Esta dolencia es muy común en España donde dos de cada diez personas la sufren a lo largo de su vida

Fuente: La Razón

La dispepsia también reconocida como digestión difícil, suele ser un dolor de vientre que ocurre, en la mayoría de ocasiones, se da después de comer. Esta dolencia es común en gran cantidad de personas que, tras una comida pesada o en otras circunstancias dificulta la digestión.

Aunque puede estar provocada por muchos factores, en los últimos años se ha conseguido asociar esta a algunas adicciones frecuentes en la sociedad. El tabaquismoestrés, o consumo de alcohol están directamente relacionadas con esta dolencia que puede llegar a ser muy molesta.

Incluso, comer alimentos con gran abundancia de grasa o ingerir demasiado deprisa y sin masticar también pueden llegar a provocar estas dolencias. Por ello, el malestar en la digestión causa de la dispepsia, puede reducirse si se toman hábitos saludables, ya sea en la dieta o en las rutinas diarias.

Síntomas

Aquellos que sufren esta dolencia suelen padecer malestares en la zona del vientre que pueden llegar provocar dolores intensos. Estos, se producen en la parte superior del abdomen y suele notarse durante o después de las comidas, dificultando una ingesta normal.

Conocidos comúnmente como ardores o la sensación de calor en esta parte del cuerpo, entre el ombligo y el esternón, también molestan dando una sensación de hinchazón. Esta resulta muy molesta tanto al inicio como al final de las comidas y provocan que el que lo padece no pueda disfrutar de ellas.

Aunque pueda parecerse, la dispepsia no guarda relación con la acidez gástrica. En esta última, los síntomas y molestias se inician en el pecho llegando a transmitirse hacia la garganta o el cuello.

Especialista

Al tratarse de un probleme de carácter digestivo, el especialista encargado es el DigestólogoGastroenterólogo. Estos, se encargan de todo lo relacionado con el aparato digestivo y evaluará el correcto funcionamiento de este o las posibles causas que están provocando la dispepsia.

En gran parte de los casos, las pruebas que realizará un especialista serán tanto ecografías abdominales como endoscopios gastrointestinales. Esta última se efectuará para conseguir imágenes del esófagoestómagoduodeno que permitan identificar si las molestias han provocado lesiones.

Cómo tratarlo

Así las cosas, se trata de un problema que en la mayoría de casos es benigno, y que no tiene mayores consecuencias que las descritas. Aún así, puede llegar a cronificarse siendo muy molesto a lo largo de la vida. Estas molestias también pueden aparecer y desaparecer de forma intermitente según los momentos vitales, por ejemplo.

Muchos especialistas prefieren recomendar una serie de cambios en los hábitos antes de tratar directamente la dolencia. Intentar rebajar los niveles de estrés y tomar un descanso si es posible es una de las recomendaciones más frecuentes. Además, también hacen énfasis en no hacer deporte tras comer, pues dificulta las digestiones.

Otro es el masticar con cuidado. No tragar los alimentos nada más llevarlos a la boca puede ayudar a hacer las digestiones más fáciles y evitar así la pesadez. Por lo tanto, un cambio en la dieta y la forma de comer puede ayudar en gran medida a no sufrir este malestar tan común.

Los síntomas se tratan con inhibidores de la bomba de protones, bloqueantes H2 o un agente citoprotector, como el Omeaoprazol. Además, en pacientes con dispepsia de tipo dismotilidad, también se recetan los fármacos procinéticos, la metoclopramida es uno de los más recomendados, administrados de forma líquida.

Existe un caso además donde se toma una solución más dura. El especialista puede llegar a recetar antibióticos con el fin de eliminar una posible bacteria que se conoce como Helicobacter pylori, provocando las dolencias.

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