La edad, la menopausia o los antecedentes familiares influyen en el desarrollo de la enfermedad. Te ofrecemos algunas recomendaciones para incrementar la densidad y la calidad ósea.

Fuente: La Razón

En España y en otros países del entorno la incidencia de fractura por fragilidad está aumentando debido fundamentalmente a una mayor esperanza de vida. Según estimaciones de la Sociedad Española de Reumtaología, para el año 2025 se estima un aumento de la incidencia de fracturas por osteoporosis del 40% y un aumento de los costes sanitarios del 30%, por lo que prevenirla en nuestro día a día es fundamental.

Además, no hay que olvidar que su repercusión aritmética es tanto familiar como social y económica. En concreto, la osteoporosis es una enfermedad de los huesos caracterizada por una menor resistencia de los mismos, explica el doctor Santiago Faus, jefe de servicio de Reumatología del Hospital Universitari General de Catalunya, es decir, por una disminución generalizada de su masa, algo que altera su calidad, y que predispone a un mayor riesgo de fracturas por fragilidad. Estas son aquellas que se producen sin existir traumatismos suficientes que justifiquen la rotura de un hueso previamente sano.

Así, las fracturas osteoporóticas más frecuentes son las vertebrales, las de cadera y las del antebrazo distal. Como consecuencia de las mismas existen una serie de complicaciones que impactan de manera determinante en el padecimiento clínico (dolor, discapacidad, calidad de vida, repercusiones y empeoramiento de otras enfermedades).

En concreto, la pérdida de la masa ósea es más habitual en mujeres, un hecho que se incrementa en la menopausia debido a la disminución del efecto protector hormonal estrogénico del hueso durante el periodo del climaterio, recalca el especialista del Hospital Universitari General de Catalunya.

El papel de la prevención

A la hora de prevenir la enfermedad el doctor Faus detalla una serie de medidas recomendadas para incrementar la densidad y la calidad óseas son las siguientes:

  1. Ejercicio moderado a intenso en pacientes jóvenes
  2. Ejercicio moderado en la edad adulta
  3. Ejercicio regular y adaptado en personas mayores. Si bien no parece beneficiar a la masa ósea, sí que ejerce un mecanismo de prevención, por disminución del número de caídas.
  4. Evitar el sedentarismo y realizar una actividad física acorde a la persona, edad, estado físico y presencia de otras enfermedades.
  5. Dieta especializada con ingesta adecuada de proteínas, evitando el exceso de sal. Asimismo, la ingesta de calcio recomendada es de 1.000 mg diarios y unos niveles en sangre de vitamina D3 entre 30-60 ng/ml.
  6. La exposición solar ha de ser moderada o limitada, según el paciente. Puede ser conveniente realizar suplementos de vitamina D3.
  7. En personas mayores o que padecen algunas enfermedades se deben extremar las medidas encaminadas a reducir el número de caídas: uso de bastones o tutores para andar, adaptación de la vivienda (escalones, alfombras, duchas, suelos antideslizantes…). En algunos casos son muy aconsejables los protectores de cadera.

La prueba estrella: la densitometría ósea

La prueba diagnóstica de la osteoporosis es la densitometría ósea, que no solo diagnostica la enfermedad, sino también la prevalencia de la misma. En concreto, determina la disminución de la masa ósea y su resultado predice el riesgo de fractura por osteoporosis, tanto en mujeres posmenopáusicas, como en hombres de edad avanzada, destaca el doctor Santiago Faus.

La OMS considera que se padece ‘osteoporosis densitométrica’ cuando la medida de la densidad mineral ósea (DMO) es igual o está por debajo de -2,5 desviaciones estándares, respecto de la media DMO durante el pico de masa ósea; al tiempo que establece que existe ‘osteoporosis establecida’ cuando, además del criterio anterior, ya se ha producido la fractura por fragilidad.

En los últimos años se han producido avances en el diagnóstico y en el tratamiento de la osteoporosis, si bien solo unos pocos pacientes con alto riesgo de fractura son evaluados y tratados adecuadamente conforme a las recomendaciones de las guías de práctica clínica.

Es más, el especialista destaca que las personas que padecen osteoporosis se identifican mediante el antecedente de una fractura provocada por un bajo impacto o por la presencia de los factores de riesgo conocidos y aceptados, clasificados según relevantes y menos relevantes.

Los factores de riesgo más relevantes son:

  • Antecedentes familiares (padres o hermanos) de fractura de cadera
  • Senilidad
  • Delgadez: índice de masa corporal inferior 20 kg/m2
  • Tratamiento prolongado con cortisona
  • Menopausia precoz no tratada
  • Caerse a menudo
  • Malnutrición y trastorno de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia)

Los factores de riesgo menos relevantes son:

  • Fumar
  • Consumo de alcohol superior a 10gr al día
  • Enfermedades debilitantes o que favorezcan el “encamamiento”
  • Cualquier circunstancia que favorezca caerse
  • Determinados fármacos, tales como: heparina, antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos y antihistamínicos
  • Sexo femenino
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