A partir de los 9 años ya es posible observar en algunos niños un exceso de sebo en el rostro y cuello, que aparece con los cambios hormonales. CF explica cómo controlar el acné en la pubertad.

FUENTE: Correo Farmacéutico

La piel de los niños no tiene acné. Es suave, tersa, sin exceso de seborrea, sin imperfecciones ni lesiones retencionales o comedones. “En la preadolescencia (desde los 9 hasta los 13 años), sin embargo, comenzamos a evidenciar un aumento de seborrea en la piel de la cara, que aparece con los cambios hormonales propios del desarrollo, así como los primeros poros abiertos, popularmente conocidos como espinillas o puntos negros, en zonas características como la frente, nariz, mentón… También se observa un aumento del engrasamiento del pelo, que requiere un lavado más frecuente para mantenerse limpio. Comienza también a aparecer el olor corporal en axilas y genitales, por el desarrollo de las glándulas apocrinas”, explica a CF Cristina Villegas, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Moraleja Sanitas.

A partir de los 8 y 9 años

Los niños pueden comenzar a tener acné en la preadolescencia. “Los hay que con 8 y 9 años ya presentan un aumento de grasa en la zona centro-facial, con lesiones retencionales o comedones. A la mayoría, sin embargo, le aparecen las primeras lesiones alrededor de los 12 y 13 años, en relación con el cambio hormonal”, asegura la dermatóloga pediátrica.

Añade que los típicos granitos que se ven en algunos niños en estas edades ya son lesiones. “El acné se caracteriza por una herida elemental que denominamos comedón, que pueden ser de dos tipos: abiertos (puntos negros) o cerrados (pequeñas papulitas elevadas). Los comedones pueden sobreinfectarse por las bacterias que viven en la piel y dar lugar a lesiones pustulosas o espinillas, incluso a otras más graves como nódulos o quistes”, asegura la experta.

Para evaluar el grado del acné, Manuel E. García Fernández, vocal de Dermofarmacia del COF de Málaga, aconseja acudir a un profesional farmacéutico y nunca recurrir a remedios caseros. “Desde la farmacia se recomendarán las actuaciones necesarias para el tratamiento del acné en los casos más leves o la derivación al médico en los más graves o moderados”. También explica que la aparición de inflamación cutánea es un síntoma que significa que el problema “está traspasando la barrera a partir de la cual se puede requerir medicación y que sería necesaria la visita al especialista”.

En este aspecto, Villegas explica que los antibióticos y formulaciones que mejor funcionan son variados: “Así, los antibióticos tópicos como la clindamicina o la ertromicina, y las combinaciones de peróxido de benzoilo y retinoles tópicos, suelen funcionar muy bien. Cada tipo de acné tiene su tratamiento específico, de manera que, en muchas ocasiones, se utilizan además antibióticos orales. En los casos más severos, la isotretinoína oral es una buena opción. Los anticonceptivos orales con efecto antiandrógeno en determinados casos también se suelen emplear”, indica la dermatóloga pediátrica.

Tratamiento personalizado

¿Es posible prevenir la aparición del acné? “No hay una prevención 100% eficaz, pero es posible incorporar rutinas de limpieza con productos específicos para pieles seborreicas cuando aparezcan las primeras lesiones. Si es imposible controlarlas, habrá que acudir al dermatólogo, que prescribirá el tratamiento más adecuado (siempre individualizado) y evitaremos las inestéticas cicatrices que puede dejar el acné”, señala Villegas.

La dermatóloga también recuerda la importancia de no manipular las lesiones. “Es posible utilizar peelings físicos (con pequeñas partículas que limpian la piel en profundidad) o químicos, con ácido glicólico o salicílico a concentraciones bajas, pero en general no aconsejamos la extracción manual de comedones abiertos o puntos negros”, indica. Para el vocal de Dermofarmacia del COF de Málaga, en estos casos, “lo más recomendable es tener unos hábitos de higiene adecuados y prestar atención a la alimentación durante la adolescencia para no agravar los síntomas”.
Los expertos recomiendan reducir el consumo de lácteos de la dieta en caso de acné, y apostar por otras fuentes de calcio, como el pescado azul o los frutos secos.

Higiene diaria y no manipular lesiones

Los cuidados que necesitan las pieles con tendencia acneica en los preadolescentes requieren una higiene diaria (mañana y noche), “así como seguir una dieta equilibrada rica en antioxidantes”, explica Manuel E. García Fernández, vocal de dermofarmacia del COF de Málaga. Añade que es importante el uso de cosméticos oil free, secar sin fricción tras la higiene, evitar el contacto del cabello con el rostro y realizar el afeitado manual.

En cuanto a la higiene, el vocal malagueño aconseja geles, espumas o agua micelar con pH ácido. “Respecto a la hidratación, es conveniente seleccionar emulsiones o geles con acción seborreguladora con activos antiinflamatorios, queratolíticos y/o antibacterianos, según el caso. Puede ir bien la utilización de mascarillas calmantes, seborreguladoras, renovadoras y/o exfoliantes, aunque los productos exfoliantes se deben evitar si hay lesiones inflamatorias”.

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