Ambas enfermedades actúan de forma diferente en los más pequeños: ¿son o no son capaces de transmitirlas?

FUENTE: El Mundo

Es posible que en otoño la epidemia de SARS-CoV-2 coja, de nuevo, fuerza. La coincidencia con la estación de la gripe (que este año ha golpeado en Italia a 7.6 millones de personas) podría provocar una mezcla explosiva, incluida la confusión de los primeros síntomas. Cualquier persona con tos y fiebre pensará inmediatamente que está afectada por la enfermedad del Covid-19 y querrá comprobar mediante un test si tiene o no el virus que apareció en Wuhan. Los síntomas de la gripe son muy parecidos. La vacuna de la gripe podría enfocar el diagnóstico más fácilmente: si está vacunado de gripe, es coronavirus. En los niños, sobre todo hasta los dos años, la gripe puede ser una enfermedad grave, con riesgo de complicaciones. Cuando se manifiesta de forma leve o moderada, reduce la capacidad del organismo de defenderse de otras enfermedades. Desde hace años, la Sociedad italiana de pediatría y la de Higiene, medicina preventiva y sanidad pública piden que las vacunación contra la gripe sea obligatoria y gratuita para los niños. Hasta ahora, en Italia es obligatoria sólo para los mayores de sesenta y cinco y para las categorías de riesgo. En algunos países como Estados Unidos, España o Inglaterra se hacen campañas de vacunación de todos los niños con buenos resultados para detener los contagios. La vacuna es segura. No se conocen episodios de efectos adversos graves.

¿CONTAGIAN LOS NIÑOS?

Sabemos que los niños son un depósito que facilita la propagación de la gripe. Respecto al SARS-CoV-2, un estudio realizado por científicos australianos, ha demostrado que no se han dado casos de transmisión del virus de los niños a los profesores. También se sabe que los más pequeños enferman menos de la enfermedad del Covid-19 que los adultos y la tasa de mortalidad entre ese grupo de edad es baja.

¿DEBEN CERRARSE LOS COLEGIOS?

Los niños, sobre todo en los primeros años de vida, sufren regularmente infecciones de la vías respiratorias. Respecto a la gripe tienen una capacidad alta de contagio. Son un riesgo, sobre todo, para los abuelos. Con el SARS-Cov-2 la situación es diferente: en la mayoría de casos, los niños la sufren de forma leve o asintomática y, según algunos estudios recientes, una de las causas podría ser una menor presencia, en las vías respiratorias, de los receptores ACE-2, ligados a la proteína que utiliza este coronavirus para saltar de una célula a otra. Esto no significa que los niños no transmitan el virus o sean elementos secundarios de su difusión.

No se conoce bien todavía al SARS-CoV-2, que apareció en diciembre y sólo han pasado algunos meses durante los que se han estudiado las características epidemiológicas. El cierre de los colegios ha contribuido de forma directa a detener la transmisión de los niños a los adultos. Por ahora no tenemos datos suficientes para definir el rol de los niños en la pandemia. Y en septiembre habrá medidas de prevención que harán segura la vuelta de los niños al colegio.

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