Una dieta más grasa no favorece la aparición de acné, aunque sí el consumo de algunos alimentos ricos en grasas saturadas o los hidratos de carbono refinados.

FUENTE: 20 Minutos

Chocolate, grasas, embutidos… Son muchos los alimentos grasos que desde hace décadas de relacionan con el acné, pero ¿es cierto que haya una relación directa entre ellos y los granitos? La respuesta es fácil: No. Y es que, tras años de realizar estudios, en ninguno se ha demostrado que los alimentos grasos por sí solos favorezcan la aparición del acné o que desencadenen brotes. Y es que, el acné es un tema tan complejo como para buscar causas y soluciones tan simples. Aun así, la elección de ciertos alimentos grasos o azucaradas frente a otros sí puede favorecer su aparición. Veamos cuáles y por qué.

¿Por qué se produce el acné?

Los granos salen, básicamente, cuando los poros de la piel se obstruyen. Las glándulas sebáceas producen grasa que sale por lo poros para lubricar la piel. Cuando los poros se obstruyen, la grasa no puede salir y se producen los granos, que es la grasa atrapada junto con inflamación, enrojecimiento, infección causada por bacterias, etc. La obstrucción se produce por un cambio en la composición del sebo, que puede ser causada por varios factores, desde genéticos, ambientales, falta de higiene, la toma de algunos medicamentos…y, principalmente, los hormonales, tanto al inicio de la pubertad, cuando son más comunes, como durante el resto de la vida. Teniendo en cuenta estos factores se puede deducir que tener una dieta más o menos rica en alimentos grasos no influye de manera directa en que tengamos más o menos granos, ni en qué tengamos la piel más grasa, o al menos no es determinante.

Entonces, ¿la alimentación no influye?

No es un factor desencadenante ni determinante, pero sí influye, aunque no tanto que sean más o menos grasos. Aunque los estudios que hay al respecto no son del todo concluyentes, sí hay bastante consenso en aceptar que determinados alimentos favorecen la hiperinsulinemia (un exceso de insulina en sangre) y que esta puede producir alternaciones hormonales, responsables últimas de los cambios en el sebo. Además, los productos lácteos también pueden provocar alternaciones hormonales y, por tanto, favorecer la aparición de acné. En general, los alimentos poco recomendables si tienes tendencia a tener acné son:

  • Los que tienen un alto índice glucémico y provocan picos de insulina. Entre esos alimentos encontramos, todos los dulces o alimentos que contengan azúcar añadido, así como los refrescos y todos lo elaboradas con harinas sin refinar (pan blanco, arroz blanco, bollería…). Las dietas hiperglucémicas, además de provocar alternaciones hormonales que estimulan en folículo pilososebáceo, disminuyen la adiponectina, una enzima que se sintetiza en la grasa subcutánea, la cual tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Es decir, que su déficit favorece el acné.
  • Lácteos. La leche y sus derivados en exceso favorecen la síntesis de andrógenos (testosterona), que a su vez favorecen la síntesis de sebo en los poros y el acné. En algunos estudios incluso se llega a la conclusión de que las leches semi y desnatada favorecen más la aparición de acné que la entera, lo que tumbaría aún más el mito de las grasas y el acné.
  • Grasas saturadas. Se cree que una dieta rica en grasas saturadas puede estimular las microinflamaciones en todos los órganos del cuerpo, incluida la piel. No provocan acné en sí ni tampoco lo potencian, pero, unido a otros factores, una dieta rica en ellas lo puede empeorar.

Las personas que tengan tendencia a padecer acné, es recomendable que eviten o limiten el consumo de estos alimentos. Aunque, en realidad, al tratarse de alimentos poco sanos, sobre todo las grasas saturadas y los azúcares y harinas refinados, lo mejor es no consumirlos o hacerlo de manera moderada tengas o no acné.

¿Qué alimentos ayudan a controlar el acné?

Hay alimentos que, por su composición, pueden ayudar a controlar el acné o a favorecer su curación. Estos son sobre todo las grasas, pero las buenas, es decir, los aceites saludables, como el aceite de oliva y, muy especialmente, el ácido graso omega 3, presente en pescados azules como el salmón o el atún y frutos secos como las nueces. Este ácido graso esencial, que podemos obtener solo a través de la dieta, ayuda a combatir la inflamación en todos los sistemas del cuerpo, incluida la piel. También ayuda una dieta rica en:

  • Antioxidantes. Los antioxidantes (presentes en frutas y verduras) ayudan a controlar la inflamación y favorecen la mayor salud de la piel. Además, un reciente estudio relaciona el consumo de licopeno –presente en tomates, papayas, sandías o pomelo– con la reducción del acné. Por cierto, el chocolate es un alimento muy rico en antioxidantes, aunque su alto consumo en azúcar y en lácteos lo convierten en un alimento no recomendable para el acné. Otra cosa es que lo tomáramos puro y bajo en azúcares.
  • Zinc. Este oligoelemento, presente en el brócoli, el pollo o las almendras, ayuda a reducir la inflamación y actúa contra P. acnes, una bacteria de la piel asociada a la aparición de imperfecciones. Además, algunos estudios relacionan el déficit de zinc con la propensión a padecer acné.
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