Una forma sencilla de identificar los alimentos más saludables y aquellos que debemos evitar

A lo largo de estos últimos años hemos escuchado innumerables veces que España se clasifica en posiciones cada vez más altas de personas con sobrepeso y obesas respecto a otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto se traduce en que cada vez más españoles adquieren hábitos alimenticios menos saludables y son más sedentarios; de hecho, la prevalencia de obesidad y sobrepeso en adultos en España es del 53% (2017).

Teniendo en cuenta que la dieta está ligada a la prevención y tratamiento del sobrepeso y obesidad, cualquier medida que pueda guiarnos a bajar estas cifras en alza es bienvenida. Como sucede con la incorporación del logotipo Nutri-Score en lo que respecta a la nutrición, una medida sobre la que muchas personas ya han opinado, pero ¿se está hablando con criterio? Es importante analizar los diferentes aspectos antes de poder formarnos una idea sobre ello. Así pues, comencemos.

 

¿Qué es Nutri-Score?

Es un modelo de etiquetado frontal de productos alimenticios originario de Francia (desde 2017) y que en España se implantará a partir del primer cuatrimestre de 2021.

El logotipo Nutri-Score tiene cinco variantes, cada una de ellas compuesta por un color (verde oscuro, verde claro, amarillo, naranja claro y naranja oscuro) que va asociado a una letra (A, B, C, D y E), respectivamente. Una variante se asignará a cada producto para clasificarlos en función de su calidad nutricional, de más saludable -A (verde oscuro)- a menos saludable -E (naranja oscuro)-.

 

¿Cómo valora Nutri-Score los alimentos?

Este semáforo nutricional utiliza un algoritmo para realizar una valoración nutricional global. Este algoritmo obtiene una puntuación única dentro de sus 5 variantes (A, B, C, D y E) para categorizar los alimentos de acuerdo con su composición nutricional e indicar cuales son más o menos saludables. Por ejemplo, los productos alimenticios y bebidas con frutas y hortalizas se clasifican con las categorías A (verde oscuro), B (verde claro) y C (amarillo), mientras que los snacks azucarados o salados están incluidos en las categorías D (naranja claro) y E (naranja oscuro).

La clasificación se basa en el perfil nutricional desarrollados por la Agencia de Normas Alimentarias británica (FSA-NP), que es un sistema de puntuación sencillo que asigna puntos por el contenido de nutrientes por cada 100g de ese producto (a excepción de las grasas saturadas que se hace respecto al total de grasas).

Para la realización del cálculo, se utilizan unas tablas que relacionan el contenido de nutrientes incluidos en la información nutricional obligatoria con una escala de puntos. A continuación, se detalla cómo se valoran los nutrientes:

  • Los componentes “desfavorables” se asignan a calorías, grasas saturadas respecto a las grasas, azúcares y sodio (incluidos en el etiquetado obligatorio).
  • Los componentes “favorables” son fibra, proteínas y porcentaje en peso de fruta, hortalizas, legumbres y frutos secos así como de aceite de oliva, nuez y colza. La incorporación del aceite de oliva, nuez y colza se dio más tarde, ya que inicialmente no hacía distinciones entre los diferentes aceites. Sin embargo, al introducirlos dentro de los componentes favorables, todos aquellos alimentos que contienen aceite de oliva, nuez y colza entre sus ingredientes se puntúan positivamente respecto a aquellos que contienen aceites como el de girasol o palma.

La puntuación final se obtiene haciendo un cómputo entre aquellos favorables y desfavorables. En este sentido, se han realizado algunas adaptaciones en la puntuación de tres grupos de productos alimenticios: quesos, bebidas y materias grasas, para asegurar una mejor coherencia con las recomendaciones nutricionales de Francia.

 

¿Dónde podremos ver la etiqueta?

De un simple vistazo podremos ver la calidad nutricional de aquellos alimentos y bebidas que de forma obligatoria ya presentan información nutricional. Nutri-Score no sustituirá la información proporcionada, sino que se situará en la cara frontal del producto y será complementario a las etiquetas.

Debemos estar atentos y hacer un uso correcto de estas nuevas etiquetas, ya que para poder determinar qué producto es mejor respecto a otro hay que tener en cuenta que solo podemos comparar alimentos y bebidas que estén dentro de cada grupo. Es decir, que podremos comparar entre diferentes paquetes de cereales o entre distintas tabletas de chocolate, pero nunca entre una tableta de chocolate y unos cereales. Recuerda, siempre dentro del mismo grupo.

Cabe señalar que aquellos productos no procesados (frutas, hortalizas, pescado fresco, etc.) y bebidas alcohólicas que no precisan dicho etiquetado de forma obligatoria no se verán afectados.

 

Avalado por la OMS y numerosos estudios

Este sistema de etiquetado con expectativas de mejora ha sido valorado positivamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y respaldado por aproximadamente 40 publicaciones en revistas científicas internacionales.

Y es que los estudios han demostrado una eficacia en los comportamientos de compra en comparación con otros logotipos, ya que ha mejorado la calidad nutricional de los alimentos seleccionados en un 9,4% de la media de las cestas de los participantes respecto al 2,9-6,6% de los otros logotipos. Esto se ve reflejado especialmente en poblaciones más vulnerables como enfermos, jóvenes, bajos niveles de conocimientos en nutrición, etc.

En definitiva, esta herramienta puede resultar de utilidad para los consumidores españoles -entre los que los porcentajes de sobrepeso y obesidad son cada vez más altos- ya que podrán seleccionar alimentos y bebidas teniendo en cuenta criterios de información nutricional y, de esta forma, escoger la opción más saludable. Al ser un logotipo basado en colores, intuitivo y de fácil comprensión resulta muy útil para comparar distintos productos de un mismo grupo.

 

FUENTES:

  1. Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre la aplicación en España del sistema Nutri-Score de información sobre la calidad nutricional de los alimentos.
  2. Pilar Galán, Rebeca Gonzalez, Chatal Julia, Serge Hercberg, Gregorio Varela-Moreiras, Javier Aranceta-Bartrina, Carmen Pérez-Rodrigo y Lluis Serra-Majem. El logotipo nutricional NutriScore en los envases de los alimentos puede ser una herramienta útil para los consumidores españoles.
  3. Prevalencia de sobrepeso y obesidad en España en el informe “The heavy burden of obesity” (OCDE 2019) y en otras fuentes de datos. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Agencia española de seguridad alimentaria y nutrición (AESAN).
  4. Estudio sobre el etiquetado nutricional frontal. Confederación española de cooperativas de consumidores y usuarios, Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
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