Este año la pandemia obliga a no compartir más que la alegría de seguir juntos: olvídese de brindar, cantar o compartir platos con la familia.

FUENTE: Las Provincias

La lista de cosas a tener en cuenta para organizar las comidas de Navidad y Año Nuevo tiene esta vez elementos insospechados: el aparato de control de C02 se mezcla con el besugo y el turrón; con la obligación de usar platos desechables y el insistente consejo de no besarse –¡ni se le ocurra!–. Diríase que el mismísimo espíritu del Grinch nos ha poseído cuando nos sorprendemos vetando hasta el uso del matasuegras, ese chisme que incomoda hasta con su nombre. Pero así debe ser. Como dijo el pasado jueves Fernando Simón, no se trata de no celebrar, sino de celebrar de forma diferente. Insisten autoridades de toda índole en que merece la pena tomar una serie de precauciones, que van desde el momento en el que se abre la puerta hasta el de servir la mesa. Porque más allá de que se pueda viajar o no, el mayor peligro acecha en el salón de casa. Para minimizar el golpe que pueda tener reservado el Covid-19 a la vuelta de las fiestas, ofrecemos aquí la otra lista que hay que hacer esta Navidad; la que recopila consejos de expertos en prevención de distintos campos para intentar tener la fiesta en paz.

1. Al recibir

Sonría con los ojos

Acostumbrados a quitarnos la mascarilla al llegar a casa, en los encuentros familiares, sea cual sea su tamaño, es recomendable mantener puesta esta protección desde el mismo momento en el que se recibe a los invitados en la puerta. Por supuesto, la distancia de seguridad se debe respetar en todo momento y los besos y abrazos están proscritos. Es la oportunidad para sacarle partido a esos ojos y aprender a sonreír con ellos de la mejor forma posible. En el recibidor no debe faltar el gel hidroalcohólico, de aplicación obligada desde el instante en el que se pone un pie en casa. Los más precavidos aconsejan preparar una mascarilla para cada comensal y, a modo de cortesía, ofrecérsela para que, «en caso de que se le humedezca o se le manche, siempre tenga una de repuesto», apunta Xavier Gastaminza, director general de Star Care, empresa especializada en Epis. Presentarla en un sobre de papel (mejor que el plástico para que transpire) puede ser útil como detalle de bienvenida. ¿Cuál elegir? La ocasión merece extremar la precaución: el citado experto recomienda optar por las FFP2, tanto en niños como en adultos, «porque cuentan con un 98% de eficacia de filtración y una duración de uso de 8 horas. Así se podrá pasar la velada despreocupados del reloj sin recurrir a recambios».

2. Al sentarse

Del zig zag a los grupos

El Consejo General de Enfermería (CGE), con su presidente Florentino Pérez Raya a la cabeza, ha sido otro de los organismos preocupados en difundir recomendaciones para sentarse seguros a la mesa. Entre otros puntos, insisten en que los asientos deben guardar la distanciade seguridad mínima de metro y medio, siempre y cuando no se trate de comensales convivientes. Así, los miembros de distintas familias pueden estar agrupados en diferentes zonas de la mesa y los que no, colocados en zig zag. Es la oportunidad para dar rienda suelta a su creatividad y colocar tarjetas que identifiquen cada sitio con su dueño. Desde el CGE van más allá y ven necesario también identificar las copas. ¿Cuántas veces no se habrá bebido el vino del cuñado en un descuido? Eso sí; deje el rotulador indeleble... ¡no es elegante! Unas minitarjetas atadas con hilo al pie de la copa lucirán más. Sobre esto último, los médicos de familia, representados por José María Molero, portavoz de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Familia y Comunitaria (semFYC), cree que tanto vasos y copas, como platos y cubiertos deberían ser desechables en la medida de lo posible. ¿Le deprime? No es para tanto: el mercado ofrece hoy día alternativas a la loza muy logradas que han superado al soso plato de plástico blanco. «Incluso recomendaría habilitar un lugar fijo al que cada invitado pueda arrojar directamente su plato al terminar para evitar la manipulación de los utensilios por demasiadas personas», añade. ¡Vea el lado bueno! Será más fácil recoger que nunca.

3. En la cocina

Solo uno al frente del fogón

No tan fácil será la parte previa de la preparación de la comida. Los estudios científicos descartaron hace meses que la comida fuese un agente de contagio; pero la manipulación de los utensilios y recipientes sí puede conllevar riesgos. Por ello, el doctor Molero recuerda que una sola persona debería ocuparse de trabajar en la cocina. «Y esta debe extremar la precaución mientras elabora los menús; debe cuidar la higiene de manos y no quitarse la mascarilla», insiste. Se acabó el entrar y salir de la cocina para prestarse voluntario a ayudar mientras se picotea de los platos a medio hacer. Del mismo modo, una sola persona debería servir la comida en la mesa.

4. El menú

Mejor platos calientes que fríos para compartir

Para Imanoz Zubelzu, profesor de cocina del Basque Culinary Center, para lograr que esta parte salga bien «se deberá organizar el trabajo que necesita la cocina previamente», de modo que si uno solo no es capaz, se pueda reducir el número al máximo. También orienta sobre cómo servir: «A la hora de emplatar tendremos que hacerlo de forma individual, evitando las elaboraciones para compartir y reservando para el año que viene las cazuelas compartidas. Hay que olvidarse también de las fuentes al centro. Se recomienda tener los alimentos pelados y preparados con antelación y racionar todo, incluido el postre», recuerda. El no compartir ningún tipo de comida es algo que los médicos y epidemiólogos también ponen como primera precaución de la lista. Toca reinventarse a la hora de plantear las comidas. En cuanto al menú, si estamos a tiempo de realizar alguna sugerencia, Zubelzu aconseja apostar por los guisos calientes tradicionales. «Pueden ser una buena opción; además de ser elaboraciones ricas, nos permiten presentar de forma individual y aguantan en buena temperatura. Pescados en salsa, guisos de carne, menestras, compotas…», enumera. Las opciones son variadas y exquisitas.

5. En la sobremesa

Baje la voz y apague la música

Una vez servida la comida, y teniendo claro que nadie comparte más que la alegría de seguir juntos, la lista de precauciones no se termina. El citado portavoz de los enfermeros recuerda que, debido a la capacidad del Covid-19 de contagiarse por el aire a través de aerosoles en espacios cerrados, además de ventilar y purificar el aire todo lo posible, toca rebajar el tono de voz. Por eso, mejor prescindir de los villancicos de fondo. Cuanto más eleve la voz, más riesgo de contagio. «Es importante que la celebración no se alargue mucho tiempo y en caso de que se haga una pequeña sobremesa, no se debe cantar ni hablar en tono alto, no debemos compartir el móvil ni ningún dispositivo, se debe evitar el uso de matasuegras, muy común en Nochevieja, sobre todo, y no hay que dar besos ni abrazos ni en las campanadas». Todo sea por ver amanecer 2021.

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