Un estudio internacional multicéntrico proporciona, por primera vez, estimaciones globales del impacto del VPH, y de su vacuna, sobre los principales tipos de tumores asociados.

FUENTE: ABC

La vacuna del virus del papiloma previene el 90% de los canceres de cérvix, según ha concluido un estudio en la que han participado centros de investigación de todo el mundo, entre los que se encuentran el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), el Instituto Catalán de Oncología (ICO), el Centro Alemán de Investigación sobre Cáncer (DKFZ), el Laboratorio de Diagnóstico DDL de Holanda, y el grupo de Biología del Cáncer e Infecciones (IARC) de Lyon.

Este trabajo proporciona, por primera vez, estimaciones globales del impacto del virus del papiloma humano (VPH), y de su vacuna, sobre los principales tipos de cáncer asociados. La investigación, la más amplia y rigurosa hasta la fecha, ha recogido más de 18.000 muestras de pacientes con cáncer procedentes de 50 países. Las muestras pertenecían a tumores de cérvix, vulva, vagina, ano, pene, y a tumores de cabeza y cuello.

El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común que existe. Se conocen más de 200 tipos de VPH y, algunos pueden provocar enfermedades asociadas, como verrugas anogenitales o ciertos tipos de cáncer.

«El proyecto, que nació en 2003, fue planteado como un estudio internacional lo más controlado posible, y con un tamaño muestral lo suficientemente amplio, para poder obtener estimaciones robustas del impacto del VPH y su vacuna en la prevención de estos cánceres», comenta la doctora Laia Alemany, líder del estudio.

La identificación de los tipos de VPH que están implicados en estos cánceres reveló que la vacuna que se usa actualmente, la vacuna nonavalente, protege contra los tipos virales presentes en la mayoría de los tumores. Su aplicación puede reducir a la mitad el total de los casos de cánceres de localizaciones anatómicas asociadas a la infección por VPH y, en concreto, prevenir un 90% de los casos de cáncer de cérvix. Estos resultados sugieren que, con las herramientas de prevención que existen actualmente, el cáncer de cérvix podría dejar de ser un problema de salud pública.

Se trata del primer y único estudio que se desarrolla en este campo con un tamaño muestral y una representación geográfica tan amplios. Además, es el más riguroso y homogéneo realizado hasta la fecha, tanto en el tratamiento de las muestras como en el protocolo de análisis, que emplea además de la detección de ADN viral, dos biomarcadores diferentes para la detección de la actividad viral en los tumores.

Una de las principales cuestiones del proyecto era estimar cuál es la proporción, del total de casos de estos tipos de cáncer, que se puede atribuir a la infección por el VPH. En algunos de ellos, la infección por VPH es la causa oncogénica principal, como en el cáncer de cérvix, o un 83% de los localizados en el ano. En otros, como los tumores en la cavidad oral (4,4%), la laringe (3,5%) o la cavidad orofaríngea (22.4%) existen otros factores cancerígenos, como el consumo de tabaco y alcohol. No obstante, el cambio de hábitos sexuales y de salud está aumentando la prevalencia del VPH en estos tipos de cáncer.

Las vacunas contra el VPH son vacunas en las que se reproduce la cubierta del virus, es decir, la parte que nuestro cuerpo reconoce. Las primeras vacunas contra el VPH actuaban contra los tipos virales más oncogénicos, el 16 y 18. Además, en la vacuna tetravalente añaden los tipos de virus que causan las verrugas anogenitales (6, 11). Actualmente disponemos de otra vacuna de más amplio espectro que cubre para genotipos 6,11,16,18,31,33,45,58, y 58.

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