¿Puede ser la alergia al huevo una contraindicación para recibir algunas vacunas?

FUENTE: 20 Minutos

La alergia se produce como respuesta del sistema inmune, que funciona como un mecanismo de defensa, al reaccionar frente "a sustancias que normalmente son inocuas y que en las personas no alérgicas no producen ninguna respuesta", explican desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

Estas sustancias denominadas alérgenos provocan una respuesta inmunológica exagerada que se puede manifestar de diversas formas y en diferentes órganos del cuerpo. Así, cuando el organismo contacta con un alérgeno por primera vez "se produce una estimulación del sistema inmunológico, el cual fabrica un tipo de anticuerpos, la IgE, capaces de reconocer a ese alérgeno específico", añaden.

Al producirse otra posterior exposición, se desencadena una reacción alérgica. Algunos de los alérgenos más frecuentes que ocasionan un mayor número de alergias entre la población son los pólenes, los ácaros, el latex, los epitelios de animales, las picaduras de insectos, determinados medicamentos y algunos alimentos.

¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo identificar una reacción?

Según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), los signos de alerta más comunes son: congestión nasal, aumento de la mucosidad, estornudos, lagrimeo y enrojecimiento de ojos, tos seca, pitidos en el pecho o dificultad para respirar.

No obstante, dependiendo del alérgeno y de la parte del cuerpo afectada, la forma de reaccionar del sistema inmune puede ser diferente. En este sentido, la rinitis alérgica o fiebre del heno suele provocar picazón, congestión, conjuntivitis y estornudos.

Una alergia alimentaria, por su parte, puede causar hinchazón en labios, lengua, rostro o garganta; urticaria; hormigueo, y en casos graves anafilaxia. En el caso de las picaduras por insectos, siendo las más habituales por avispas o abejas, la alergia puede causar hinchazón, urticaria, picazón, falta de aire o anafilaxia, señalan en Mayo Clinic. Los síntomas si se produce una alergia a un medicamento incluyen picazón en la piel, erupciones, hinchazón, sibilancia e incluso anafilaxia.

¿Cómo se diagnostica la alergia? ¿Qué pruebas existen?

Ante cualquier síntoma característico de una alergia es aconsejable acudir al médico para realizar un diagnóstico adecuado. Además, en el caso de una reacción grave, como la anafilaxia, resulta vital buscar ayuda médica de emergencia.

¿Cómo se realiza el diagnóstico? ¿Cuáles son las pruebas habituales para detectar una alergia? Según la SEAIC, antes de realizar cualquier tipo de prueba es necesario analizar la situación del paciente. Por ello, el profesional debe emitir un diagnóstico clínico que indique la confirmación de la sensibilización como causa de la enfermedad. Las pruebas cutáneas de mayor utilidad para el diagnóstico son los prick test, la prueba intradérmica y la epicutánea.

  • La prueba intraepidérmica o prick test consiste en la aplicación sobre la piel de "una pequeña cantidad de un extracto alergénico", normalmente una gota, "sobre la que se efectúa una punción". Si al cabo de 15 o 20 minutos se produce hipersensibilidad, esto es, un abultamiento de la piel con enrojecimiento, se confirmaría la alergia.
  • La prueba intradérmica consiste en la "administración en la dermis superficial de un extracto alergénico en dilución acuosa, introduciendo una cantidad aproximada de 0,1 ml mediante una aguja de calibre fino", detallan.
  • El test del parche o prueba epicutánea se basa en aplicar sobre la piel uno o varios alérgenos responsables de reacciones cutáneas de contacto para "confirmar una respuesta de hipersensibilidad retardada". A diferencia de las otras pruebas, el parche se mantiene durante dos días y la respuesta se observa tras su retirada.
  • El análisis de sangre es otra técnica utilizada para medir la cantidad de anticuerpos que originan alergia en el torrente sanguíneo. Concretamente, la prueba analiza la inmunoglobina E específica.
  • Las pruebas de exposición son una alternativa menos frecuente, aunque a veces es un procedimiento necesario. "Están indicadas para confirmar la tolerancia del supuesto causante de una reacción alérgica, cuando el resto de las pruebas no son concluyentes", indican en la SEAIC. En cualquier caso, la valoración de estas pruebas corresponde al alergólogo y se deberá llevar a cabo un control de todo el procedimiento ante el riesgo de reacción.
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