Investigadores españoles, portugueses y griegos participan en un proyecto europeo para determinar si la primera leche materna de vaca puede prevenir el deterioro óseo en humanos

FUENTE: ABC

El calostro, esa primera leche más espesa que dan las hembras nada más dar a luz y que es fundamental en los primeros momentos de la vida de cualquier mamífero, puede ayudar a frenar el deterioro óseo que provoca la osteoporosis. Esta es la conclusión del proyecto Colosteo, una investigación impulsada por la Comisión Europea, con participación española, portuguesa y griega, que está estudiando si los factores de crecimiento, inmunoglobulinas y lactoferrina que contiene el calostro pueden servir a nivel preventivo y coadyuvante en pacientes con esta enfermedad de los huesos, muy ligada al envejecimiento, que afecta solo en España a más de tres millones de personas.

Para este estudio se ha elegido el calostro bovino por su amplia disponibilidad y porque es compatible con la alimentación humana. «El objetivo del estudio es evaluar si es útil para prevenir la osteoporosis o, en el caso de que ya se esté tratando con un medicamento, si sirve como coadyuvante. Nunca como sustitutivo», explica a ABC Salud el doctor Carlos Raposo, profesor de Farmacología en la Universidad Complutense e investigador en este proyecto.

Para ello, se han hecho primero estudios in vitro en España con células óseas a las que se provocó un daño semejante a la osteoporosis para a continuación incorporar al medio el calostro y dejar pasar unos días. «Vimos que el calostro iba revirtiendo el daño, lo que era un buen punto de partida», recuerda el doctor Raposo. Lo siguiente fue comprobar si estos resultados in vitro se replicaban en animales de experimentación, en Portugal, donde también confirmaron que la primera leche materna de bovino paraliza el deterioro producido en los huesos de los roedores.

Por último, se está probando en humanos con osteoporosis en Grecia. «Los resultados están siendo cualitativamente buenos pero modestos. El calostro está ayudando, aunque no para curar, y no tiene ningún efecto secundario, por lo que el objetivo sería conseguir un nutracéutico que se incorporase dentro de unos hábitos saludables para prevenir y ralentizar el desgaste óseo», explica el doctor Raposo.

Actualmente la osteoporosis no tiene cura definitiva. La medicación trata de paralizar el deterioro. Pero además es importante seguir un estilo de vida saludable. Los dos principales factores de riesgo para esta enfermedad: la edad y la menopausia no son modificables, pero otros sí: dejar el tabaco, evitar un peso demasiado bajo, llevar una dieta que no sea pobre en calcio y mantener una vida activa contribuyen a reducir el riesgo. «El calostro sería una pieza más de ese puzzle», concluye el investigador.

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