La OMS recomienda que en lugares con transmisión generalizada de coronavirus todas las personas que no puedan mantener con otras la distancia de dos metros, utilicen mascarillas o tapabocas de tela.

FUENTE: EFE Salud

Últimos datos de la OMS sobre la pandemia

Los contagios diarios de COVID-19 alcanzaron en la última jornada un nuevo récord de casi 130.000 casos, lo que indica que aún se está lejos de alcanzar el pico mundial de una pandemia que ya afecta a 6,51 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los fallecidos en el planeta por COVID-19 ascienden a 387.298, el 90 por ciento de ellos concentrados entre Europa (con más de 182.000 muertes) y América (cerca de 170.000).

América se mantiene como la región con mayor número de casos totales, con 3,08 millones de contagios, seguida de Europa (2,21 millones) y Oriente Medio, donde las infecciones ascienden a 587.000.

Sólo Europa muestra una curva descendente en sus casos diarios. Por países preocupa la situación de Irán, donde el gráfico de infecciones por jornada parece indicar que es uno de los primeros países del mundo donde se ha producido una segunda oleada de la COVID 19.

Los pacientes recuperados en el mundo son ya más de 3,2 millones, cerca de la mitad del total, mientras 53.000 pacientes se encuentran en estado grave o crítico, de acuerdo con los datos de las redes sanitarias nacionales.

Actualización de la guía de consejos sobre las mascarillas

En una actualización de su guía de consejos sobre este elemento de protección, la organización considera que a medida que los países van levantando las medidas de confinamiento y las restricciones de movimiento es necesario que las personas las utilicen para protegerse en situaciones en las que no se puede aplicar la distancia social recomendada.

Hasta ahora, la OMS solo recomendaba -según su guía del pasado 6 de abril- el uso de mascarillas para la gente que atendía a personas potencialmente contaminadas, o que tenían tos o estornudos; así como para el personal sanitario.

Las máscaras recomendadas para el público en general son las de tela, que deben cumplir ciertas condiciones para que realmente representen una protección para el portador y para el resto de la comunidad.

Mascarillas de tela

La experta del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS, April Beller, explicó a Efe que hay nuevas evidencias científicas (a partir de investigaciones de las universidades de Stanford y Colorado) sobre las máscaras de tela, los diversos materiales de los que puede estar hechas y el nivel de protección que confieren.

Esos estudios han revelado cuáles son los materiales que pueden actuar como “barrera” a las microgotas que expelen las personas contaminadas cuando tosen o estornudan,  y la manera en que deben combinarse para cumplir este cometido.

“Si yo estoy infectada o tosiendo, todo entra en la máscara y no sale por el otro lado, así que es una manera para proteger al resto de personas”,  comentó Beller.

La guía orientativa de la OMS recalca que no todas las máscaras de tela tienen la misma calidad de filtración, uno de las factores determinantes para su efectividad.

Los materiales a considerar en la fabricación de una mascarilla eficaz son el polipropileno, el algodón y el poliéster, y la celulosa y la seda como últimas alternativas.

“La distancia es la mejor prevención que existe. Si no es posible, ¿por qué la tela? Porque las mascarillas quirúrgicas deben ser guardadas para el personal sanitario”, dijo Beller.

Una excepción debe ser hecha para las personas de más de 60 años o que padecen enfermedades crónicas, a quienes ahora la OMS también recomienda el uso de mascarillas médicas.

Materiales para las mascarillas

Beller explicó que lo ideal es combinar las telas y que la mascarilla tenga tres capas, utilizando el material más absorbente (por ejemplo, el algodón) más cerca de la boca, lo que hará que, si se tose, las gotas de saliva se queden allí.

Por fuera debería ir el material más repele el agua, como el poliéster, mientras que como filtro (al medio) se podría utilizar el polipropileno, que es el material que se utiliza en las mascarillas quirúrgicas.

En muchos países las mascarillas más utilizadas son las de algodón hechas de manera artesanal, sea porque las mascarillas quirúrgicas escasean, porque están reservadas para el personal médico o porque resultan más baratas.

Utilizarlas es mejor que nada, pero el problema que tienen es que “absorben mucho el agua, así que cuando se mojan hay que cambiarlas porque pueden estar contaminadas”, mencionó Beller.

Reglas para las mascarillas de tela

Las reglas para la utilización las mascarillas son tan importantes como el material del que estén hechas: hay que lavarse o desinfectar las manos antes de colocarlas, y si se usan por poco tiempo -por ejemplo, para un trayecto en autobús- pueden ser guardadas en una bolsa de plástico para volverlas a utilizar luego.

Lo recomendable es lavarlas todos los días, idealmente a 60 grados y, si esto no es posible, a mano, con agua, desinfectándolas un minuto con cloro y enjuagándolas muy bien a continuación.

Otro aspecto a tener en cuenta es que si están muy estiradas, no funcionan; que deben cubrir nariz, boca y mentón, y que deben estar bien pegadas al rostro por todos los lados.

Por otra parte, la nueva guía de la OMS señala que todas las personas que trabajan en instalaciones médicas atendiendo a todo tipo de enfermos, y no solo a pacientes con COVID-19, deberían utilizar máscaras médicas.

La OMS se disculpa por la confusión en torno a la hidroxicloroquina

El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, ha pedido disculpas a la opinión pública por la actual confusión que reina respecto al uso de hidroxicloroquina como tratamiento para pacientes de COVID-19, con estudios científicos contradictorios.

“Nos disculpamos colectivamente por la imagen de confusión que los estudios pueden dar, pero hay que seguir las evidencias científicas y asegurarse de que las personas que entran en estos ensayos clínicos lo hacen de una forma segura y que dé prioridad a su bienestar”, destacó en rueda de prensa.

Ryan hizo estas declaraciones el mismo día en que la Universidad de Oxford anunció el fin de los ensayos con hidroxicloroquina en pacientes británicos al determinar que no producía beneficios visibles en ellos.

La OMS, por su parte, detuvo sus propios ensayos la semana pasada al publicarse un estudio en la revista The Lancet que concluía un aumento de los índices de mortalidad en pacientes tratados de hidroxicloroquina, pero los reanudó esta semana, después de que tres de los cuatro autores del artículo se retractaran.

“Ocurre muy raramente, pero cuando una publicación encuentra que un artículo es cuestionable hace lo correcto al retirarlo”, indicó el director de emergencias de la OMS al respecto.

La hidroxicloroquina es un medicamento utilizado desde hace décadas en enfermos de malaria y de afecciones reumáticas, e incluso durante los días en que la OMS paralizó sus ensayos siguió siendo ampliamente utilizado en Brasil y Estados Unidos, los dos países con mayor número de casos de COVID-19.

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