Autora: María Gil

El deterioro cognitivo es una disfunción a nivel cerebral que puede implicar problemas en la memoria, el lenguaje, el pensamiento o el juicio que son más severos que los propios del envejecimiento. Aquellos pacientes con deterioro cognitivo presentan un riesgo superior al de la población general de desarrollar Enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia.

Cabe destacar que, hoy por hoy, no hay disponible ningún medicamento que cure la demencia, únicamente es posible controlar en cierta medida los síntomas de la enfermedad. Sin embargo, actualmente, hay diversos ensayos clínicos en curso para estudiar un posible tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer. De hecho, recientemente la agencia reguladora del medicamento en EEUU (FDA: Food and Drug Administration) ha aprobado un nuevo fármaco – aducanumab – para ralentizar el curso de la enfermedad en personas con deterioro cognitivo leve o demencia leve.

Por otro lado, aunque algunos factores de riesgo de desarrollar demencia no se pueden modificar (como la edad, la predisposición genética o el hecho de ser mujer), la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención a la demencia publicó recientemente hasta 12 factores de riesgo que se pueden corregir para prevenir la demencia: una menor educación, la discapacidad auditiva, haber sufrido un traumatismo craneoencefálico o un ictus, enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la depresión o la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, el contacto social poco frecuente, la inactividad física y la contaminación del aire.

Esto supone que, mediante una serie de cambios en el estilo de vida del paciente, es posible disminuir el riesgo, retrasar la aparición o ralentizar la progresión de la enfermedad. Algunas de las medidas recomendadas son las siguientes:

  • Proporcionar a todos los niños una educación básica.
  • Utilizar dispositivos para la audición en caso necesario.
  • Evitar las lesiones en la cabeza.
  • Mantener los niveles de tensión arterial dentro de unos límites óptimos.
  • Limitar el consumo de alcohol.
  • Reducir la exposición a la contaminación ambiental y al humo del tabaco.
  • Tener una alimentación adecuada.
  • Realizar ejercicio físico frecuente.
  • Cuidar de la salud mental.
  • Tener una adecuada higiene del sueño.
  • Evitar el aislamiento social, manteniendo relaciones sociales frecuentes.
  • Favorecer la estimulación cognitiva a través de actividades lúdicas (pasatiempos, juegos de mesa, lectura, tocar un instrumento musical, hacer uso de internet, etc).

Por tanto, hasta que se confirme y apruebe en España un tratamiento eficaz, la detección precoz es fundamental, pues es en esta fase preclínica donde cabe esperar un mayor beneficio con las terapias modificadoras o ralentizadoras de la enfermedad, incluyendo las de componente psicológico (estimulación cognitiva), las farmacológicas (ya sean las clásicas o las nuevas basadas en anticuerpos monoclonales) y las no farmacológicas (alimentación adecuada, ejercicio físico, etc).

En este sentido, el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF Valencia) y la Universidad CEU-Cardenal Herrera (UCH-CEU), han impulsado la Cátedra DeCo para el fomento de la investigación, el estudio y la realización de trabajos científicos en el área del deterioro cognitivo y el envejecimiento saludable.

Como parte de estas iniciativas, se ha puesto en marcha el proyecto de investigación Cribado de Deterioro Cognitivo en Farmacia Comunitaria, el cual tiene como principal objetivo la implantación del Servicio Profesional Farmacéutico Asistencial (SPFA) de cribado de deterioro cognitivo en farmacias de la provincia de Valencia. De este modo, a través de una entrevista con el paciente en la Zona de Atención Personalizada (ZAP) se puede valorar si existe sospecha de deterioro cognitivo. El servicio va dirigido a pacientes mayores de 50 años que presentan queja subjetiva de memoria y no están diagnosticados de una demencia. En caso de obtener un resultado positivo tras el cribado, el paciente es derivado a su médico para que lo confirme mediante diagnóstico y valore la necesidad de realizar pruebas complementarias. Una de las grandes ventajas de este proyecto es que la extensa red de farmacias permite que cualquier paciente disponga de un punto de referencia al que acudir, lo que aumenta el alcance de la detección precoz de deterioro cognitivo.

En definitiva, cuanto antes se identifique a un paciente con deterioro cognitivo, más temprana será la intervención para controlar los factores de riesgo asociados a la enfermedad o iniciar las terapias adecuadas para evitar su avance.

  1. World Alzheimer Report 2019: Attitudes to dementia. Alzheimer’s Dis Int. 2019.
  2. Livingston G, Huntley J, Sommerlad A, Ames D, Ballard C, Banerjee S, et al. Dementia prevention, intervention, and care: 2020 report of the Lancet Commission. Lancet. 2020;396:413–46.
  3. Cummings J, Aisen P, Lemere C, Atri A, Sabbagh M, Salloway S. Aducanumab produced a clinically meaningful benefit in association with amyloid lowering. Alzheimer’s Res Ther. 2021;13(1):10–2.
  4. Ramos H, Pardo J, Sánchez R, Puchades E, Pérez-Tur J, Navarro A, et al. Pharmacist-Physician Interprofessional Collaboration to Promote Early Detection of Cognitive Impairment: Increasing Diagnosis Rate. Front Pharmacol. 2021;12:579489.
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