El sonido de la lavadora le puede ayudar a dormir, pero mucho ojo con usar esta técnica para ayudar a conciliar el sueño en los bebés

FUENTE: El Correo

El sonido de fondo de una televisión sin sintonizar, el motor de la campana extractora, el silbido del aire acondicionado, el murmullo de las olas del mar al romper o las gotas de la lluvia contra la ventana son algunos ejemplos prácticos de lo que se conoce como ruido blanco, que no es otra cosa que «la suma de todas las frecuencias que es capaz de captar el oído humano, y todas ellas con la misma amplitud o potencia». Es decir, se trata de un sonido «monótono y constante» que enmascara el resto de los ruidos ambientales y permite –en algunos casos–, que la mente se calme y entre en un estado de relajación. De hecho, el ruido blanco a bajo volumen forma parte de la terapia de muchos especialistas para ayudar a los pacientes con dificultades para dormir a conciliar el sueño y su uso entre particulares no para de crecer.

Ahora bien ¿se trata de un efecto placebo o existen evidencias científicas que avalen que el sonido de una lavadora o el de un secador de pelo ayudan realmente a relajarse y a mantener la concentración en medio del caos acústico? ¿En qué casos? ¿Es peligroso su uso diario? ¿Funciona con todo el mundo? Vayamos por partes. La ciencia señala que el efecto calmante que se le atribuye al ruido blanco reside básicamente en su capacidad para enmascarar otros sonidos, aunque precisan que no funciona de igual manera en todo el mundo, ni su uso siempre es beneficioso. «Las terapias que utilizan el ruido blanco para solucionar problemas de sueño o concentración se fundamentan en la idea de que una emisión homogénea de este tipo de sonidos consigue enmascarar el resto de voces y ecos. Los ahoga y homogeniza en una única pauta constante, que es lo que permite relajar la mente», explica el otorrinolaringólogo Gonzalo Martínez-Monche, fundador de Ototech, clínica especializada en el tratamiento de acúfenos y sordera.

El proceso es el siguiente. «Cuando hay ruido blanco de fondo, el oído y la corteza cerebral auditiva se saturan, de manera que el resto de sonidos –a no ser que sea a un volumen muy elevado–, son incapaces de traspasar esa barrera auditiva constante», explica el doctor David Cañadas, de Mapfre Salud. «El oído los percibe, por supuesto, pero quedan enmascarados en el conjunto de frecuencias que emite la fuente de ruido blanco, ya sea el zumbido de una campana o el sonido que emite cualquiera de los aparatos y aplicaciones de ruido blanco que existen hoy día en el mercado», añaden en la Sociedad Española del Sueño.

Muy eficaz para los acúfenos

Este tipo de ruido empezó a usarse en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS) neonatales al comprobar que emulaba los sonidos que el bebé oía en el útero materno y de esta forma el niño se relajaba. Además, conseguía enmascarar el resto de ruidos de la planta –pitidos de las máquinas, voces de los sanitarios...– y ayudaba a que los pequeños durmiesen mejor. A raíz de esta experiencia, el uso de ruido blanco para ayudar a dormir a los bebés se ha generalizado hasta tal punto entre los padres, que los especialistas han tenido que advertir sobre «el riesgo» que supone para los niños pequeños una sobrexposición a este tipo de ruidos de forma continuada.

«Además de generar en ellos una especie de dependencia que hace que los necesiten oir de forma imperiosa para conciliar el sueño, los bebés dejan de escuchar y aprender otros sonidos que también son importantes para su desarrollo y que el ruido blanco les tapa», coinciden varias agrupaciones pediátricas. Además, un estudio realizado por la prestigiosa Academia Americana de Pediatría alertó sobre el exceso de decibelios que emiten los aparatos generadores de ruido blanco que se comercializan para calmar a los bebés y que «podría afectar en un futuro a la audición, al habla y al desarrollo del lenguaje de estos niños». El beneficio de este tipo de ruidos en bebés solo está comprobado científicamente en las UCIS neonatales y en el caso de niños con cólicos hasta los tres meses.

¿Y en el caso de los adultos? Pues dependerá de la causa que origine los problemas de sueño. Funciona, por ejemplo, en personas que viven en ciudades muy bulliciosas y no encuentran un momento de calma para conciliar el sueño. Otro caso en el que su uso a bajo volumen resulta muy eficaz es en el tratamiento de acúfenos (pitidos en el oído).

LOS COLORES DEL SONIDO

- Ruido blanco. La señal contiene todas las frecuencias y todas tienen la misma potencia. El ruido de un secador, de la lavadora... El efecto auditivo de estos electrodomésticos no sería de forma rigurosa ruido blanco, pero es lo más cercano.
- Ruido rosa. Es muy parecido al blanco, pero con mayor predominio de los sonidos graves. Se usa para comprobar la acústica de las salas, los equipos de sonido y los instrumentos.
- Ruido marrón o rojo. Está compuesto por frecuencias bajas y medias y tiene las agudas atenadas. Los expertos lo comparan con el eco que genera una multitud.
- Ruido azul. Describe un ruido con muy poca potencia en frecuencias bajas.
- Ruido gris. Se dice que es el verdadero ruido blanco. Todas sus frecuencias se perciben con idéntica intensidad.
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