Expertos del hospital de Manises alertan de que el auténtico riesgo es el tiempo que los oídos pasan a remojo en aguas de poca calidad

FUENTE: LAS PROVINCIAS

Durante los meses de verano las playas, piscinas, ríos o pozas son las principales protagonistas para refrescarse frente al calor. Sin embargo la combinación de calor y agua favorece una de las dolencias más comunes del verano, la otitis externa, que en mayor cantidad padecen los niños, aún más en verano. Expertos del Hospital de Manises alertan de que el riesgo no es sólo la edad de los pequeños, si no el tiempo a remojo que pasan los oídos en el agua. Peor aún si el agua es de poca calidad como la de las piscinas infantiles.

«La acumulación de agua en el conducto auditivo derivado de la sobre exposición a la humedad supone el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de los patógenos que causan una inflamación en la piel que recubre el conducto auditivo externo», explica la Dra. Isabel Gonzalo Alonso, del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises. Esto explica que, más del 80% de los casos de este tipo de afección, según varios estudios, se dan en la época estival y en concreto, entre los niños.

Por ello la doctora recomienda a los padres que limpien los oídos de los niños con cuidado ya que «objetos contundentes o bastoncillos introducidos hasta el fondo pueden producir daños en la piel interna del oído, dejando las puertas abiertas a la infección y cualquier tipo de lesión en la piel del conducto auditivo externo, que tiene más riesgo de otitis», concluye la profesional.

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