El uso de medicamentos analgésicos, para el sistema respiratorio -principalmente inhaladores-, y ansiolíticos durante el confinamiento se ha incrementado de “manera significativa”.

FUENTE: EFE Salud

Así se desprende del análisis de los datos de dispensación con cargo al sistema público de la red de farmacias, que muestran “importantes” cambios en la utilización de medicamentos durante el periodo más duro de la pandemia, sobre todo, los relacionados con síntomas de la COVID-19, ha informado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.

El incremento en la demanda de algunos medicamentos podía poner en riesgo su disponibilidad tanto para los pacientes que venían utilizándolos como para los de COVID-19 que “realmente los necesitaban”, señala el presidente del Consejo, Jesús Aguilar.

La “acción conjunta y coordinada” del Consejo General de Farmacéuticos, la industria y distribución farmacéutica y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) “ha garantizado un correcto suministro”.

La dispensación de analgésicos registró un crecimiento medio de casi un 25 %, llegando hasta un 43 % en el caso del paracetamol.

Su utilidad en síntomas como el dolor y la fiebre y las noticias sobre posibles problemas con otras alternativas terapéuticas, provocaron un aumento en la dispensación de este medicamento durante las primeras semanas del estado de alarma.

En cuanto a los empleados habitualmente contra enfermedades respiratorias obstructivas, el crecimiento medio fue del 12 %, aunque en algunos tipos de inhaladores fue superior al 25 %.

Según señala el Consejo, se trata de uno de los medicamentos en los que la farmacia ha colaborado con las autoridades sanitarias para evitar que se produjesen desabastecimientos pese al incremento en su demanda.

Se establecieron una serie de cautelas para garantizar su disponibilidad, en especial para los pacientes crónicos que lo venían utilizando y ante la llegada de las primeras alergias primaverales.

En el caso de los medicamentos de tipo ansiolítico o antidepresivos, empleados habitualmente contra patologías del sistema nervioso, se ha registrado un incremento de entre un 10 y 15 %, “lo que probablemente pueda reflejar el impacto emocional que ha tenido la COVID-19 tanto en la población general, como en los pacientes afectados o los propios profesionales sanitarios”.

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