Nuestro colaborador Sergio García, nos ofrece pautas y recomendaciones para afrontar la ansiedad que genera la expansión del coronavirus y el necesario confinamiento en el hogar.

FUENTE: EFE Salud

La pandemia de COVID 19, conocida inicialmente como epidemia de neumonía por coronavirus, comenzó el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan en la China Central.

Las personas hemos pasado por diferentes estados anímicos al ver como llegaba a nuestro país; en un principio se veía como algo lejano que solo sucedía a los asiáticos y aunque llegó hace un mes a nuestro entorno cercano, primero hicimos una fase de negación, “esto no puede pasar aquí”, después una fase de rabia o irá, “esto no nos puede estar pasando a nosotros”, luego una fase de depresión, “van a ser días dramáticos”, “estamos en una estado de guerra encubierta” para luego aceptar la situación y recocer nuestro miedo sin sentirnos paralizados por él.

Estas fases no siempre se dan sucesivamente, a veces, se dan a la vez en cada uno de nosotros o nos retrotraemos a alguna de ellas.

En este momento vivimos en España una cuarentena obligatoria donde debemos estar confinados en nuestros hogares para preservar la salud pública y eso genera un malestar individual, al que podríamos denominar ansiedad: irritabilidad, tensión, sensación de ahogo, falta de concentración, fantasías catastrofistas del fin del mundo, pensamientos obsesivos… ¿y quién va a sufrir mas esta angustia? Llamaremos población mas vulnerable a aquella que tiene mayor inestabilidad económica y que va a perder su trabajo, aquella que ya había padecido cuadros de trastornos psicopatológicos similares o relacionados con TOCs o hipocondríacos o aquellas personas que no saben aburrirse y no toleran la frustración o las normas exteriores.

Sin embargo, para la población vulnerable y para el resto de los confinados, es bueno que para reducir la ansiedad de estos próximos días, hagamos lo siguiente:

  • Comprender la situación, vivimos en un estado de alarma, tenemos que seguir las normas que nos dan debido a que “aguantar” este malestar nos permitirá volver cuanto antes a la “normalidad”. Igual que cuando vas al dentista y te pinchan una anestesia resultándote muy incómodo pero posteriormente agradeces no tener la boca infectada, o cuando una obra de la construcción en tu calle te impide meter tu coche en el garaje pero después compruebas que ha quedado el pavimento más moderno. La economía española está saneada en la actualidad, es la crisis sanitaria la que ha generado la crisis del capital, cuanto antes salgamos de ella más fácil será para todos. Debemos ser responsables y entender la situación. Eso nos aliviará, por otro lado, cada uno de nosotros es responsable de cómo se dirige a los demás y de qué emociones les transmite, no podemos ser generadores de más incertidumbre hacia los que nos rodean.
  • Hazte un horario con rutinas, tenemos que tener obligaciones, levántate siempre a la misma hora, vístete, aséate… aprovecha esta circunstancia para teletrabajar o para descubrir aficiones olvidadas.
  • No te sobreinfomes, la información es necesaria pero en dosis que podamos procesar, quédate con los datos que generen optimismo, sin un buen estado de ánimo nuestro sistema inmune pierde defensas y es más fácil el contagio. El miedo puede ser también epidémico y puede acabar con nuestras defensas.
  • Hablar de otros temas, tenemos que generar conversaciones que nos distraigan y nos generen bienestar. Si nos quedamos anclados y en bucle con el tema del coronavirus aumentaremos nuestro malestar.
  • Sentirse útil. Es hora de participar con los demás en actividades comunes ya sea ofreciendo nuestros servicios en las redes sociales o haciendo aplausos para homenajear a los sanitarios.

Si estas sencillas pautas no te son útiles sería necesario que llamases a un psicólogo para que viese contigo un Plan personalizado de tratamiento para poder salir de la situación ansiógena. Vivimos una situación sin precedentes para nuestra generación y a veces, es imprescindible recurrir a los especialistas. Igual que si tengo el virus, telefoneo al médico, si la ansiedad por el virus me impide hacer una vida… debería dejarme ayudar.

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