FUENTE: 20 Minutos

Una de las recomendaciones más repetidas a la hora de protegerse del contagio por coronavirus es mantener los espacios cerrados bien ventilados, además de tomar medidas de distanciamiento entre personas y llevar a cabo una correcta higiene de manos.

La ventilación en el hogar es fundamental, sobre todo, cuando hay una persona contagiada o con síntomas compatibles de Covid-19 y sospechosa de ser positiva, casos en los que hay que guardar cuarentena y autoaislarse en el domicilio.

De este modo, conviene seguir una serie de recomendaciones respecto a la ventilación del hogar. La propia Organización Mundial de la Salud, en su documento dedicado a las consideraciones a seguir para la cuarentena, repite una y otra vez la importancia de llevar a cabo una buena ventilación en el hogar.

¿Cómo ventilar correctamente?

Las personas que estén haciendo cuarentena en el hogar deben instalarse en habitaciones que permitan la ventilación, es decir, que tengan grandes cantidades de aire exterior puro y fresco para controlar los contaminantes y los olores.

A este respecto, la OMS señala tres parámetros básicos a tener en cuenta y que determinan la ventilación:

  1. La tasa de ventilación: la cantidad y la calidad del aire del exterior que se introduce en un recinto.
  2. La dirección del flujo de aire: la trayectoria general de la corriente de aire en un edificio y entre distintos espacios, que debe desplazarse de las zonas limpias a las zonas menos limpias.
  3. La distribución del flujo de aire: el aire que debe llegar a cada parte del recinto a fin de aumentar la dilución y eliminación de los productos contaminantes en ese espacio

En las instalaciones dedicadas a la cuarentena, se considera que la ventilación es adecuada cuando es de 60 litros por segundo y por persona. De este modo, cuando se realiza en el domicilio, lo mejor es utilizar la ventilación natural, es decir, abrir las ventanas.

Que entre en casa el aire del exterior es la mejor forma de mantener el espacio ventilado, de forma que el aire puro y fresco renueva constantemente el aire de dentro, por lo que se eliminan los contaminantes presentes en el espacio cerrado como, por ejemplo, virus y bacterias. Así, se reduce el riesgo.

Por el contrario, en edificios públicos, normalmente, se ventila mediante el uso de sistemas de calefacción, ventilación o aire acondicionado. En casa también se puede disponer de uno de estos sistemas, pero son menos recomendables.

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