El riesgo cardiovascular (RCV), los tratamientos hipolipemiantes y las recomendaciones

Este artículo de blog es la continuación del ya publicado “los valores más temidos en una analítica: el colesterol”, en el que se trataron los valores de las diferentes lipoproteínas, los tipos de dislipemias y las pruebas de detección desde la farmacia comunitaria. Sin embargo, a lo largo de este artículo se va a tratar el cálculo del riesgo cardiovascular, las medidas preventivas y sus tratamientos.

Una visión global: el riesgo cardiovascular (RCV)

Actualmente, la indicación de los tratamientos con fármacos hipolipemiantes se basa en el RCV y no en los resultados de la analítica ya que no son suficientes. De hecho, en España, los modelos matemáticos utilizados para calcular el RCV son:

  • REGICOR (Registre Gironi del COR) mide los acontecimientos coronarios (infarto agudo de miocardio y cualquier angina).
  • SCORE (Systematic Coronary Risk Evaluation) mide el riesgo de muerte por enfermedad CV (enfermedad coronaria o cerebro vascular, insuficiencia cardiaca y muerte súbita).

El cálculo del RCV en ambos modelos se basa en los factores de riesgo cardiovasculares (FRCV): edad, sexo, tabaquismo, presión arterial, diabetes mellitus (solo en REGICOR), colesterol total y HDL.

A través de estas tablas, podemos calcular el RCV estimado a 10 años contemplando la probabilidad de sufrir ciertas enfermedades en función del modelo utilizado. Para aquellos pacientes con una probabilidad inferior al 5% se considerará bajo y por lo tanto un cambio en la dieta, realizar ejercicio, control de peso y la deshabituación tabáquica son las recomendaciones para mantener el riesgo bajo. Por otro lado, aquellas personas que presentan un riesgo superior al 5% el RCV es elevado y, por tanto, la recomendación es modificar el estilo de vida a la vez que un tratamiento farmacológico.

Tratamientos

Los factores que afectan al metabolismo lipídico suelen estar relacionados con el estilo de vida y la dieta, así como a la cantidad y frecuencia de ejercicio físico.

No obstante, en el momento en el que una persona presenta alguna alteración del metabolismo de las lipoproteínas, este puede conducir a hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia o una combinación de ambas. Y si, el riesgo cardiovascular acecha a esa persona, el médico será quien determine si es necesario un tratamiento farmacológico para reducir los riesgos que esta enfermedad conlleva.

Los medicamentos hipolipemiantes son los siguientes:

  • Los inhibidores de la HMG-CoA reductasa constan de dos generaciones: primera generación (lovastatina, provastatina y simvastatina) obtenidos a partir de Aspergillus terreus, y segunda generación (atorvastatina, fluvastatina, cerivastatina, rosuvastatina y pitavastatina), que es sintética.
  • Los inhibidores selectivos de la absorción del colesterol como son ezetimiba, un tipo de moduladores de la absorción del colesterol.
  • Las resinas catiónicas, como colesevelam, colestipol y colestiramina, son moduladores de la absorción del colesterol secuestrando los ácidos biliares.
  • Los derivados del ácido fíbrico (fibratos), que se incluyen bezafibrato, ciprofibrato, gemfibrozilo y fenofibrato.
  • Los anticuerpos monoclonales anti-PCSK9, alicumab.
  • Los ácidos grasos poliinsaturados, omega-3 (ácidos eicosapantaenoica, EPA y docosahexaenoico, DHA).

En la siguiente tabla se incluyen los fármacos indicados para la dislipemia y el mecanismo de acción correspondiente.

Si bien existen muchas combinaciones de fármacos, y algunas presentaciones combinan varios principios activos, siempre se debe tener en cuenta las posibles interacciones que se puedan llegar a dar.

En cuanto a nuevas terapias para la hipercolesterolemia, se incluye la lomitapida (actualmente en fase de experimentación), un inhibidor selectivo de la proteína de transferencia microsomal (PTM), indicado para LDL, VLDL y TAG elevados, reduciendo sus niveles en plasma.

Además, los ácidos nicotínicos como la niacina y los fitoesteroles de las plantas también han demostrado ser efectivos en las dislipemias. La niacina, tiene un mecanismo desconocido, aunque se produce una reducción de VLDL y TAG, con un incremento de HDL. Por su parte, los fitoesteroles compiten con la absorción del colesterol, reduciendo los niveles de LDL.

Cuando el tratamiento medicamentoso intensivo no tiene efectos, la aféresis de LDL puede ser una alternativa eficaz, segura y bien tolerada a largo plazo. Esta técnica consiste en la eliminación de partículas de baja densidad (LDL) presentes en sangre cuando el paciente experimenta una hipercolesterolemia grave y niveles máximos de LDL. Para ello, primero se separa el plasma por filtración y, una vez perfundido a través de la columna, se produce un intercambio de cargas que selectivamente elimina las lipoproteínas de baja densidad del plasma.

Recomendaciones de tu farmacéutico

Como se ha aconsejado desde hace años, a pesar de que existen tratamientos para las dislipemias, también se requiere un cambio en el estilo de vida de la persona. Para ello, es necesario seguir una alimentación sana (rica en fibra y baja en grasas saturadas), reduciendo la ingesta de alcohol, dejando de fumar, controlando el peso corporal, así como realizando ejercicio físico diariamente acompañando al tratamiento farmacológico.

En cuanto al tratamiento farmacológico, es importante recordar que solamente algunas estatinas precisan que se tome este medicamento por la noche al contrario de lo que se creía, en el que todos tienen mayor biodisponibilidad a estas horas del día. De hecho, algunos fármacos se recomiendan administrar en 2 tomas.

Además, es preciso que, durante los meses de calor y mayor exposición al sol, se recuerde que estos medicamentos son fotosensibilizantes, por lo que se debe hacer más énfasis en el uso de fotoprotectores.

Por último, recordar que para asegurar que el tratamiento es adecuado, se deben monitorizar los valores de colesterol y triglicéridos por lo que debemos insistir en que acudan a sus analíticas de forma rutinaria.

 

FUENTES:

  1. L.M. Díez González, Fernández del Pozo de Salamanca M.B., Dévora Figueroa J.C., Óscar Díaz García. Fármacos hipolipemiantes. En: Trastornos cardiovasculares, renales y hematológicos. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos; 2020. p. 181-214
  2. Dislipemias. Guías clínicas Fisterra.
  3. Guía ESC/EAS 2019 sobre el tratamiento de las dislipemias: modificación de los lípidos para reducir el riesgo cardiovascular. Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y European Atherosclerosis Society (EAS).
  4. Guía de práctica clínica sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular. Biblioteca de guías de práctica clínica del Sistema Nacional de Salud.
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