Los golpes de calor son más frecuentes a principios de verano. El cuerpo se va aclimatando poco a poco a las altas temperaturas.

FUENTE: 20 minutos

Apenas acabamos de salir de la primera ola de calor del verano y ya tenemos que lamentar tres muertes, dos ancianos de más de 90 años y un joven de 17, todos ellos por un golpe de calor. Los ancianos, los bebés y las personas obesas o con enfermedades crónicas, sobre todo las de tipo cardiocirculatorio y respiratorio, son las más vulnerables al calor.

Sin embargo, nadie está a salvo de sufrir sus consecuencias, sobre todo las personas que trabajan o realizan ejercicio físico expuestos a altas temperaturas. Conocer los primeros síntomas y actuar rápido es crucial para que un golpe de calor no tenga un desenlace fatal.

¿Qué es un golpe de calor?

Se produce un golpe de calor en nuestro organismo cuando este no es capaz por sí mismo de regular la temperatura corporal y se calienta demasiado y muy rápidamente, hasta alcanzar los 40 o 41 grados. Esto puede provocar graves daños, como un shock, insuficiencia en varios órganos -como el riñón, el páncreas, el hígado…-, daño cerebral y, en los casos más extremos, incluso la muerte.

Es, sin duda, la situación más grave que puede provocar la exposición a altas temperaturas. Los golpes de calor son más frecuentes a principios de verano, debido a que a lo largo del periodo estival el cuerpo se va aclimatando a las altas temperaturas.

Además, la mortalidad de estos suele aumentar hasta un 20% si las temperaturas exceden de los 38,5 grados o si hay más de 36,5 grados más de cuatro días seguidos.

Síntomas del golpe de calor

Según informa el Ministerio de Sanidad, los síntomas más claros son:

  • Piel muy caliente, seca y enrojecida
  • Ausencia de sudor
  • Sed intensa
  • Dolor intenso de cabeza
  • Pulso acelerado
  • Somnolencia y confusión
  • Convulsiones
  • Pérdida de conciencia

La consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, advierte de que, además de un golpe de calor, podemos sufrir algunos episodios menos graves, pero que, de no tratarse, pueden derivar en problemas más serios. Estos son:

  • Insolación, que se manifiesta por un intenso dolor de cabeza después de haber estado expuestos al sol.
  • Calambres, que suelen aparecer a causa de la deshidratación.
  • Síncope, desmayos provocados por la falta de riego cerebral tras estar expuestos al sol de pie. Suelen ocurrir en personas con la tensión arterial baja.
  • Agotamiento por calor, provoca síntomas muy parecido a los del golpe de calor como debilidad, alteraciones visuales, dolor de cabeza, vómitos o desvanecimiento.
  • Ante la presencia de alguno de estos episodios, las recomendaciones son siempre protegerse inmediatamente del calor, hidratarse, descansar y consultar al médico si los síntomas duran más de una hora.

Cómo actuar ante un golpe de calor

Un golpe de calor requiere de una atención médica urgente, por lo que, a la mínima sospecha debemos avisar al 112, sobre todo si hay una pérdida de consciencia. Hasta que lleguen los servicios de urgencia, la Cruz Roja, recomienda tratar de bajar la temperatura corporal de la persona afectada. Para conseguirlo podemos:

  • Trasladarla a un lugar alejado del sol, fresco y ventilado.
  • Quitarle la ropa Darle de beber si está consciente.
  • Echarle agua fresca o/y cubrirlo con algo húmedo.
  • Ponerlo delante de un ventilador o aire acondicionado…

¿Y si nos pasa a nosotros mismos?

En caso de que sospechemos que estamos sufriendo un golpe de calor nosotros mismos, tenemos que buscar ayuda lo antes posible por si perdemos la consciencia y llamar al 112. Además, debemos dejar lo que estamos haciendo y ponernos inmediatamente a la sombra -sobre todo si estamos llevando a cabo una actividad física intensa-, quitarnos la ropa, beber agua, etc. cualquier cosa con la que podamos bajar nuestra temperatura corporal.

Después de ser atendidos por un golpe de calor, es probable que sigamos teniendo algunos síntomas y que seamos más sensibles al calor durante los días siguientes.

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