Muchos recurren a productos que no necesitan receta para ver si mejoran, pero cuando se trata de casos más graves tienen que acudir a las unidades del sueño en busca de soluciones.

FUENTE: Correo Farmacéutico

Dormir bien es algo importante para la salud. Los diferentes trastornos del sueño pueden llegar a ocasionar a largo plazo problemas neurológicos o cardiovasculares. Es más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya considera como una epidemia de salud pública los problemas del sueño.

La función del sueño es permitir que el sistema nervioso se recupere de su fatiga durante el estado de vigilia. Es indispensable para el desarrollo de la actividad normal, hasta el punto de que la privación del sueño por espacio superior a las 55-60 horas provoca irritabilidad, incapacidad para concentrarse, visión borrosa y alucinaciones.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España puede haber hasta 4 millones de personas que sufren algún tipo de trastorno del sueño crónico o grave. El más común es el de la dificultad para iniciar o mantener el sueño, que afecta a entre un 20 y un 40% de toda la población española. Pero, además de los problemas de insomnio, también existen otros trastornos como son los de excesiva somnolencia o diferentes parasomnias, como pueden ser el sonambulismo, los terrores nocturnos o el bruxismo.

En el mercado actual existen una gran cantidad de productos que no requieren prescripción médica y que buscan solucionar algunos de estos trastornos del sueño. La gran mayoría se centra en los problemas de insomnio, ya que son los más habituales. “Pero también podemos encontrar algún producto para la hipersomnia, como son pastillas de café o algún otro tipo de estimulante que no necesita prescripción médica, pero la gran mayoría se centran en los problemas para conciliar el sueño”, explica Odile Romero, coordinadora de la Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Barcelona.

Melatonina: ¿medicamento o suplemento alimenticio?

Uno de los grupos de productos sin prescripción médica empleados para el tratamiento de los trastornos del sueño es el de aquellos derivados de la melatonina. Se trata de una hormona presente en el cuerpo que afecta el sueño. La producción y liberación de melatonina en el cerebro se relaciona con la hora del día, que aumenta cuando está oscuro y disminuye cuando hay luz.

“Existe el debate entre los especialistas de si estos productos debiesen en realidad tratarse como fármacos, ya que actúan sobre el sistema nervioso. Pero lo cierto es que es útil en determinados casos”, sostiene Óscar Sans, director médico de la Unidad del Sueño en el Hospital Sanitas CIMA de Barcelona.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también señala que la melatonina “está a caballo entre un medicamento, debido a su actividad farmacológica, y un suplemento alimenticio. Y recuerda en su web que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria permite a los fabricantes vender productos con melatonina como suplemento alimenticio que mejora los efectos subjetivos del jet lag y que reduce el tiempo que se tarda en coger el sueño. ”Se trata de uno de los pocos casos en los que este tipo de alegaciones saludables están permitidas en un suplemento alimenticio”, dice la OCU.

Así pues, la OCU aclara que en España se puede encontrar como medicamento desde 2008 y también como suplemento alimenticio, pero en estos últimos la dosis diaria no puede ser superior a 1 mg. “Por encima de eso, será considerado un medicamento ilegal. De hecho, la agencia ha retirado del mercado diferentes productos con melatonina de los que no se conocía su composición exacta, eficacia y seguridad”.

Investigaciones en marcha

Según Sans, existen investigaciones para ver si algunos de estos productos basados en la melatonina o en el triptófano (un aminoácido que interviene en el estado de ánimo y en los niveles de melatonina para dormir mejor) pueden ayudar a ciertas poblaciones. “Una línea de investigación que se está siguiendo en niños con trastorno del espectro autista es ver cómo la melatonina asociada al triptófano puede mejorar el problema de sueño que presentan con mucha frecuencia estos niños” añade Sans.

La ventaja de la melatonina es que no se trata de un fármaco hipnótico por sí mismo, sino que es un cronobiótico. Conforme aumenta la edad de las personas, los niveles de melatonina que el cuerpo produce de forma natural disminuyen. “Por eso a partir de los 55 años la toma de suplementos de melatonina ayuda a regular mejor el sistema circadiano y favorece el sueño, mejorando la sincronización de los ritmos y logrando un sueño más fisiológico” explica Odile Romero.

“Está claro que en problemas como el jet lag o en los trastornos circadianos, la administración de melatonina es un remedio eficaz y que funciona. Tampoco hay evidencias muy rigurosas, pero hay más estudios que avalan su uso”, puntualiza Álex Iranzo, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Clínico de Barcelona.

Uso en niños

Como ya recogió este periódico, las consultas sobre el uso de productos sin receta con melatonina para niños han aumentado significativamente en varios Centros de Información del Medicamento (CIM) de diferentes COF, sobre todo a partir del año 2010, como constantaban desde el CIM del COF de Navarra.

