Durante la pandemia se ha producido un incremento de las consultas a dermatólogos y farmacias por la caída de cabello, ya que uno de los principales desencadenantes del efluvio telógeno son las infecciones.

FUENTE: Diario Médico

Las consultas dermatológicas por la caída del cabello han aumentado durante la pandemia. “Uno de los principales desencadenantes del efluvio telógeno (el tipo de alopecia más frecuente) son las infecciones, de manera que el organismo debe emplear todos sus nutrientes y esfuerzos en combatir la infección, dejando el crecimiento y la nutrición del pelo relegado a un segundo plano”, señala Aitana Robledo, dermatóloga del Hospital Fundación Jiménez Díaz (Madrid).

¿Cuándo se debería acudir al dermatólogo? Robledo explica que la disminución de pelo solo es clínicamente evidente cuando se ha perdido el 25% de la densidad total, lo cual normalmente ocurre transcurrido un tiempo prolongado de caída. “Se debe consultar cuando notemos una caída de cabello mucho más acelerada de nuestro ritmo normal, detectemos zonas alopécicas, inflamación, cicatrices o descamación importante en el cuero cabelludo”.

Las farmacias también han visto cómo han aumentado las consultas sobre la salud de la piel y del cuero cabelludo en estos meses: “Hemos atendido más dudas en el mostrador sobre estas cuestiones, también porque los farmacéuticos hemos sido muy accesibles para la población durante toda la pandemia”, dice Aina Salom, titular de la botica que lleva su mismo nombre en Islas Baleares.

Esta farmacéutica, que implantó la categoría Capilar orientada a belleza hace tres años, explica que lleva observando que dos o tres meses después de padecer la covid-19 “hay un aumento de casos de personas que describen una caída exagerada del cabello”. Se trata, en su opinión, de un efluvio telógeno que se resuelve solo, “pero desde la botica podemos ayudar para que el proceso dure menos”.

Más de 100 pelos

A pesar de los esfuerzos por parte de múltiples investigadores, todavía no se ha podido determinar con exactitud cuál es el número a partir del cual la caída de cabello es patológica. “Generalmente aceptamos como patológica una caída de cabello de más de 100 pelos al día”, dice Robledo.

Esta dermatóloga explica que el pelo tiene un ciclo de crecimiento y caída establecido para cada zona corporal. “El 90% de los folículos pilosos están en fase de crecimiento (anagén) y un 10% en fase de reposo o caída (telogén). Ante ciertos desencadenantes patológicos como enfermedades infecciosas o sistémicas, drogas, embarazo, lactancia, deficiencias hormonales o nutricionales se puede desencadenar un efluvio telogénico”.

Otras causas de caída de pelo, asegura la dermatóloga, son la alopecia androgenética, causada por factores hormonales y genéticos; la alopecia areata, debido a alteraciones autoinmunes, y el liquen plano pilar por alteración inflamatoria.

Salom explica que desde la farmacia hay que derivar al dermatólogo en casos de alopecia androgenética, alopecia areata, cuando la causa es algún medicamento o si hay alguna sospecha de que puede haber algún déficit nutricional. “Tendremos que hacer una entrevista protocolizada al paciente y, si es mujer, conocer su historia ginecológica, estado nutricional, hábitos de vida, afecciones dermatológicas y si toma medicamentos”.

Tratamientos comunes

Robledo recuerda que no está científicamente demostrado que exista una época del año en la que se caiga más el pelo y explica que el tratamiento de su caída debe estar dirigido a la causa y tipo de alopecia, “por lo que es fundamental un correcto diagnóstico”.

En el caso de los efluvios telógenos hay que intentar corregir, si es posible, los factores desencadenantes (malnutrición, deficiencia de zinc y hierro...) y, en el caso de las alopecias androgenéticas, “es frecuente el uso de minoxidil tópico u oral; inhibidores de la 5 alfa reductasa en forma tópica; inyectados directamente en cuero cabelludo o de manera oral, como el finasteride y el dutasteride, y fármacos antiandrogénicos como el acetato de ciproterona o la espirolonactona”, asegura la dermatóloga.

En otros tipos de alopecia, como la areata y el liquen plano pilaris, Robledo explica que se emplean fármacos antiinflamatorios como los corticoides e inmunomoduladores.
Por su parte, Salom resalta que usar un champú no evita que se caiga el pelo, ya que no penetra en la raíz capilar. “Lo que ayuda a frenar su caída, estimula su crecimiento y aumenta la densidad capilar son las ampollas o lociones revitalizantes cosméticas, que se aplican tres veces a la semana”.

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