Los resultados, publicados en 'Theranostics', reabren el debate sobre el potencial uso de la vitamina C en el manejo clínico de tumores quimiorresistentes.

FUENTE: Diario Médico

Una investigación básica realizada en el Departamento de Oncología Traslacional de la Fundación Jiménez Díaz y en su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD), en Madrid, con el apoyo de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, concluye que la vitamina C, hidrosoluble y frecuente en la naturaleza, es capaz de reducir la resistencia tumoral a las terapias convencionales mediante la modulación del metabolismo aberrante.

“Pensamos que la modulación metabólica del tumor puede hacerlo mucho más sensible a la quimioterapia y podría aumentar notablemente la esperanza de vida de los pacientes y mejorar su calidad de vida”, señala Óscar Aguilera, científico investigador senior del Departamento de Oncología Traslacional de OncoHealth, instituto oncológico del hospital madrileño que dirige Jesús García-Foncillas. “La casi total ausencia de efectos secundarios graves de la vitamina C en megadosis invita a la realización de ensayos clínicos con pacientes en combinación con diversas moléculas farmacéuticas de interés”.

Bajo el título La vitamina C activa la enzima piruvato deshidrogenasa (PDH) y hace diana en el ciclo del ácido tricarboxílico (TCA) mitocondrial en el cáncer de colon hipóxico con mutación en el gen KRAS, este estudio molecular ha sido publicado en Theranostics. “El trabajo tiene gran interés tanto para investigadores biomédicos como para oncólogos y personal sanitario especializado e implicado en el diagnóstico y manejo clínico del cáncer”, explica por su parte Aiora Cenigaonandia, de OncoHealth y el IIS-FJD.

La proteína imposible de atacar

Las mutaciones que confieren a los tumores resistencia a las terapias convencionales son muy variadas. Entre ellas, se encuentran la mutación del gen KRAS, que se presenta en el 30-50% de los casos de cáncer colorrectal, y las mutaciones del gen BRAF, que se dan en el 5-15% de los carcinomas de colon y recto. La gran mayoría de estos tumores comparten, además, el rasgo de un metabolismo hipóxico o “metabolismo de warburg”, asociado a una utilización de la glucosa como fuente de energía en detrimento de la mitocondria, que es el orgánulo celular donde se produce la mayor parte de energía en tejidos sanos.

Por ello, los pacientes oncológicos con estas mutaciones optan a limitadas opciones terapéuticas. “A menudo se emplean diferentes esquemas de quimioterapia pero, por desgracia, en los casos en los que existe esta mutación no hay expectativas demasiado alentadoras en cuanto a la supervivencia o calidad de vida del paciente”, comenta el investigador. “Desafortunadamente, todas las nuevas terapias dirigidas a KRAS han fracasado en ensayos clínicos, por lo que se ha denominado a KRAS como una proteína imposible de atacar farmacológicamente. Estos pacientes tienen un mal pronóstico con una supervivencia global estimada de 17,2 meses”.

Hoy en día, la resistencia a la quimioterapia convencional y terapias biológicas anti-EGFR es el mayor obstáculo al que se enfrenta la Oncología al abordar tratamientos que supongan una verdadera progresión en las estadísticas de curación y en la reducción de la mortalidad por cáncer. Sin embargo, la vitamina C es capaz de inhibir dichas vías hipóxicas y revertir el metabolismo tumoral dirigiéndolo hacia un metabolismo cuasi normal.

Moléculas naturales

Por tanto, según Aguilera, en la propia naturaleza se encuentran moléculas cuyas propiedades pueden ayudar en la lucha contra el cáncer: “Creemos que nuestro estudio puede animar a las grandes empresas farmacéuticas y laboratorios de investigación oncológica a volver sus ojos al estudio biomédico de estas moléculas favoreciendo, de este modo, un abordaje integral en la lucha contra el cáncer”.

El hallazgo supone un gran paso, ya que la mutación en el gen KRAS está presente en cerca de la mitad de los tumores colorrectales. En cuanto a los tumores pancreáticos, que hoy cuentan con muy pocas alternativas terapéuticas y un mal pronóstico para el paciente, dicha mutación se encuentra en el 90% de los casos. “Nos gustaría examinar en profundidad las alteraciones metabólicas presentes en este tipo de tumores y estudiar si dosis farmacológicas de vitamina C podrían también ejercer una función reguladora sobre ellas, sensibilizando los tumores a la terapia y mejorando de este modo el tiempo de supervivencia o, por qué no, aumentando la tasa de curación”.

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