LA MIOMECTOMÍA SIRVE PARA ELIMINAR LOS MIOMAS UTERINOS

Fuente: Valencia Plaza

Los miomas (también llamados fibromas uterinos) son un tipo de tumores benignos que se forman debido a un crecimiento excesivo de las fibras musculares de las paredes uterinas.

Aunque pueden aparecer a cualquier edad, la miomatosis (o presencia de miomas en el útero) es más habitual en el periodo fértil de la mujer, sobre todo entre los 30 y los 45 años. Su incidencia en la población ronda el 70%.

¿Cómo afectan los miomas a la salud de la mujer?

Los miomas pueden ser de diferentes tamaños: algunos son prácticamente imperceptibles para la vista, mientras que otros pueden llegar a agrandar el útero a tamaños incluso de un embarazo.

Los miomas pueden localizarse en el cuello del útero (cervicales) o en el cuerpo del útero. En función de si su ubicación es más o menos profunda en este órgano, pueden ser subserosos (superficiales), intramurales (en el espesor de la pared uterina) o submucosos (localización más profunda, inmediatamente por debajo de LA mucosa de la cavidad uterina, afectando al endometrio).

Respecto a cómo los miomas condicionan la salud femenina, depende de varios factores. La mayoría de las mujeres no tienen síntomas, por eso normalmente es el ginecólogo quien diagnostica su presencia durante las revisiones periódicas gracias a la ecografía, tanto abdominal como transvaginal.

En los casos más graves, la presencia de miomas puede relacionarse con:

  • Sangrados anómalos.
  • Anemia severa.
  • Dolor pélvico. Más habitual en caso de miomas muy voluminosos, debido a la compresión que ejerce el mioma sobre órganos cercanos (intestino, vejiga etc.) o la necrosis del mioma.
  • Compresión de la vejiga, que puede derivar en incontinencia.
  • Compresión intestinal y dificultad en la defecación.
  • Dolor profundo durante el coito (coitalgia).
  • Infertilidad.

¿Cómo se tratan los miomas? ¿Cuándo se recomienda quitarlos?

Los miomas asintomáticos no necesitan tratamiento, pero es necesario controlarlos en las revisiones ginecológicas. Su eliminación sólo está indicada en miomas de gran tamaño o de rápido crecimiento en poco tiempo.

Otros casos en los que se recomienda eliminar los miomas son:

  • La sintomatología afecta a la calidad de vida de la mujer (dolor, sangrado excesivo, compresión de órganos/tejidos/estructuras vecinas, etc.)
  • Se sospecha que los miomas pueden ser causa de esterilidad.
  • Se sospecha que los miomas pueden poner en riesgo un futuro embarazo (aborto, parto pretérmino, etc.).
  • Existe la posibilidad de que el mioma pueda ser un tumor maligno (leiomiosarcoma).

¿Cómo se realiza la intervención?

Según la tipología del tumor y la valoración realizada por los profesionales, los miomas pueden eliminarse de dos formas:

  • Extirpación quirúrgica (miomectomía). Existen varias vías de abordaje, en función de la localización y el tamaño del mioma: histeroscopia (a través de la vagina y el cérvix), laparoscopia (cirugía mínimamente invasiva a través del abdomen) o cirugía abierta (similar a la cesárea).
  • Embolización. Se induce la necrosis del mioma, sin cirugía, mediante el bloqueo de los vasos sanguíneos que lo nutren. Esta técnica es raramente utilizada, ya que no siempre es efectiva, resulta bastante dolorosa y además imposibilita la obtención de tejido del mioma para su análisis.

Tipos de miomectomía: ¿cómo se realiza y cuál se recomienda en cada caso?

Miomectomía por histeroscopia

Consiste en la introducción de un instrumento de 1 cm de diámetro (histeroscopio) a través de la vagina y el cérvix. Esta técnica se emplea para la extirpación de miomas submucosos y no requiere incisiones ni cicatrices. Su principal ventaja es la rápida recuperación de la paciente, que no requiere ingreso hospitalario, aunque únicamente se utiliza para eliminar miomas pequeños.

