Embajadora observadora permanente de España ante la OEA y la OPS y ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

Fuente: La Razón

Después de haber conmemorado el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, creo necesario poner sobre la mesa la otra cara de la moneda y recordar que la desnutrición es la principal causa de muerte y enfermedad a nivel mundial. Nuestro planeta está preso de estos brutales contrastes, en unos lugares se tira y en otros falta, que se asientan en los pilares de una profunda desigualdad.

Naciones Unidas ha fijado, como meta mundial los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para el 2030, de trabajar para eliminar el hambre; y a su vez abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos, con el propósito de reducirlo a la mitad y disminuir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro.

El hambre y la desnutrición son un grave problema que la humanidad arrastra década tras década, al que se enfrentan la mayoría de los países en vías de desarrollo del planeta, y que se ha visto exacerbado por la pandemia. Como siempre, las personas más vulnerables son los protagonistas de esta preocupante situación, comenzando por los niños y niñas.

Por el otro lado, en el planeta se desperdicia el 17% de la producción total de alimentos. El 2% en el comercio al por menor, el 5% en los servicios de comidas, y el 11% en los hogares. Es en ese 11% donde los consumidores y consumidoras tenemos mucho que decir, y podemos sumarnos a los esfuerzos de los Estados y las Naciones Unidas, en nuestros hábitos cotidianos. Además, de reclamar y apoyar que se adopten medidas encaminadas hacia sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos y sostenibles, para que la pérdida y el desperdicio de alimentos no socaven los esfuerzos por erradicar la desnutrición y el hambre, y garantizar la seguridad alimentaria; así como proteger la naturaleza y minimizar el impacto de la producción de alimentos sobre el medio ambiente.

El desperdicio de alimentos y la desnutrición, son dos caras de una misma moneda que se traducen en una crisis de salud, de las personas y del planeta, que precisa de una acción urgente para combatir la desigualdad, la pobreza y proteger el medioambiente.

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