El gasto sanitario público total en 2019 acabará, en términos reales, en 72.000 millones de euros aproximadamente. A partir de los datos que proporciona el Ministerio de Hacienda se puede calcular que el gasto directo en medicamentos de los 344 hospitales públicos que hay en España, superará al de las 22.071 oficinas de farmacia a PVL al cierre del año.

Oficialmente disponemos todos los meses del gasto farmacéutico público con datos aportados por los Ministerios de Sanidad y de Hacienda. Este gasto público tiene dos grandes componentes: el gasto farmacéutico hospitalario y el gasto farmacéutico a través de oficina de farmacia, al que conocemos como ambulatorio o de atención primaria.

Hasta fechas recientes, la información sobre uno y otro era enormemente asimétrica, mientras el gasto en farmacia comunitaria se sabe con exactitud, debido a la facturación de estas, el gasto hospitalario aún sigue teniendo falta de precisión y fiabilidad en la información hoy en día se dispone de fuentes oficiales y de empresas especializadas que van aportando detallada información que nos permite avanzar en su conocimiento como paso previo a su evaluación. Los datos que proporciona el Ministerio de Hacienda son los que aparecen en la siguiente tabla:

El crecimiento del gasto es muy superior en los hospitales

Los datos aportados por el Ministerio de Hacienda indican que el gasto hospitalario publico acumulado por todas las administraciones ha sido  de 4.930,6 M€ con un incremento sobre el mismo periodo el año anterior del 7.1%, Mientras que ese gasto total en oficinas de farmacia ha sido de 7.479,9 M€ con un incremento del 1.4%. La diferencia está en el gasto de distribución y márgenes de los almacenes y oficinas de farmacia pero si se consideran las cifras a PVL el gasto hospitalario es superior.

El gasto de las farmacias es neto, mientras que el de los hospitales, no lo es

Otra consideración es que el gasto en oficina de farmacia es neto, tras numerosos descuentos y deducciones a las que están sometidas, mientras que el gasto de los hospitales en medicamentos está afectado por gastos de estructura que merecen una consideración especial.

La facturación de las recetas en las farmacias supone un gasto neto para las Administraciones públicas, mientras las farmacias pagan sus gastos de estructura, coste del stock, personal, gastos financieros e incluso la formación de farmacéuticos en prácticas. Además, las farmacias hacen guardias sin remuneración alguna.

En los hospitales públicos, lo que se paga por los medicamentos no tiene en cuenta ni el coste de la distribución (la industria les envía los medicamentos), almacenaje y stock; ni el coste del personal; ni la formación de los FIR; ni las guardias que son remuneradas, ni los gastos generales atribuibles de locales y energía, así como otros muchos que conlleva este servicio, además habría que saber si se ha incluido las compras de los centros sociosanitarios públicos, ya que los privados si están incluidos en los datos de facturación de las Oficina de Farmacia.

La conclusión es que, aunque el gasto público de medicamentos en hospitales parece que se igualará al de las farmacias a PVL a fin de año, el hecho es que, con toda probabilidad, ya se ha superado hace mucho tiempo.

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