El organismo considera que "es pronto" para establecer la alarma, dado el número de casos.

FUENTE: El País

El brote de neumonía causado por el virus 2019-nCoV es “importante”, pero no es una urgencia mundial. Esta es la conclusión a la que llegó ayer el comité de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que acordó que, de momento, no declarará una alarma global por el coronavirus de Wuhan. “Esto no quiere decir que no pueda hacerse en otro momento”, subrayó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo.

Fue el segundo día de reuniones y la decisión no fue unánime. El comité estuvo dividido: la mitad de los 16 expertos pidió tomar esta medida excepcional, y la otra mitad se mostró contrario. “Dado el número de casos [más de 600] y su severidad [18 muertes], con un limitado número de infecciones fuera de China y considerando los esfuerzos de las autoridades de este país para contener al virus, hemos decidido que es demasiado temprano”, aseguró en una rueda de prensa retransmitida desde Ginebra Didier Houssin, el presidente del comité de emergencia, quien también matizó que la OMS está preparada para cambiar de opinión en los próximos días si la situación lo requiere.

Houssin recordó que declarar la alerta mundial es un hecho histórico para una epidemia que puede tener impacto en los países afectados. Anteriormente, la OMS tomó esta medida en tan solo cinco ocasiones: ante el brote de gripe H1N1 (2009), los de ébola en África Occidental (2014) y en la República Democrática del Congo (2019), el de polio en 2014 y el de virus zika en 2016.

La emergencia internacional es una medida destinada a contener la expansión de una enfermedad. Según el tipo de patógeno, sus características y su evolución, se toman determinadas medidas. En el caso de la polio, por ejemplo, una enfermedad muy conocida, la principal recomendación de la OMS fue asegurarse de que todos los residentes o quienes vayan a residir en Irak (foco del brote) recibieran una dosis de vacuna oral o intravenosa contra la polio. La idea era evitar que los viajeros se convirtieran en transmisores del virus. La restricción de tránsito, tanto de personas como de mercancías, es otra de las medidas posibles. Algo que, subrayó Ghebreyesus, no está recomendado hoy por hoy en China, más allá de las medidas que han decretado las autoridades locales, que tomaron por iniciativa propia, no por consejos de la OMS.

Las dos enfermedades más parecidas que se conocen son el SARS (síndrome respiratorio agudo y grave, en inglés) y el MERS (el síndrome respiratorio de Oriente Medio, en inglés). El primero surgió también en China, en el año 2002. En esta ocasión hubo más unos 8.000 infectados, de los cuales fallecieron aproximadamente un 10%. El MERS surgió en Arabia Saudí en 2012 y fallecieron un 35% de los afectados. Es temprano para sacar conclusiones en el caso del nuevo virus de Wuhan, pero hasta ahora la tasa de mortalidad ronda el 3%. La mayoría de quienes han muerto son hombres mayores de 60 años con patologías previas, como recordó ayer Ghebreyesus.

El máximo responsable de la OMS insistió en que el hecho de no declarar la alarma mundial no quiere decir que el organismo no se tome “en serio” el brote. “Nada más lejos de la realidad. Estamos siguiéndolo minuto a minuto, trabajando para contener la transmisión entre humanos, coordinando nuestras redes de expertos”, insistió.

Los especialistas alabaron la transparencia con la que China está abordando el caso, así como su rapidez: “Se ha detectado gracias a que el país tenía un sistema de detección de enfermedades respiratorias”. Pero el comité, en su pronunciamiento oficial, también pide al gobierno que facilite “más información sobre las medidas de gestión de riesgos entre gobiernos, incluidos los sistemas de crisis a nivel nacional, provincial y municipal, así como otras medidas nacionales”.

La OMS ha pedido al resto de países que se mantenga alerta, ya que “es probable que aparezcan más casos, tanto dentro de China como fuera”. En ellos recomiendan medidas básicas entre los ciudadanos, como lavarse las manos con frecuencia o taparse la boca y nariz con el antebrazo al estornudar. El organismo ya está investigando vacunas que puedan ser efectivas contra esta dolencia, algo para lo que ya hay camino recorrido gracias a lo que se conoce del SARS y el MERS.

Los expertos de la OMS reconocieron que una de las prioridades es detectar el origen del brote. Aunque algunos expertos han señalado serpientes como posible foco, “no existe evidencia concluyente” de esto. Los especialistas coincidieron en que todavía hay mucho que no se sabe de la enfermedad, como el mecanismo de contagio entre humanos, si se puede manifestar de forma asintomática e, incluso, la severidad de la dolencia.

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