Desde entonces y ante el interés creciente por estos productos, se han editado diversos documentos elaborados por expertos para informar sobre su correcto uso en población pediátrica, como es el caso del informe elaborado por el Grupo Técnico de Trabajo sobre Productos Milagro (Gttpm) de Navarra, integrado por representantes del Departamento de Salud, del Colegio de Médicos, del COF, de la distribución farmacéutica y de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra. En él, se aconsejaba el uso de melatonina en niños sólo bajo control del pediatra o del médico especialista. En la misma línea, las sociedades científicas dedicadas a la infancia y a la medicina del sueño (Aeped, Sociedad Española del Sueño y Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria) elaboraron el texto Uso de la melatonina oral en edad pediátrica, “en respuesta al uso creciente de este producto en población infantil más allá de los casos en los que su empleo podría estar indicado”.

Al margen de la melatonina, los expertos consultados sostienen que muchos de los pacientes que acuden a los especialistas de las unidades de sueño lo hacen después de haber probado sin suerte la mayoría de productos sin prescripción médica. En algunos casos pueden funcionar en un primer momento, pero si existe un trastorno importante de fondo es muy normal que al cabo de un tiempo estos dejen de funcionar. “Se trata de mejorías momentáneas. La mayoría de las personas tienden a probar estos productos, pero no acaban de funcionar. Nosotros en nuestra unidad no somos partidarios de empezar con ellos y preferimos primero hacer una terapia cognitivo-conductual, ofreciendo una serie de consejos para que el paciente se sienta mejor”, explica Sans.

“La mayoría de estos productos, con excepción de la melatonina, son de poca ayuda. Muchos pacientes los prueban para ver si pueden solventar su problema y solo si persiste es cuando acuden a hablar con los expertos”, añade Romero.
Según los expertos, haber tomado estos productos antes de acudir al experto no supone un perjuicio. “Su uso no oculta nada, ya que el diagnóstico se hace siempre hablando con el paciente que explica cuáles son sus problemas”, afirma Iranzo.

Sin embargo, y a pesar de que fisiológicamente tampoco interfieren con otros tratamientos y son sustancias que se eliminan de forma fácil del cuerpo, sí que puede tener un efecto pernicioso. “Pueden motivar una pérdida de confianza en el paciente y eso puede complicar posteriormente el tratamiento. Al igual que alguien que ha probado dos o tres dietas que no le han funcionado y luego recela de la nueva que se plantea, aquí puede pasar algo similar”, comenta Odile Romero.

Falta concienciación

En lo que coinciden los expertos es que en la actualidad todavía no se le da la importancia que realmente tiene a los trastornos del sueño. “Vemos que hay mucha concienciación sobre aspectos como la dieta o el ejercicio físico, pero la población no es consciente de los problemas de salud que pueden suponer los trastornos del sueño y todavía no se consultan tan frecuentemente como debería hacerse”, finaliza, Sans.

Lo natural necesita más evidencia

Los derivados de plantas medicinales son una opción para el abordaje de los trastornos leves del sueño. Las que se utilizan en el caso del insomnio son aquellas con acción neurosedante, que se emplean también en casos de ansiedad y tensión nerviosa, ya que provocan una sedación gracias a que atenúan la hiperexcitabilidad nerviosa.

Al contrario que muchos de los somníferos de síntesis química, las plantas medicinales sedantes y tranquilizantes son capaces de inducir el sueño natural, sin provocar somnolencia residual a la mañana siguiente y sin riesgo de crear dependencia.

Son numerosas los plantas medicinales con actividad sedante, y algunas de las más utilizadas son el lúpulo (Humulus lupulus L.), la pasiflora (Passiflora incarnata L.), la valeriana (Valeriana officinalis L.) y la amapola de California (Eschscholzia californica Cham.). “Hoy en día no tenemos suficiente evidencias para decir si estos remedios naturales pueden llegar a beneficiar realmente a los pacientes con trastornos del sueño”, comenta Óscar Sans, director médico de la Unidad del Sueño en el Hospital Sanitas CIMA de Barcelona, opinión que comparte Álex Iranzo, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Clínico de Barcelona.

Odile Romero, coordinadora de la Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Barcelona, considera insuficiente la investigación para establecer con rigor sus propiedades. “Es cierto que la valeriana tiene un perfil ansiolítico –reconoce–, pero habría que conocer exactamente el rigor del compuesto de valeriana, porque no es lo mismo una más pura que otra menos y tampoco es igual una infusión que una pastilla, ni la hoja tiene las mismas propiedades que la raíz”.

El rigor, en la botica

Precisamente, para evitar estas variaciones, desde el Centro de Investigación en Fitoterapia (Infito) insisten en “adquirirlos en la farmacia, donde se presentan en condiciones óptimas y de acuerdo a la normativa legal y bajo el consejo de un farmacéutico”. Lo cierto es que los médicos consultados tampoco se posicionan en contra de estos productos. “La ventaja que tienen sobre otras sustancias más farmacológicas es que el sueño que producen es más fisiológico, porque las benzodiacepinascrean dependencia”, confirma Romero.

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