Este patrón de alimentación se basa en la ingesta de frutas, verduras, frutos secos, granos enteros, aves de corral, pescado y productos lácteos bajos en grasa, y una reducción del consumo de sal, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas

FUENTE: ABC

La dieta DASH ya había demostrado ser beneficiosa para reducir la presión arterial alta, y es una manera saludable de adelgazar. Ahora, un nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina Wake Forest y publicado en «American Journal of Preventive Medicine», confirma que también puede disminuir el riesgo de fallo cardíacoen personas menores de 75 años.

El estudio observacional, que abarcó a más de 4.500 personas, mostró que los individuos menores de 75 años que se adhirieron más a la dieta DASH (siglas en inglés de Enfoques dietéticos para detener la hipertensión) tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar insuficiencia cardíaca que aquellos cuyos hábitos alimenticios eran los menos compatibles con esta dieta.

«Solo unos pocos estudios previos han examinado los efectos de la dieta DASH en la incidencia de insuficiencia cardíaca y han arrojado resultados contradictorios», explica la autora principal del estudio, la doctora Claudia L. Campos, profesora asociada de medicina interna general en Wake Forest School of Medicine. «Esta investigación demostró que seguir la dieta DASH puede reducir el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca a casi la mitad, lo que es mejor que cualquier medicamento», concluye.

La dieta DASH se basa en la ingesta de frutas, verduras, frutos secos, granos enteros, aves de corral, pescado y productos lácteos bajos en grasa, y una reducción del consumo de sal, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas. Es similar a la dieta mediterráneapero se diferencia en la recomendación de productos lácteos bajos en grasa y en la exclusión de las bebidas alcohólicas.

Para el estudio, los investigadores revisaron los registros de salud cardiovascular de 4.478 hombres y mujeres de múltiples etnias en seis lugares de EE. UU. durante 13 años. Los participantes, de entre 45 y 84 años, no tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular cuando se inscribieron en el Estudio Multiétnico de Aterosclerosis entre 2000 y 2002.

La evaluación de sus hábitos alimenticios se basó en las respuestas que dieron a un cuestionario de 120 ítems en los que se preguntaba el tamaño de la porción y la frecuencia de consumo de alimentos y bebidas concretas. Usando estos datos, el equipo del estudio dividió a los participantes en cinco grupos, cada uno representando el 20 por ciento de la población del estudio, en función de qué tan bien (o mal) se alinearon sus hábitos alimenticios con la dieta DASH.

El riesgo de insuficiencia cardíaca no varió significativamente según el seguimiento de DASH para la población en general, pero sí para los participantes menores de 75 años. Los del grupo con el mayor cumplimiento de DASH tuvieron una tasa de incidencia un 40 por ciento más baja que los del grupo con la adherencia más baja.

«Esta investigación proporciona un marco para una mayor exploración de la dieta DASH como un elemento eficaz en la prevención primaria de la insuficiencia cardíaca», asegura la doctora Campos.

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