Como se ha indicado en numerosos casos, existe un gran número de personas infectadas por el coronavirus, que han desarrollado la enfermedad COVID-19. Muchas de estas, se han quedado en casa con atención domiciliaria cuando son casos probables, posibles o confirmados de COVID-19 pero que presentan síntomas leves. También se incluyen aquellos casos probables o confirmados de COVID-19 que han sido hospitalizados pero que después de recibir el alta, es adecuado mantener un seguimiento y aislamiento preventivo. Para asegurar que estos pacientes reciben una atención domiciliaria, es imprescindible que tengan una forma de comunicación con el personal sanitario como por ejemplo vía telefónica, para que, de esta forma, se realice un seguimiento de los síntomas.

Protección

Durante todo el periodo previsto que dura el aislamiento, 14 días desde el inicio de los síntomas, siempre que el cuadro clínico se haya resuelto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el Ministerio de Sanidad indican que, es tan importante proteger al enfermo como a las personas convivientes con este. A pesar del seguimiento dado por los profesionales sanitarios, es conveniente que el cuidador preste especial atención a los síntomas más comunes (fiebre, tos, dolor y dificultad respiratoria) y notifique en caso de detectar algún cambio. En el caso de que alguno de los convivientes pertenezca a un colectivo de riesgo, es importante contacta con un profesional sanitario ya que podría modificar de condición de atención domiciliaria a ingreso hospitalario.

Primero, la persona enferma debe cubrir su nariz y boca con una mascarilla evitando así la propagación del virus, esto incluye dentro y fuera de casa. La mascarilla deberá estar bien colocada para que no queden huecos entre las mejillas y la mascarilla. Mediante el uso de esta, impedirá que las gotas respiratorias alcancen a la persona conviviente, así como también a las diferentes superficies del entorno. No obstante, estas medidas no se pueden aplicar cuando el enfermo tenga problemas respiratorios o sea menor de 2 años.

Por otro lado, la persona cuidadora, debe hacer uso de una mascarilla cuando esté muy próximo al enfermo o entre en la habitación, siempre respetando la distancia de seguridad de 2 metros. Además, debe usar guantes cuando manipule fluidos corporales (saliva, orina, heces…) y tirarlos inmediatamente después de su uso a una papelera con pedal o cerrar la bolsa herméticamente.

Sin embargo, no se deben olvidar las medidas higiénicas preventivas que se han ido recordando a lo largo del brote como son:

  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y distribuirlos por completo sobre las manos, al menos durante 40 segundo. Se deben frotar: las palmas de las manos, entre los dedos, el dorso de los dedos, las puntas de los dedos de una mano contra la otra y cubrir el dedo pulgar con la otra mano realizando movimientos rotatorios. Posteriormente, enjuagarse las manos y secarlas adecuadamente con toallas de un solo uso y emplear la toalla para cerrar el grifo.
  • En caso de que no se disponga de agua y jabón en ese momento, utilizar un desinfectante de manos que contenga como mínimo un 60% de alcohol, realizando los mismos movimientos descritos en el paso anterior.
  • Evitar tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sin lavar.
  • Cubrir la nariz y boca cuando se estornuda o tose, siempre utilizando pañuelos desechables o con el codo.

En el día a día

Actualmente se tiene conocimiento de que este virus es fácil de transmitir, por vías respiratorias (al toser, hablar y estornudar), por lo que limitar el contacto directo va a ser uno de los objetivos prioritarios. Para ello, dentro de las posibilidades de las que se disponen en cada casa, la persona enferma debe tener una habitación y baño para ella sola. Además, es importante evitar compartir espacios, aunque, en caso de que esto resulte imposible, la habitación debe estar muy bien ventilada (la ventana abierta) e incrementar la circulación de aire para eliminar las gotas respiratorias del aire. A ser posible, que la ventilación sea directa con la calle. Por supuesto, no se pueden recibir visitar, pero como esto ya se tiene en cuenta durante el estado de alarma, no hay posibilidad de que esto ocurra.

Dentro de las actividades cuotidianas como compartir objetos, está totalmente desaconsejado. Asimismo, hábitos como comer todos juntos deben desaparecer, ya que el enfermo deberá permanecer durante todo el día dentro de la habitación a ser posible.

Limpieza y deshechos

La limpieza de los objetos y habitaciones de la casa en las que la persona enferma está en contacto, son un punto clave para la prevención de contagios. Esto se debe a que, hoy en día, se sabe que la supervivencia del coronavirus varía de unas horas según el material de la superficie del objeto, la temperatura y el grado de humedad del ambiente. Por lo que, si se desinfectan frecuentemente todos aquellos artículos que rodean al enfermo, reduce la probabilidad de contagiarse. Además, la limpieza de habitaciones u objetos que están en constante contacto con el paciente como muebles del dormitorio, superficies del baño se desinfectarán con mayor frecuencia.

Para la limpieza y desinfecciones de estos objetos, se recomiendan el uso de agua y jabón, lejía con una concentración de 0,1% (1 cucharada y media sopera en 1 litro de agua), alcohol al 70% y agua oxigenada al 0,5%. El tiempo de actuación de dichos productos no será menor a un minuto y después de la limpieza, siempre se debe realizar higiene de manos.

Aquellos objetos como son la vajilla y cubertería, es preferible lavarlos con agua y jabón a altas temperaturas o mediante el uso del lavavajillas. Cuando se trate de la vajilla usada por el enfermo, se deben manipular con guantes. Es de alta importancia hacer un buen uso de los guantes, ya que su retirada y posterior deshecho, se deben realizar de una forma determinada.

Para el lavado de cama, toallas y prendas de vestir, deben meterse en una bolsa herméticamente cerrada hasta el momento del lavado, en el que se utilizarán los jabones o detergentes habituales a 60-90ºC. Es importante no sacudir la ropa antes de lavarla.

Además, durante estos días no se pueden reciclar los medicamentos por lo que no se deben llevar a la oficina de farmacia. Por lo tanto, deben ser depositados en una bolsa de restos (bolsa negra) o guardarlos en casa hasta que termine el estado de alarma para más tarde, desecharlos en el Punto SIGRE.

En definitiva, las medidas mencionadas a lo largo de este artículo son importantes para ayudar a los cuidadores o convivientes en los diferentes aspectos que se engloban dentro del cuidado de un enfermo con COVID-19 en casa. Como los objetivos son proporcionar el mejor cuidado posible al enfermo para alcanzar su recuperación manteniendo la protección de todos los convivientes, se deben poner en práctica todos los aspectos abordados, para así, prevenir el contagio.

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