Estirar bien antes y después de cada entrenamiento, cuidar la técnica y escuchar al cuerpo ante calambres y tirones son aspectos clave para que el cuerpo no sufra más de lo deseado.

FUENTE: 20 Minutos

Cuando se trata de hacer ejercicio en casa, el ritual a seguir es bien sencillo: ropa cómoda, algo de música para motivarse o una clase en directo por las redes sociales, un poco de espacio en el salón o en la terraza para llevarla a cabo y a quemar calorías y liberarse un poco del estrés. No obstante, hay que tener cuidado a la hora de realizarlo, pues igual que se puede sufrir una lesión en el gimnasio o practicando deporte en la calle, se puede padecer en casa.

Hacer calentamiento y estiramientos. Tan importante como el ejercicio es el calentamiento previo, activando de manera suave los músculos del cuerpo, y los estiramientos posteriores, dejando que estos se relajen poco a poco y se liberen de la tensión acumulada durante la sesión de entrenamiento.

Adaptar el nivel. Motivarse para hacer ejercicio en casa y crear una rutina de ejercicio para estos días es una excelente idea para estos días, pero hay que ser consciente de las posibilidades de cada uno. Si nunca se ha realizado ejercicio, no se puede pretender seguir una sesión de cardio de 45 minutos.

Cuidar la técnica. Sea cual sea la disciplina que se realice, el primer paso es conocer la técnica del ejercicio que se realice. Colocarse en la postura correcta, saber qué músculos se están trabajando en cada momento…para quemar calorías, y evitar que el cuerpo sufra más de lo deseado, lo mejor es realizar los ejercicios de la manera más correcta posible.

Escuchar al cuerpo. Agujetas, tirones, calambres… el cuerpo es sabio y reacciona al esfuerzo, algo que hay que tener muy en cuenta para evitar lesiones. Si tras una sesión de ejercicio se siente alguna molestia, lo mejor que se puede hacer es guardar algo de reposo para no forzar más el cuerpo y que empeore a una lesión.

En cualquier caso, en caso de sentir molestias, la mejor opción es recurrir a expertos como entrenadores personales o fisioterapeutas, quienes saben de dónde proviene esa lesión y cuál es la manera de solucionarla.

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