Freno al Ictus ha celebrado el webinar Espacio Cerebroprotegido: el ictus en la empresa, un encuentro online en el que se ha debatido sobre esta enfermedad cerebrovascular que cada año deja aproximadamente 27.000 fallecimientos en España.

FUENTE: EFE Salud

El ictus es una de las principales causas de muerte en el mundo. Según un estudio publicado por The Lancet, solo en 2016 se produjeron 13.7 millones de ictus nuevos en el planeta y se registraron 5.5 millones de fallecimientos causados por esta enfermedad, lo que la convierte en la segunda causa de muerte en los países desarrollados y la primera en el caso de las mujeres.

En España, según los datos de la asociación Freno al Ictus, esta afección cerebrovascular ataca cada año a 120.000 personas provocando la muerte o discapacidad grave en aproximadamente un 50 % de ellos. De estos casos, entre un 30 y un 35 % se dan en personas menores de 65 años, es decir, en edad laboral, tal y como recoge el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Con el objetivo de acercar la realidad de esta enfermedad a la población, Freno al Ictus ha convocado el webinar Espacio Cerebroprotegido “La empresa contra el ictus”, un encuentro online en el que han participado María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de la SEN; Nicolás Riera López, Responsable de la Comisión de Ictus del SUMMA 112; Luis Reinoso Barbero, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo; Araceli Morato Martín, directora de Salud Laboral del BBVA; y Susana Lastras González, coordinadora de los Servicios Médicos de Heineken España.

El ictus, un gran desconocido

Uno de los temas que se trató durante esta sesión fue el gran desconocimiento público que existe de esta afección, un problema que afecta al diagnóstico del paciente, pues en el caso de los ictus “cada segundo es fundamental si queremos evitar que el cerebro sufra daños graves e irreversibles”.

“Un ictus es una enfermedad ocasionada por un trastorno brusco de la circulación cerebral y que compromete la llegada de oxígeno y glucosa a una región del cerebro, causando la pérdida de su función”, explica la doctora Leciñana. “El cerebro no tiene reservas energéticas, es directamente dependiente del aporte de oxígeno y glucosa, así que, si este cesa, el cerebro se muere”, añade.

Identificar síntomas

A pesar de este dato, una encuesta elaborada por la SEN y Freno al Ictus revela que hasta el 61 % de los pacientes o cuidadores de pacientes que habían sufrido ictus reconocían que antes de la enfermedad tenían un conocimiento bajo o muy bajo de lo que es, una desinformación que en un 28 % de los encuestados se mantenía tras haber sufrido la dolencia.

“Esto tenemos que mejorarlo”, sentencia Leciñana, “no puede ser que dos tercios de la población desconozcan qué es un ictus, porque eso quiere decir que la gente no reconoce los síntomas de alarma”.

Pero ¿cuáles son estos síntomas? Tal y como explica la doctora Leciñana, los signos de alarma de un ictus son la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo, la pérdida de la capacidad para hablar o entender el lenguaje, la pérdida de visión de un ojo o de un campo visual y un dolor de cabeza muy brusco e intenso.

“Estos síntomas obligan a buscar atención urgente”, apunta, y agrega que la mejor forma de conseguirlo es “llamando al 112”. “No hay que ir al hospital, te tienen que llevar los servicios de emergencias”,  afirma, algo en lo que coincide el doctor Riera López, Responsable de la Comisión de Ictus del SUMMA 112.

Durante su intervención, el doctor Riera ha presentado la “cadena asistencial del ictus”, que engloba todos los eslabones que se unen en una sola cadena para tratar de mejorar “la supervivencia y calidad de vida de sus pacientes”.

La importancia de llamar al 112

El primero de estos eslabones es la llamada al 112 tras los primeros síntomas, y es el que sostiene el resto del proceso, pues en el momento en el que se cita alguno de los signos del infarto cerebral la llamada pasa a dos personas: a la mesa de transporte sanitario, que envía un recurso sanitario al domicilio del paciente, y al médico, que se encargará de recoger toda la información del sospechoso de tener un ictus.

Cuando el servicio de emergencias llega al domicilio del paciente, se toman sus constantes vitales y se pasa la información al centro coordinador para que preavise al hospital, que preparará las pruebas de imagen, las analíticas y al equipo que tratará al enfermo.

