Numerosos establecimientos no disponen de existencias y el precio puede alcanzar hasta los ocho euros

FUENTE: Las Provincias

Ayer fue el primer día de uso obligatorio de las mascarillas para los mayores de seis años. Esta medida, aconsejada por la Organización Mundial de la Salud y por expertos, va a suponer un duro golpe para el presupuesto familiar. Especialmente si hay menores.

Así lo han advertido distintas organizaciones de consumidores que señalan que como el precio de las mascarillas infantiles no está regulado, adquirirlas puede suponer un buen golpe para el bolsillo de las familias.

La compra de estos materiales de protección, tal y como ha publicado este periódico, puede suponer que una familia de cuatro miembros gaste entre 100 y 200 euros al mes, según el número de unidades que utilice.

Pero la falta de regulación de las infantiles hace que desembolso pueda incluso duplicarse. Además, en estos momentos son muy escasas, según ha podido comprobar este periódico en varios establecimientos de Valencia, e incluso en muchas farmacias no se dispone de ellas. Las más habituales son las ffp2 para niños cuyo precio puede alcanzar los ocho euros y sólo tienen una vigencia de 48 horas.

También hay otras, reutilizables o no, más baratas, pero casi siempre el coste se sitúa por encima de los tres euros. De esta forma, proteger a dos menores puede suponer un gasto de 150 euros mensuales. A esta cantidad hay que sumar la que ya se paga por la de los padres.

Según la OCU, una familia con dos hijos se gastará 110 euros mensuales en mascarillas si tiene la suerte de encontrar las infantiles, más económicas algo bastante improbable en estos momentos como ha podido comprobar este periódico. Si no es así el coste se dispara.

El problema es que mientras el precio de las mascarillas quirúrgicas fue regulado por el Gobierno el pasado mes de abril, en las infantiles el coste es libre.

Las distintas asociaciones de consumidores han pedido al Gobierno que también establezca un máximo y evite la especulación. Rubén Sánchez, portavoz de Facua, señaló que «se deben fijar precios para evitar abusos».

Desde la OCU, su portavoz, Enrique García, explicó que han solicitado que se establezca un coste máximo para las mascarillas, «para todas, infantiles y ffp2 y otras, tal y como se ha hecho con las quirúrgicas».

Ante el desembolso económico que supone para una familia hacer frente a la compra de este material de protección, García señaló que su organización también ha pedido al Ejecutivo que establezca algún tipo de ayuda, como un bono social, para los más vulnerables. «La compra de mascarillas se ha convertido en un nuevo recibo de la luz para las familias», explicó.

En el mismo sentido se pronunciaron desde Avacu. Fernando Móner, presidente de los consumidores valencianos, se mostró partidario de que se arbitren medidas para apoyar a los más desfavorecidos y evitar así que «los más pudientes estén más protegidos».

Desabastecimiento

El otro problema que se encuentra la población es que no todos los establecimientos disponen de las mascarillas infantiles sobre las que hasta ahora no existía demanda.

Este periódico visitó ayer seis farmacias en Valencia. Sólo en dos disponían de material de protección adaptado para los menores. En las otras cuatro oficinas no había en ese momento y no sabían cuando llegarían los pedidos. En tres de ellas cuentan, además, con una lista de espera, tal y como hace unas semanas ocurría cuando se buscaba una mascarilla quirúrgica.

Además, las mascarillas infantiles que están vendiendo en algunos establecimientos tienen precios superiores a los cinco euros, ya que son del tipo ffp2. En uno de los establecimientos señalaron que en varias ocasiones han intentado proveerse de estas unidades sin conseguirlo. Sí que han logrado que una empresa valenciana les haya fabricado algunos modelos de mascarillas reutilizables a un precio de venta de 17 euros.

El secretario general del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, Vicente Colomer, reconoció el problema de existencias. En este sentido indicó que hasta ahora no había mascarillas propiamente infantiles. «Se han empezado a fabricar y van llegando», aclaró y destacó que no es un producto estrictamente sanitario.

Recalcó que las farmacias, en esta línea, están haciendo un servicio a la sociedad. «Hasta ahora no había mascarillas para niños. Las han empezado a confeccionar ahora y esperamos que en breve se regularice la distribución», dijo.

En cualquier caso, Rubén Sánchez señaló que «el Gobierno tiene que ser consciente de que no puede poner multas si hay puntos donde no hay abastecimiento. Lo tiene que evaluar y debe ser prudente«, indicó, aunque reconoció que la obligatoriedad se ha aprobado cuando hay más material disponible, »pero no se puede empezar a sancionar de forma desproporcionada«.

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