Según el último barómetro del CIS, en torno el 6,5% de la sociedad española no está dispuesta a vacunarse cuando llegue su turno y el 5% aún tiene dudas

FUENTE: La Razón

Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han elaborado un decálogo aportando argumentos científicos para convencer a las personas escépticas de vacunarse contra la Covid-19 de los beneficios que aportan estas vacunas. Los expertos consideran que la información “veraz, contrastada y contextualizada” es “esencial” para conseguir motivar a la población y explicar los riesgos de la inoculación masiva de estas terapias, después de que las vacunas AstraZeneca y Janssen hayan motivado algunas dudas por algunos casos de trombosis aparecidos en pacientes que recibieron estos inmunógenos.

Entre los argumentos que dan los expertos para señalar los beneficios de las vacunas figura que los fallecimientos en las residencias de mayores han pasado de más de 700 a la semana en enero y febrero a solo dos a finales de marzo gracias a la vacunación. Sin embargo, las últimas informaciones sobre algunas vacunas contra la Covid-19 y las decisiones adoptadas por algunos Estados y autoridades para limitar su inoculación a ciertos grupos de edad han derivado en una desconfianza de estas terapias, lo que ha reducido de forma notable el ritmo de vacunación.

Según el último barómetro del CIS, en torno el 6,5 % de la sociedad española no está dispuesta a vacunarse cuando llegue su turno y el 5 % aún tiene dudas sobre estas terapias o no ha decidido si lo hará, un porcentaje que se ha ido incrementando estos días debido a las últimas noticias. En Cataluña, el Departamento de Salud ha confirmado que un 10 % de las personas que habían pedido cita para vacunarse no han acudido a la cita tras las informaciones sobre las vacunas de AstraZeneca. En el caso de la Comunidad de Madrid, los datos detallan que el rechazo de la vacuna ha pasado del 3 % a finales del mes de marzo, a más del 60 % debido a las últimas informaciones y decisiones sobre los grupos de edad a mediados de abril.

“La gestión de la información y la toma de decisiones sin criterios científicos y estadísticos han sido fatales para la confianza en las vacunas. La prudencia es un aspecto fundamental y hay que investigar cada caso y estar alerta”, ha razonado Salvador Macip, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Salud en la UOC y director investigador del Mechanisms of Cancer and Ageing Lab de la Universidad de Leicester. “Hemos de ser conscientes de que todos los fármacos tienen efectos secundarios y que estas vacunas no son diferentes de los miles de fármacos que nos hemos puesto antes y que nos ponemos cada día”, ha añadido Macip. El investigador ha indicado que “es cierto que la decisión de vacunarse o no es un tema individual, pero también es una decisión comunitaria ya que no vacunarse afecta a la sociedad y a la gente de nuestro entorno, por lo que hay una parte de responsabilidad civil”.

En este sentido, los expertos de la UOC opinan que las mejores herramientas para la persuasión y el convencimiento de las personas que dudan de los beneficios de vacunarse y recelan de los posibles riesgos, se basan en aspectos como la transparencia de la información, un enfoque positivo de la situación actual derivada de la vacunación o de los beneficios que se obtendrán socialmente gracias a la inmunidad adquirida.

Los expertos de la UOC han elaborado este decálogo con argumentos para convencer a una persona escéptica de las vacunas:

  1. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, pero sus beneficios son muy superiores a los riesgos que se asumen.
  2. Desde el comienzo de la vacunación, los fallecimientos en residencias de ancianos se han reducido drásticamente.
  3. Las vacunas son las terapias más seguras y los posibles riesgos de las vacunas son poco probables.
  4. Las vacunas basadas en ARN se llevan estudiando desde hace veinte años.
  5. Los riesgos derivados de la Covid-19 son muy superiores, con riesgo de muerte, a las poco frecuentes trombosis derivadas de las vacunas.
  6. No hacer una vacunación masiva prolongará la pandemia durante mucho más tiempo. No existen certezas, pero no hacer nada no va a mejorar la situación.
  7. La vacunación masiva permite la vuelta a la normalidad y la recuperación paulatina de la normalidad.
  8. Si ante una primera dosis no ha habido reacción, el riesgo de sufrir algún tipo de efecto secundario con la segunda dosis es mínimo.
  9. Los profesionales sanitarios y el personal de residencias han sido los primeros colectivos en vacunarse y los efectos secundarios graves apenas han existido.
  10. Vacunarse es un acto altruista: no solo se protege uno mismo, también contribuye a la protección de toda la sociedad, especialmente de aquellas personas inmunodeprimidas que no pueden optar a este tipo de terapias.
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