Con la llegada del verano se relaja el cuidado de nuestro cuerpo. Por ello, la Fundación Española del Corazón (FEC) hace una serie de recomendaciones para mejorar nuestros hábitos y mantener una buena salud cardiovascular en la época estival

Fuente: EFE Salud


En verano los españoles nos olvidamos de que nuestro cuerpo está constituido principalmente por el corazón, el órgano motor de todo nuestro sistema circulatorio. Esta bomba cardiovascular proporciona la fuerza necesaria que necesita nuestra sangre.

Nuestro sistema circulatorio “tiene una gran capacidad para adaptarse a las distintas necesidades del organismo”, tal y como describe la Fundación Española del Corazón (FEC).

El cuidado es importante en cualquier época del año, pero en verano debemos ser prudentes, y más ahora frente a la covid. "Las altas temperaturas propias de esta época junto a los cambios en los hábitos y rutinas, son uno de los principales enemigos de nuestro corazón en verano”, indica el doctor José Luis Palma, vicepresidente de la FEC.

Por ello, la FEC da una serie de recomendaciones que pueden “convertirse en grandes aliadas de nuestro corazón”.

Mantenerse hidratado.

Hay que beber entre dos y tres litros de agua al día, aunque no se tenga sed. “En verano perdemos más líquidos y hay que recuperarlos porque si llegamos a deshidratarnos algunos órganos, como el corazón, pueden dejar de funcionar adecuadamente”, asegura el Dr. Palma.


Adherencia al tratamiento.
Nuestras rutinas y hábitos se trastocan durante el verano. Los despistes respecto a la medicación que nos corresponde tomar pueden ser mayores, por lo que se recomienda usar alarmas en el teléfono móvil para recordar tomarla.


Alimentación variada y equilibrada.
Al igual que cambian nuestras rutinas cambia nuestra alimentación. Aunque la FEC recomienda comer en casa comida de propia elaboración, también recuerda que es posible comer de forma saludable en bares y restaurantes.
“Debemos decantarnos por el pescado frente a la carne, evitar los fritos como guarnición y elegir mejor, verduras. Otra opción saludable en verano son las ensaladas. Y para el postre, fruta, en lugar de dulces o helados”.

Evitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.

El alcohol deshidrata y más fácilmente en verano. Se desaconseja su consumo en cualquier época del año, pero más aún durante estos meses.
También hay que evitar las bebidas azucaradas ya que aumentan el riesgo de padecer obesidad y diabetes mellitus tipo 2, dos importantes factores de riesgo cardiovascular.

Hacer ejercicio.
El vicepresidente de la FEC recuerda que “el ejercicio físico de intensidad moderada practicado de forma regular es uno de los principales aliados de la salud cardiovascular”.
Por eso, es importante no descuidar nuestras rutinas de ejercicio durante las vacaciones, aunque hay que elegir cuando lo practicamos, especialmente si es en el exterior evitando las horas de mayor calor.

Tomar el sol, con protección y evitando horas centrales.


Para sintetizar vitamina D exponiéndose al sol hay que hacerlo evitando las horas centrales del día (12-17 h.) durante unos 20 o 30 minutos sin protección solar, de modo que los rayos ultravioleta atraviesen fácilmente la piel.

Posteriormente, una vez pasado este período, hay que recurrir a protectores solares de una graduación de 30 a 50.

Descansar adecuadamente.


Durante las vacaciones conviene mantener las rutinas de sueño durmiendo siete u ocho horas diarias.

Un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology concluyó que aquellos que duermen un mínimo de siete horas al día reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Evitar lugares concurridos y de interior.

Para minimizar el riesgo de contagio por coronavirus, es fundamental evitar lugares concurridos y elegir espacios en exteriores para llevar a cabo las diferentes actividades veraniegas.

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