El lupus es una enfermedad autoinmune sistémica que puede presentarse con síntomas bastante sutiles que pueden empeorar con el paso del tiempo

FUENTE: ABC

Hoy, 10 de mayo, es el Día Mundial del Lupus, una enfermedad autinmune que puede presentar en su etapa inicial síntomas bastante sutiles y comunes, como pueden ser lesiones cutáneas, fotosensibilidad o dolor articular de tipo inflamatorio en cualquiera de las articulaciones del cuerpo.

Según la Federación Española de Lupus, al menos 5 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad incurable (el 90 % de ellas son mujeres) y no se sabe exactamente qué causa esta condición. Hay estudios que apuntan a factores ambientales, como la exposición prolongada a rayos UVA o el estrés, y hormonales, de ahí que se asocie con más frecuencia la enfermedad al género femenino que al masculino.

Cada paciente con lupus puede experimentar síntomas diferentes, es por eso por lo que suele decirse que cada caso de Lupus es único. Sin embargo, sí que podemos diferenciar dos tipos: el Lupus Erimatoso Cutáneo (LEC), que afecta solo a la piel, y el Lupus Erimatoso Sistémico (LES), que puede afectar tanto a la piel como a cualquier otro órgano del cuerpo humano. Cabe destacar que el primero puede degenerar en el segundo.

Lupues Erimatoso Sistémico

El Lupues Erimatoso Sistémico (LES) es una enfermedad incurable que afecta al sistema inmunitario. Esta condición causa que el mecanismo de defensa del organismo comience a atacarse a sí mismo, creando un exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo que causan inflamación y pueden dañar articulaciones, músculos y diferentes órganos.

Actualmente se estima que en España un 1 % de la población puede tener Lupus, de las cuales el 90 % son mujeres de entre 15 y 55 años.

Síntomas

Los síntomas del LES pueden ser, en su inicio, muy sutiles, por lo que en ocasiones se confunde esta enfermedad con otras, como la Artritis Reumatoide o la Esclerosis Múltiple. Además, puede pasar desapercibido para médicos de familia y especialistas, retrasándose así un diagnóstico que puede ser crucial para el rápido tratamiento de la enfermedad, que puede ayudar a limitar los daños potenciales en los órganos principales, como son el corazón, el cerebro, los pulmones o los riñones.

Es muy poco común que dos personas presentan los mismos síntomas. Además, una persona puede desarrollar 4 o 5 síntomas diferentes y que, con el paso del tiempo desaparezcan para dar paso a otros. Así, la Federación Española del Lupues ha recogido los más comunes:

  • Dolor muscular y articular
  • Problemas renales
  • Úlceras bocales o nasales
  • Pérdida del cabello
  • Inflamación de los tejidos que recubren los órganos internos con dolor abdominal o pectoral
  • Depresión
  • Problemas hematológicos (como la anemia)
  • Dolores de cabeza
  • Eritemas permanentes en las mejillas
  • Fatiga y extrema debilidad
  • Riesgo de abortos espontáneos
  • Eritemas solares
  • Síntomas parecidos a los de la gripe y/o sudoraciones nocturnas
  • Mala circulación sanguínea
  • Enfermedades mentales y otros problemas cerebrales

Diagnosticar el Lupus

La mayor dificultad para diagnosticar el Lupus es la variedad de sus síntomas que hace que el perfil de los pacientes sea totalmente diferente. El especialista tendrá que investigar la piel, hacer análisis de sangre, revisar las articulaciones y los órganos principales, así como el sistema nervioso. Los cambios de peso, la fiebre y la fatiga también pueden ser indicadores de la presencia de esta enfermedad autoinmune.

Algunos indicadores de alarma pueden ser eritemas faciales o de otros tipos, problemas articulares en las manos, sequedad en los ojos y en la boca, dolores del crecimiento, migrañas en la pubertad asociada a agorafobia o a claustrofobia, problemas menstruales, recuento bajo de linfocitos, fiebre glandular en la pubertad, abortos recurrentes, reacciones severas a las picaduras de insectos y antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes.

Tratamientos

El Lupues no tiene cura, pero sí que es cierto que un rápido diagnóstico puede hacer que se aplique un tratamiento adecuado de forma precoz para paliar muchos de sus síntomas. Actualmente los tratamientos más extendidos son los siguientes:

Antiinflamatorios no esteroideos (AINES)

La aspirina, la heparina o el sintrón son tratamientos anticoagulantes que pueden estar indicados para aquellas personas que sufren principalmente dolor muscular y articular.

Anti-palúdicos

Los medicamentos anti-palúdicos pueden ser efectivos para calmar a aquellos pacientes con afectación cutánea y articular. La hydroxicloroquina y el mepacrine son las más comunes.

Esteroides

Esteroides como la prednisona pueden ser esenciales en el tratamiento del Lupues ya que son muy efectivos contra la inflamación y ayudan a frenar las fases activas de la enfermedad. Las dosis dependerán de la gravedad de los síntomas y es posible que, una vez estos desaparezcan, se retire el tratamiento hasta que vuelvan a manifestarse.

Inmunosupresores

Los medicamentos inmunosupresores se utilizan en los casos de Lupus más severos, siendo los más comunes la metotrexate, la azatioprina y la ciclofosfamida.

Debido a que son muy agresivos, los medicos tratran de recetarlos el menor tiempo posible.

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