Miomectomía laparoscópica

El acceso se realiza a través de 4 incisiones abdominales, habitualmente 1 umbilical y 3 suprapúbicas, de entre 0,5- 1 cm., a través de las cuales se realiza una resección del mioma, su posterior troceado (en el interior de una bolsa estanca para evitar su diseminación intraabdominal) y su extracción. En estos casos, el dolor y la inflamación después de la miomectomía es mínimo, y las estancias hospitalarias se reducen a 24-48 horas.

Para realizar este tipo de miomectomía, se recomienda acudir a profesionales con experiencia en cirugía laparoscópica, como es el caso de Quirónsalud Valencia.

Miomectomía laparotómica

También llamada miomectomía abierta, solo se recomienda para tratar miomas de gran tamaño o miomas múltiples. Debido a la magnitud de las incisiones abdominales, la recuperación de una miomectomía por laparotomía es más larga, existiendo mayor probabilidad de adherencias e infecciones.

Recuperación de una miomectomía

A la mayoría de las pacientes les preocupa cómo será su recuperación tras una miomectomía, y como esta situación puede afectar a su regla o a sus relaciones sexuales.

En principio, la recuperación estará condicionada por diferentes factores, entre ellos el tipo de intervención realizada.

Los cuidados después de una miomectomía por histeroscopia deben ceñirse al reposo parcial durante las 24-48 horas posteriores a la operación.

En el caso de la miomectomía laparoscópica, la mujer puede reanudar sus actividades cotidianas y el trabajo no físico en 1-2 semanas, y recibirá el alta para realizar cualquier actividad en 3-4 semanas.

Por último, tras las miomectomías por laparotomía, se necesitarán al menos 3-4 semanas de reposo total antes de reanudar la actividad cotidiana, mientras que el alta para realizar cualquier tipo de actividad se producirá en 4-6 semanas, teniendo siempre especial cuidado de no realizar esfuerzos abdominales grandes para evitar problemas con la herida quirúrgica.

Respecto a las relaciones sexuales tras una miomectomía, podrán reanudarse cuando el médico así lo indique, habitualmente a partir de las 3-6 semanas.

En todos los casos, se recomienda seguir las indicaciones del equipo médico para evitar complicaciones durante el postoperatorio.

¿Puede afectar la miomectomía a la fertilidad?

La miomectomía es una intervención que afecta a la cavidad uterina y, por lo tanto, puede repercutir en la futura maternidad de las pacientes.

De manera poco frecuente, tras esta intervención pueden producirse adherencias intraabdominales que ocasionen obstrucciones en las trompas de Falopio y que pueden asociarse a la esterilidad.

Por otra parte, se aconseja a las pacientes evitar el embarazo durante un tiempo prudencial tras la intervención, con el fin de facilitar la cicatrización de los tejidos tratados. Esto dependerá del tipo de mioma y de su localización, aunque es importante para evitar posibles roturas uterinas en un estado avanzado de la gestación o durante el trabajo del parto.

Además, en caso de ser necesario profundizar a través de la pared uterina llegando a la cavidad del endometrio para realizar la miomectomía, se aconsejará a la paciente que sus partos se realicen por cesárea debido al riesgo de roturas uterinas.

Una de las principales causas de aparición de los miomas es genética, favorecida por la acción de las hormonas sexuales, que acelera el crecimiento anormal de las células musculares del útero. De ahí que este tipo de tumores benignos sean más habituales en mujeres en edad reproductiva.

La principal recomendación para evitar complicaciones con los miomas es realizar las revisiones ginecológicas periódicas, ya que el 70% se detectan en la consulta del ginecólogo. También conviene confiar en profesionales de la salud con experiencia en este tipo de afección para realizar los tratamientos oportunos en cada caso.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas