profunda es un procedimiento que consiste en implantar un neuroestimulador mediante cirugía mínimamente invasiva. Este pequeño dispositivo, similar a un marcapasos, estimula eléctricamente y de forma precisa zonas definidas de cada lado del cerebro. Así bloquea las señales eléctricas del cerebro que causan las disfunciones motoras. La terapia está indicada para pacientes en los que la medicación causa efectos secundarios discapacitantes o cuando el tratamiento farmacológico disminuye su eficacia.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso central de manera crónica, progresiva e invalidante. El Parkinson no tiene cura, es la segunda enfermedad en prevalencia después del Alzheimer y se estima que afecta a más de 160.000 personas en España, y 7 millones en todo el mundo. Los últimos estudios² apuntan que los trastornos neurológicos son hoy la principal causa de discapacidad, y el Parkinson es la enfermedad neurológica con mayor índice de crecimiento, estimando que en 2040 se convierta en una pandemia, afectando a alrededor de 12 millones de personas en el mundo.

La incidencia de la enfermedad aumenta con la edad, y la población mundial está envejeciendo.

Después del implante, el paciente y su neurólogo establecen un programa de seguimiento con citas regulares. El médico podrá ajustar la neuroestimulación mediante el programador externo de forma no invasiva y reversible.

La duración de la batería depende de los parámetros de estimulación y del número de horas diarias de uso del dispositivo, que se puede apagar mediante el mando a distancia del paciente. En general, la batería dura entre 3 y 5 años, después de este periodo es necesario sustituirla. Los cables y las extensiones no hace falta reemplazarlos, por lo que se trata de un procedimiento sencillo, con anestesia local y una duración de poco más de una hora.

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