Puede ayudar a frenar el avance de la fragilidad y el deterioro cognitivo, sugiere un estudio publicado en la revista «Gut».

FUENTE: ABC

La dieta mediterránea no solo incrementa los tipos de bacterias intestinales relacionadas con el envejecimiento 'saludable', sino que también reduce los microrganismos asociados con la inflamación dañina en las personas mayores. Los resultados se publican en la revista «Gut».

El envejecimiento se asocia con el deterioro de las funciones corporales y el aumento de la inflamación, lo se asocia con la fragilidad. La dieta mediterránea podría actuar sobre las bacterias intestinales para así frenar el avance de la fragilidad física y el deterioro cognitivo en las personas más mayores, sugieren el informe.

Investigaciones previas sugieren que una dieta pobre / restrictiva, que es común entre las personas mayores, en particular las que reciben atención a largo plazo en residencias, reduce el rango y los tipos de bacterias (microbioma) que se encuentran en el intestino y ayuda a acelerar la aparición de fragilidad.

Los resultados mostraron que seguir la dieta mediterránea durante 12 meses se asoció con cambios beneficiosos en el microbioma intestinal.

Por ello, los investigadores querían ver si una dieta mediterránea podría mantener el microbioma en las tripas de las personas mayores y promover la retención o incluso la proliferación de bacterias asociadas con el envejecimiento 'saludable'.

Así, analizaron el microbioma intestinal de 612 personas de 65 a 79 años, antes y después de haber seguido durante 12 meses su dieta habitual (289) o una dieta mediterránea (323), rica en frutas, verduras, nueces, legumbres, aceite de oliva y pescado y baja en carnes rojas y grasas saturadas, y especialmente diseñada para personas mayores.

Los participantes vivían en cinco países diferentes: Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y el Reino Unido.

Los resultados mostraron que seguir la dieta mediterránea durante 12 meses se asoció con cambios beneficiosos en el microbioma intestinal.

La dieta típica del Mediterráneo lograba detener la pérdida de diversidad bacteriana, aumentaba tipos de bacterias previamente asociados con varios indicadores de reducción de la fragilidad, como la velocidad al caminar y la fuerza de agarre de las manos, mejoraba la función cerebral, como la memoria y reducía la producción de productos inflamatorios potencialmente dañinos.

la respuesta a la dieta mediterránea después de un año meses fue similar y consistente, independientemente de la nacionalidad.

Y aunque hubo algunas diferencias en la composición del microbioma intestinal de una persona, dependiendo del país de origen para comenzar, la respuesta a la dieta mediterránea después de un año meses fue similar y consistente, independientemente de la nacionalidad.

Los hallazgos del estudio no pueden establecer un papel causal para el microbioma en la salud, además de que algunas de las implicaciones se infieren en lugar de medirse directamente, dicen los investigadores.

«Si bien los resultados de este estudio arrojan luz sobre algunas de las reglas de esta interacción tripartita, varios factores como la edad, el índice de masa corporal, el estado de la enfermedad y los patrones dietéticos iniciales pueden desempeñar un papel clave para determinar el alcance del éxito de estas interacciones», explican.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas