El ministro Illa anuncia que, a primeros de año, 10 millones de españoles recibirán las dosis

FUENTE. La Vanguardia

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, abandonó ayer su habitual prudencia y anunció que a principios del año próximo diez millones de personas recibirán el suero de la farmacéutica estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech. Illa indicó que espera recibir 20 millones de dosis, de los 300 que ha adquirido la Unión Europea. ¿Quiénes serán los primeros en acceder a los inyectables? Según fuentes próximas al equipo que prepara la estrategia de vacunación, la prioridad son el personal sanitario y los mayores de 65 años, especialmente los que viven en residencias (más de 300.000). También los profesionales que los asisten.

El ministro Illa, que ayer exhibió su cara más optimista, fue más allá en sus explicaciones y avanzó que el Gobierno prevé que para el mes de mayo es probable que una parte “importante” de la población española esté inmunizada bien con la vacuna de Pfizer o con otras que también podrían estar disponibles en breve.

En estos segundos grupos se encontrarán las personas que por su estado de salud están en situación de especial riesgo, trabajadores esenciales fuera del sector sanitario, como son las Fuerzas de Seguridad de Estado o los transportistas, “trabajadores que no pueden distanciarse socialmente o grupos socioeconómicos vulnerables”, entre otros, según indican las citadas fuentes. España trabaja estrechamente con Bruselas para que haya una estrategia de vacunas común en la UE. Los jóvenes serán los últimos en recibir el suero. La OMS habla del 2022 para este colectivo.

Illa hizo todos estos anuncios horas antes de que Bruselas anunciara la compra de 300 millones de dosis de Pfizer. La autorización de esa adquisición, de la que informó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se realizará hoy mismo. Esta es la cuarta compañía con la que la UE llega a acuerdos de compra. Ya lo ha hecho con AstraZeneca, Sanofi y Johnson & Johnson, a las que ha comprado 800 millones de dosis. Y se esperan nuevos contratos con otras farmacéuticas como Moderna y CureVac. “Necesitamos tener un amplio portafolio de vacunas basadas en diferentes tecnologías”, explican desde Bruselas.

Ese es el mismo argumento de Illa, quien ya avanzó hace unos días que su departamento ha presupuestado 1.011 millones para la adquisición de vacunas frente a la Covid-19. A la pregunta sobre cuántas dosis se adquirirían con esa cantidad, reconoció que no se sabía. Bruselas es la que negocia los precios. No costarán lo mismo las primeras dosis en el mercado que cuando haya seis o siete sueros disponibles.

Según el acuerdo que alcanzó Pfizer con Estados Unidos, las dos dosis costarán 39 dólares (33 euros). La compañía aseguró entonces que no cobraría menos de esta cantidad a ningún otro país ­desarrollado. En España, la vacuna será costeada por el Sistema Nacional de Salud.

El titular de Sanidad se mostró muy optimista con la vacuna de Pfizer, que se ha revelado eficaz en más del 90% en el primer análisis intermedio de su ensayo de fase 3. “Se ve luz al final del túnel”, indicó esperanzado. Esta actitud ha sorprendido a expertos en salud pública ya que por el momento solo se conoce de ese suero lo que las compañías han informado en una nota de prensa. De hecho, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, pidió prudencia a la espera de nuevos resultados. A España le corresponden 20 millones de dosis del total que adquiere Bruselas, pero como esta inyectable precisa de dos dosis, la población a cubrir será de 10 millones.

Y mientras sigue la carrera científica para conseguir una vacuna que permita recuperar una cierta normalidad a escala global, el Gobierno volvió ayer a anunciar que revisará el precio de las mascarillas. Ya lo dijo hace un mes. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se escudó en Europa para decir que no podía bajarse el IVA.

España, en este momento, es junto a Eslovenia, la que tiene un IVA más alto para este producto, el 21%, mientras que en Eslovenia es del 22%. El resto lo ha reducido de manera clara e, incluso, algunos lo han eliminado, como Italia. Montero indicó que el Gobierno se ha dirigido a la Comisión Europea para confirmar si el reglamento permite o no una cierta flexibilidad en la aplicación de esta medida, y en caso de que se permita, la ministra indicó que “hemos propuesto que se pueda incorporar la bajada del precio de la mascarilla”. “Por una forma o por otra abarataremos el precio de la mascarilla”.

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