“Este preaviso al hospital ahorrará muchísimo tiempo y es la razón por la que hay que ir siempre al hospital en ambulancia”, explica Riera, que apunta que con este preaviso se puede ahorrar “más de una hora”, un tiempo extremadamente importante a la hora de tratar esta enfermedad que cada año deja aproximadamente 27.000 fallecimientos en España y es la segunda causa de demencia o deterioro cognitivo, sólo por detrás del alzhéimer.

Factores de riesgo

A pesar de su gravedad, existen una serie de factores de riesgo que se pueden controlar para prevenir los ictus. El consumo de alcohol y tabaco, el alto nivel de colesterol en sangre, la obesidad y el sedentarismo son, entre otros, algunas de las causas que nos hacen más propensos a sufrir un infarto cerebral, pero pueden combatirse mediante un estilo de vida saludable.

“Controlando bien estos factores, podemos prevenir hasta el 90% de los casos”, destaca la doctora Leciñana.

A su vez, la edad aumenta la probabilidad de sufrir un infarto cerebral, siendo el principal factor de riesgo no alterable. “El ictus va aumentando cada vez que tenemos más años”, señala Leciñana, que declara que en una sociedad en la que haya más personas ancianas la prevalencia de la enfermedad, y el número absoluto de casos anuales, va a ser mayor.

En este sentido, está previsto que para 2035 se experimente un aumento del 34 % en la incidencia de ictus en Europa. En el caso de España, se espera que aumenten un 35 % los casos incidentes, un 31 % la prevalencia y un 39 % las muertes.

“Tenemos todavía mucho por hacer”, sentencia Leciñana, agregando que la mortalidad está disminuyendo gracias a tratamientos como la trombolisis intravenosa, la trombectomía mecánica y la implantación de las unidades de ictus.

El ictus en la empresa

Los ictus causan un grave impacto en la persona que lo sufre y en su entorno. A pesar de que cada día son más los pacientes que se recuperan o sufren secuelas pequeñas, el ictus sigue siendo la segunda causa de muerte en los países desarrollados y es la primera causa de discapacidad en un adulto, lo que dificulta la interacción con otras personas, aumenta los costes económicos familiares y reduce la vida laboral.

Solo un tercio de los pacientes que sufren un ictus se reincorporan al trabajo”, afirma Luis Reinoso Barbero, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo. “Eso es un fracaso”, añade, y señala: “Hay que evitar que el ictus se produzca, pero una vez que se ha producido, hay que intentar que las secuelas sean las mínimas posibles y rehabilitar la incorporación laboral”.

Araceli Morato Martín, directora de Salud Laboral del BBVA, también se posiciona en esta línea. “Tenemos que trabajar en estos proyectos de inclusión, en adaptar el puesto de trabajo a las personas que tengan secuelas”, apunta.

Ambos doctores coinciden en que la empresa juega un papel importante no solo en la reincorporación laboral de los supervivientes del ictus, sino también a la hora de prevenir esta enfermedad.

“La primera causa de muerte laboral no son las caídas, sino las enfermedades cardiovasculares, incluido el ictus”, afirma Reinoso. Para prevenirlas, tanto él como la doctora Morato abogan por que las empresas formen a sus empleados sobre esta enfermedad y ayuden a controlar los factores de riesgo a través de reconocimientos médicos, seguimientos de atención, dietas saludables o fomentando el ejercicio físico entre sus trabajadores.

“Desde las empresas podemos hacer una labor muy importante controlando adecuadamente los factores de riesgo y evitando, en gran medida, la aparición del ictus”, sentencia Morato.

Espacio Cerebroprotegido

Para ayudar a reducir el impacto del ictus, Freno al Ictus ha desarrollado el proyecto Espacio Cerebroprotegido, que engloba una serie de empresas con personal preparado para detectar y actuar en caso de que un cliente o compañero presente síntomas de la enfermedad.

“El proyecto va dirigido a las organizaciones que tienen mucha exposición pública”, explica Julio Agredano, presidente de Freno al Ictus, quien señala que el objetivo de estos espacios es contar personal “que sepa lo que tiene que hacer” ante estas situaciones.

Para poner en marcha este proyecto en una empresa se necesita “muy poco tiempo”, tal y como señala Susana Lastras, coordinadora de los servicios médicos de Heineken España, uno de los casos de éxitos de este proyecto, quien señala que la asociación “se lo dio todo hecho”, y tanto los centros públicos como los privados pueden acceder a convertirse en un Espacio Cerebroprotegido.

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