La prevalencia de la diabetes ha incrementado en nuestra sociedad. Según la OMS, el número de personas diabéticas ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014 a nivel mundial. Este hecho es muy visible en la Farmacia Comunitaria, donde se ha observado el aumento de las dispensaciones de medicamentos antidiabéticos con el tiempo.

Son muchos los pacientes que acuden a nuestra farmacia para recoger tanto su medicación como sus tiras reactivas para el control de la glucemia. No debemos olvidar que además del tratamiento, el glucómetro y las tiras reactivas son imprescindibles para una correcta monitorización y control de la enfermedad.

Glucómetros: uso y tecnología

Los glucómetros, necesarios para la medición de la glucosa capilar, se rigen por la norma internacional vigente, ISO 15197:2015 específica para los sistemas in vitro de monitorización de glucosa.

Para hacer una correcta lectura del glucómetro, es imprescindible conocer los valores de glucosa medida en la muestra y en la que se pueden visualizar en la tabla siguiente:

¿Cómo funciona? Una vez la tira entra en contacto con la muestra de sangre, el glucómetro procede a hacer una lectura. Los glucómetros se basan en 2 técnicas analíticas: aquellos que emplean la fotometría de reflectancia y los que utilizan la electroquímica. En ambos casos está involucrada la enzima glucosa oxidasa, que está presente en las tiras reactivas.

Una vez entra en contacto la glucosa de la muestra de sangre con la glucosa oxidasa se produce una variación de color. Los glucómetros que utilizan la fotometría de reflectancia miden la cantidad de luz reflejada por la tira según la concentración de glucosa. Por otro lado, otros glucómetros basados en la electroquímica se aprovechan de la conductividad eléctrica que produce la reacción entre la enzima glucosa oxidasa y la glucosa, es decir la oxidación.

Autoanálisis

Los glucómetros son necesarios para el autoanálisis de la glucemia capilar y, por tanto, contribuyen al autocontrol de la enfermedad. Este análisis es fundamental para el tratamiento de la enfermedad ya que el paciente puede tomar decisiones para mejorar el control de la glucemia con respecto a su tratamiento pautado.

¿Cuándo se recomienda el autoanálisis? Solo cuando tanto los profesionales como el paciente tienen conocimientos y habilidades para el manejo del tratamiento y la voluntad de incluir adicionalmente el autocontrol a los otros parámetros como son la dieta, actividad física, determinación de cuerpos cetónicos en orina y sangre y ajuste de medicación e insulina.

Actualmente el tratamiento farmacológico tiene múltiples formas y pautas y en función de este, se determinará la necesidad de la realización de autoanálisis. Las recomendaciones del autoanálisis basado en la evidencia científica son las que se indican a continuación:

  • Pacientes con DM1 y pacientes con DM2 insulinizados, para ajustar la dosis de insulina.
  • Según las características del paciente, los objetivos y el tipo de insulina, se tendrá en cuenta la frecuencia de administración.
  • No deberán realizar un autoanálisis rutinario los pacientes con DM2 que no medicados o no insulinizados pero con fármacos hipoglucemiantes (sulfonilureas o glinidas).
  • Reducción del riesgo a sufrir hipoglucemias.
  • Control temporal para pacientes no insulinizados con riesgo alto de hipoglucemias, enfermedad aguda, cambios de tratamiento/régimen alimenticio, mal control metabólico, embarazo o planificación de embarazo.

A pesar de que en la bibliografía no recomienda en ciertos casos como pacientes con DM1 y DM2 no insulinodependientes, debido a que no se reconoce ningún beneficio y está asociado a costes elevados y una reducción de la calidad de vida, la realidad es que muchos pacientes hacen uso de los glucómetros.

Los pacientes deben hacer uso de un solo glucómetro, es decir, que deberán utilizarlo también durante las revisiones médicas. En ellas se revisará:

  • El funcionamiento del glucómetro.
  • Las pautas de realización de automediciones y modificaciones del tratamiento.
  • El conocimiento y habilidades para el correcto autocontrol.
  • El seguimiento de un programa de educación.

Frecuencia de autoanálisis

Durante la dispensación, puede surgir la duda de saber cuál es la frecuencia adecuada para realizarse el autoanálisis; siempre se debe tener en cuenta el tipo de tratamiento que tienen pautado el paciente, así como el grado de control que tengan sobre la enfermedad. Dentro del concepto de control glucémico inestable se encuentran varias situaciones como: inicio o cambio de tratamiento, glucemia fuera de objetivos, enfermedades interrecurrentes, asociación de fármacos hiperglucemiantes y cambios de situación o actividad.

Además, hay que recordar que los fármacos indicados para diabetes que no provocan hipoglucemias son la metformina, glitazonas, gliptinas, exentida, liraglutida y acarbosa, mientras que los que tienen un efecto contrario son las sulfonilureas y glinidas.

Se plantean ciertos cambios cuando se trata del autoanálisis en gestantes. Estos se indican a continuación:

Detección de errores desde la farmacia Comunitaria

El farmacéutico comunitario durante la atención al paciente puede contribuir a detectar los errores que los pacientes cometen durante en el autoanálisis. Entre los más comunes estos se pueden dividir en función de las consecuencias que pueden provocar, estos se indican a continuación:

  • Errores de lectura que no lo hacen válidos: uso de tiras reactivas caducadas, mala conservación y manipulación de las tiras (temperatura y humedad), ausencia de codificación del aparato, no activación de la circulación muestra de sangre insuficiente, deficiente conservación y limpieza del aparato, deficiente limpieza de los utensilios, no lavado de manos con agua y jabón y sí de alcohol como antiséptico.
  • Errores que pueden producir un efecto negativo en el cumplimiento del autoanálisis: deficiente estado de la batería, incorrecta manipulación del dispositivo, incorrecta elección de punción para obtener la muestra de sangre (lateral de las yemas de los dedos) y múltiple uso de la misma lanceta.
  • Errores que puede dificultar el seguimiento del profesional sanitario como la ausencia de codificación de los valores recopilados (fecha y hora).

Además, de los ya nombrados, se pueden producir ciertos cambios en la lectura de los resultados según el tratamiento adicional a los medicamentos indicados para la diabetes que tenga pautado. Entre los fármacos que pueden aumentar los niveles de glucosa encontramos: corticosteroides, antidepresivos tricíclicos, isoniazida, litio, fenotiazinas, fenitoína. Mientras que los fármacos que pueden disminuir los niveles de glucosa son: esteroides, clofibrato, gemfibrozil, inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO), sulfonilureas.

En definitiva, los farmacéuticos comunitarios pueden participar en la mejora de la calidad de vida de los pacientes diabéticos realizando un seguimiento adecuado tanto del tratamiento como de los productos sanitarios como son las tiras reactivas y los glucómetros.

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